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Golpe de autoridad

Rioja2

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Por si había dudas, el UD Logroñés las despeja. Cierto que sin esa brillantez a la que ha acostumbrado a sus fieles en Las Gaunas, con sacrificio, mucho trabajo y una pizca de fortuna en determinados momentos, sabiendo sufrir cuando el rival apretaba, manteniendo la compostura ante los envites del contrincante y aprovechando una acción de estrategia -igual que ante el Linares en Copa- para dar un golpe de efecto y constatar que esta temporada el bloque riojano quiere superarse en todo.

El 0-1 de El Sardinero es un hito más. Un síntoma de que este conjunto compite, maximiza sus oportunidades, sabe ponerse el mono de trabajo y ejecuta el otro fútbol. Luego están las valoraciones internas, como las de Carlos Pouso, que indicó que no le gustó la sensación de peligro mostrada por el Racing durante los primeros 20 minutos de la segunda mitad. Sin embargo, esa capacidad para aguantar estando tocado es positivo por cuanto el margen de mejora sigue existiendo.

Sin complejos. El UD Logroñés saltó al campo de El Sardinero con la idea clara de dar primero ante un rival con dudas en ataque, al que le cuesta marcar y que no carbura en este arranque. Por eso los de Pouso, con un once ya habitual en liga, buscó no ser dominado por un Racing ansioso. Y ahí la tuvo Jordan con un tiro desde el punto de penalti para meter miedo, para asustar, para generar más incertidumbre entre la grada local. Lástima que se quedara en un aviso después de que el poste truncara esa primera ocasión.

Momento que aprovechó el cuadro de Munitis para asomar la cabeza, no dejarse acorralar. Con Artiles como finalizador y Migue García como galvanizador el Racing mostraba algo de pimienta, aunque la sensación era que el choque parecía bajo el control de un equipo blanquirojo dirigido con criterio por Jacobo y un Adrián León que se multiplicaba por todo el terreno de juego. Faltaba que el 'pichich' Pere Milla entrara en acción. Pero no hizo falta porque Titi colgaba una falta lateral para que Borja, de cabeza, picara y superara a Sotres. Alborozo en las filas riojanas pese a que el rematador no celebrara su gol debido a su pasado en el Racing.

Asedio de los locales

Hecho lo difícil, ahora había que dar continuidad a lo mostrado durante esa primera media hora. Era de intuir que el conjunto cántabro empezara a mostrar las garras. No le quedaba otra. Tocaba contemporizar. No resultó sencillo aguantar, puesto que en los últimos minutos del primer tiempo los anfitriones pisaron área rival con bastante asiduidad. De hecho, el asalto comenzó con un balón dividido que Miguel despejó de puños para evitar un remate franco de Dani Rodríguez. Luego fue el turno de Paredes, hábil y veloz, para anticiparse a Migue García. Artiles, muy activo en esa fase del choque, no acertó en su remate tras un buen centro de Migue García. El zurdo local volvería a ser protagonista acto seguido con un tiro que detuvo Miguel, el cual salvó a los suyos en la acción anterior al descanso con un remate de volea de Dani Rodríguez.

Oxígeno para la UDL, aunque luego hubiera que volver a resoplar. El paso por los vestuarios dio alas a los riojanos. Fuerzas renovadas. Y eso que el Racing fue a por todas. Dioni sustituía a un romo Óscar. Declaración de intenciones de los de Munitis, que querían aumentar su intensidad. El UD Logroñés no salía de su campo, le costaba coger aire, encadenar tres o cuatro pases que bajaran el ritmo que habían impuesto los anfitriones. A balón parado -remate de César Caneda que se fue rozando el travesaño-, los locales tocaban todos los balones, aunque no atinaban.

Santelices se relajó un momento y Artiles se presentó ante Miguel, el cual evitó con el cuerpo lo que podía haber sido, otra vez más, el empate. Con el susto en el cuerpo, Pouso apostaba por el control, la pausa, tener la pelota. Es decir, Muneta irrumpía en el campo en detrimento de Jordan. El asedio local disminuyó y la UDL, ahora, podía montar alguna transición. Pero fue algo momentáneo porque el Racing percutía de lo lindo. Lo hacía con intención, pero sin encontrar ese último pase. Eso no quita para que Miguel tuviera que intervenir, para que la zaga blanquirroja -de azul en El Sardinero- tuviera que multilplicarse, para que Jacobo y Adrián Léon retrocedieran unos metros y remaran para trabajar y aparecer por donde se les requeriera.

Con ese panorama, Joel Valencia y Miguel Santos, ambos que habían salido de refresco, eran los argumentos ofensivos junto a un cansado Pere Milla. No en vano, un tiro de Titi, en su última acción antes de ser sustituido por el polivalente jugador zamorano, fue la jugada más peligrosa de los riojanos en la segunda mitad. Estaba claro que el ataque no era la prioridad. Había que defender, tapar huecos. Pese al gran desgaste físico, la UDL se mantenía de pie mientras que en el Racing había síntomas de agotamiento.

Los locales, sin claridad, iban asumiendo la realidad; que había un bloque que les iba a ganar. No es un equipo cualquiera, es uno de los que se postula a ser protagonista en el grupo I de Segunda. B. Por el momento, sólo el Guijuelo -invicto junto al Valladolid B- supera a los hombres de Carlos Pouso. Todo ello pese a que el propio entrenador confesó en la rueda de prensa posterior que el Racing le gustó más que su equipo. Es decir, nada de relajarse y confiarse.

Racing de Santander: Sotres; Borja, Francis, César Caneda, Santamaría, Fede San Emeterio, Migue García, Álvaro Peña (Kamal, min. 58), Óscar (Dioni, min. 46), Dani Rodríguez y Artiles (Coulibaly, min. 72).

UD Logroñés: Miguel; Julio Rico, Borja, Santelices, Paredes; Jacobo, Adrián León; Titi (Miguel Santos, min. 77), Pere Milla, Íker Alegre (Joel Valencia, min. 70); y Jordan (Muneta, min. 59).

Gol: 0-1, min. 31: Borja.

Árbitro: Gómez Landazábal (colegio vasco). Amonestó a los locales Artiles (min. 20), Fede San Emeterio (min. 30) y César Caneda (min. 73).