Aguante, pundonor y una pizca de suerte. Con esos tres ingredientes, más las dosis de talento habituales, Titín logró lo que hasta ahora nunca había conseguido: superar a Olaizola II en el Cuatro y Medio. Y con ello, cuando todos lo daban ya como un imposible, se volvió a meter en la final del torneo.
Tuvo que sufrir el riojano lo indecible. Pidió los cinco descansos, levantó un rotundo 7-0 en contra e incluso, se sobrepuso a sus propios miedos cuando Olaizola amagó con voltear el marcador, que ya marcaba 21 para el de Tricio.
No fue el de ayer un partido brillante, aunque sí con destellos de calidad y mucha emoción. Olaizola comenzó dominando, con una pelota pesadísima que a Titín le costaba horrores levantar. El de Goizueta se fue, por la vía rápida, al 7-0, ante los gestos de sufrimiento del riojano, que, sin embargo, aprovechó el primer fallo de Aimar (7-1, al colchón).
Con el cambio de pelota, Titín consiguió dar señales de vida y estuvo a punto de empatar el encuentro (7-6), pero lo impidió una falta inoportuna (8-6) que, además, llevó a Olaizola a sacar otro 'ladrillo' y, de nuevo, volvieron los sufrimientos.
El 10-6, con Aimar engañando a Titín con el gesto y llevándolo para el lado contrario al que movió la pelota, soliviantó al riojano. Tanto que de una tacada llegó al empate (11-11) con sus mejores armas: ajustando el gancho a las líneas y superando a con sus mismas armas (pelotazo largo y fuerte) a Olaizola mientras éste trataba de acercarse a los cuadros delanteros.
Fueron los mejores minutos del riojano. En 11-12, Titín pasó de estar dominado a dominar con un golpe portentoso al que llegó muy forzado y que deolvió casi muerto, para que Aimar no pudiese entrar antes del segundo bote. Eso y un tanto de saque le pusieron por primera vez arriba en el marcador (11-13).
Olaizola se recompuso y volvió a tirar de potencia para mandar de nuevo. Cinco tantos seguidos y a Titín se le desvanecía el sueño de una tercera final en la 'jaula'. Pero el riojano no quería dejar pasar su (pen)última oportunidad: consiguió romperle la racha a Aimar yéndose a la silla y volvió de ella para dominar.
En un momento, Titín remontó y se fue al dieciocho. Con el sueño cada vez más cerca y un frontón entregado (mucha afición riojana), el caracolero consiguió sobreponerse a sus peores recuerdos. Le pegó mal en el 17-18, pero consiguió forzar a Aimar a pegar en la chapa(17-19) y después puso una dejada fenomenal (17-20). Un nuevo descanso (el quinto, porque al riojano estuvo a punto de fallarle la gasolina) y llegó al cartón 21. Con toda la presión a sus espaldas aguantó un tanto polémico (el 18-21) cuando Olaizola se le puso delante y no le dejó rematar el encuentro. Pero, tras el 19-21, Titín ya no quiso más encuentro y llegó a su tercera final.