Obenasa Ursulinas: Arregui (13), González (4), Vique , Astitz (8), Barasoain (5) - quinteto inicial – Monforte (6), Ariz (10), Gil (11), Etayo (2) , Lizasoain(3) , Osalar, Polite.
Las Gaunas: Naiara G. (25), Estebas (12), Alba (10), Naiara O. , Ana (10) - quinteto inicial – Sara S. (4), Sara E. (4), Minerva (2), Laura Gil, Saioa, Estrella, Olga. Parciales: 14-28, 15-10; 15-15 y 16-14OBENASA URSULINAS 60 - LAS GAUNAS 67
Las Gaunas logró una nueva victoria en su viaje a Pamplona y queda integrada en el quinteto de cabeza que empieza a marcar diferencias ya importantes con el resto de equipos de cara al sprint final de la liga.
Un espectacular primer cuarto de las riojanas provocó una relajación que estuvo a punto de costar el partido. Las navarras aprovecharon dicha relajación para demostrar porqué la liga está tan igualada y llevaron el partido a un ajustado 60 a 67. La victoria permite a Las Gaunas instalarse en la zona más noble de la tabla distanciándose ligeramente de la abarrotada zona media.
El inicio del partido parecía no querer hacer trabajar al marcador. El 2 a 2 en el minuto dos no avanzaba mucho más en el minuto cuatro y apuntaba un escaso 4 a 5. En ese momento un triple de las riojanas dió paso a unos minutos de acierto ofensivo difíciles de igualar. Gracias a ese acierto las diferencias empezaban a acercarse a los diez puntos para las visitantes. Se llegó a una máxima diferencia de 16 en el 28 a 12 debido a un parcial de 23 a 10 en apenas seis minutos. Así las riojanas, gracias a un espectacular 5 de 7 en los triples y un 6 de 10 en los de dos, doblaban al final del cuarto 28 a 14 a las navarras.
El nivel de acierto era difícil que se pudiera mantener. Lo que llegó fue más allá apareciendo la previsible, aunque no deseada, relajación. Pese a ello, el inicio del segundo cuarto llevó a la máxima diferencia de 17 y las logroñesas de nuevo doblando a las locales 17 a 34 en el minuto 3. Pero aquí la ya citada relajación se puso las mayúsculas haciendo que las riojanas únicamente consiguieran dos canastas en el transcurso de los siguientes siete minutos. Además permitieron que las pamplonicas cogieran confianza y mostraran su calidad, consiguiendo una remontada que las llevó a bajar de los diez puntos de diferencia. No pudieron aprovechar del todo el desacierto visitante las navarras debido a sus malos porcentajes en los libres (4 de 8 ) dejando el marcador en 29 – 38 al descanso.
Estaba claro que el tono del partido había cambiado. La anotación se había espesado pero las diferencias se mantenían 33 a 43 en el minuto cuatro. Sin embargo; las locales estaban en la buena dinámica que permite venir desde atrás. Así, un triple las acercaba hasta el 38 a 43. Las riojanas no parecían recuperar la confianza y otro triple permitía a las locales quedarse a un paso de lograr la remontada 44 a 46. Lo apurado de la situación hizo que un pequeño chispazo de las logroñesas en forma de siete cero trajera cierta tranquilidad: 44 a 53. Suelen decir los clásicos que una remontada no se culmina hasta que no te pones por delante, y para ello de nuevo las navarras echaron en falta alguno de los libres que fallaron (2 de 6).
El último cuarto comenzaba con las navarras en dinámica, dos triples las acercaban de nuevo en el marcador al 50 a 55. Esos cinco puntos ya no eran una diferencia segura a falta de 8 minutos.
En los pequeños vaivenes se llegó, tras un nuevo triple de las navarras, al tembloroso 57 a 60 del minuto cinco. Un nuevo fallo en los libres de las navarras dió paso a una mínima reacción de las riojanas, impulsadas por un nuevo triple, reduciendo los nervios y estableciendo el marcador en el definitivo 60 – 67 final. Como ya intuíamos en la presentación previa al partido, la relajación era uno de los mayores peligros del partido. El próximo encuentro se disputa en casa ante el colista, para lo que puede ser útil aprender la lección y no volver a caer en la confianza excesiva.