Aitana comenzó el confinamiento aportando a sus vecinos lo que mejor sabe hacer, tocar el violín. Unas notas de música improvisadas que se convirtieron en un concierto diario a las 12 de cada mediodía para sus vecinos de Madre de Dios.
Durante estas semanas, ha puesto banda sonora a cumpleaños, aniversarios de boda e incluso alguna boda, consiguiendo entre todos los vecinos que fuesen días especiales a pesar de las cirucunstancias.
El paso a la fase 1 prevista para este lunes ha provocado que Aitana se despida y ofrezca su último concierto. El último en el balcón y con su público en las ventanas, porque ha anunciado que todos los vecinos están invitados al próximo que pueda dar, que será ya en una sala de conciertos.