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Ilusión y partituras adaptadas, los mejores ingredientes para aprender a tocar la guitarra

Carlos Blanco, profesor de guitarra en el Conservatorio de Música de La Rioja, es una de esas mentes inquietas que tiene la guitarra casi como una prolongación de su cuerpo. Ha recorrido el mundo dando conciertos pero su día a día transcurre entre las paredes de un aula. Está convencido de que la ilusión es el elemento fundamental para poder vivir de la música y cree que los alumnos deben enfrentarse a piezas atractivas y adaptadas a sus necesidades para poder avanzar en la dirección adecuada. Por eso ha decidido crear su propio material con un libro de partituras que ha convertido en un proyecto único y muy novedoso en el mundo de la enseñanza de la guitarra.

¿Cuál es el fin de este proyecto?

El Álbum para guitarra es una colección de 21 piezas originales para guitarra clásica que he escrito a lo largo del último año pensando en un fin didáctico. Buscaba ofrecer a los alumnos un repertorio complementario al habitual que es un poco escaso en una franja de edad difícil. He creado piezas a medida de esos estudiantes de los dos últimos años de enseñanzas elementales y los primeros años de profesionales, entre los 10 y los 16 años.

¿Qué diferencia a estas piezas de cualquier otra que se pueda utilizar en una clase de guitarra?

Al ser piezas didácticas, todo el mundo tiende a asimilarlas con estudio. Si pones la partitura en el atril diciendo “este es el estudio 23”, el estudiante ya pone mala cara porque suena de entrada aburrido, poco motivador, pero si le das una vuelta a una pieza y le das un título bonito, es fácil que a los alumnos les resulte más interesante. Yo he elegido títulos extraidos de versos de Pablo Neruda, con lo que las piezas arrancan ya con un halo poético. Campanario de Brumas, Mariposa de Sombra, Blanco Lirio de Incendio, Dormido sobre tu alma, Tu nombre con letras de humo... Son títulos que sugieren cosas y eso te hace ver la partitura de otra manera

Conoce el plectro desde el punto de vista divulgativo y el didáctico, ¿cuál es la conexión entre ambas facetas?

Son cosas diferentes. Este proyecto me viene de mi profesión del día a día en el Conservatorio. He ido probando las partituras cada día con mis alumnos y por eso les he dedicado alguna de ellas porque son ellos los que me han ayudado a ir viendo lo que tenía que modificar. Esto es diferente al hecho de interpretar música. Es una función más pedagógica aunque también son partituras que, cuando las tocas, son amables, agradables, gustan y enganchan. Además, descubres cosas a medida que las vas tocando.

En la carrera de músico hay un importante factor de estudio pero también de mentalidad. ¿Cuáles son los valores que intenta transmitir a sus alumnos más allá de las partituras y la técnica?

Mantener la ilusión de la música. Es una de las cosas que a mi me ha motivado, la ilusión con la que ellos llegan a aprender guitarra cada año, y esa ilusión me la contagian. Quiero que cuando acaben de estudiar conmigo en el Conservatorio la mantengan. Hacen un esfuerzo titánico por compaginar sus estudios de música con el colegio, el instituto y otras actividades, y mantener esa ilusión es indispensable para poder seguir adelante.

Con proyectos como este, se demuestra que no sólo se puede vivir de la música sino que también se pueden seguir haciendo cosas nuevas.

La docencia es un mundo muy duro porque hay que preparar las clases, estudiar continuamente, escoger la música que se adapte a cada uno, buscar las partituras adecuadas... Exige muchas horas, no sólo las de la clase. Y los que somos docentes inquietos estamos siempre con nuevos proyectos para no caer en la docencia del siglo XIX, sino tender a algo más activo en lo que el alumno sea parte. Eso hace que ellos lo vean también mucho más atractivo.

Habla de adaptar la música a cada alumno...

La ventaja del Conservatorio frente a otros centros de estudio es que, además de las clases colectivas, la enseñanza del instrumento es totalmente personalizada y en esa hora que pasamos a solas con el alumno, vamos evolucionando juntos y vemos sus carencias, buscamos repertorios que le ayuden a solucionarlas. Vemos también los gustos de cada uno así podemos ir adaptando.

La música de plectro siempre ha ocupado un lugar privilegiado en La Rioja. Contamos con grandes orquestas reconocidas internacionalmente como La Orden de la Terraza o con artistas de la talla de Pablo Sáinz Villegas, ¿a qué se debe?

La tradición del plectro en La Rioja no es una moda de los últimos años. En 1800 había ya grandes bandurristas y guitarristas que eran reconocidos fuera. Como ejemplo, el inventor Cosme García era guitarrero, bandurrista y guitarrista, también su hermano. Hay una tradición de siempre y eso cala y se mantiene gracias también al apoyo del Gobierno, a la Asociación Contrastres, a un Festival de Plectro que acumula ya 45 ediciones...

Mi propio proyecto de partituras es 100% riojano porque la editorial Mundo Plectro es de Nájera, la imprenta de Logroño y el disco se ha grabado en un estudio de San Asensio. Pero hemos conseguido que se difunda a nivel nacional e internacional porque es algo muy novedoso.

*Carlos Blanco presentará su 'Álbum para guitarra' con un concierto que se celebrará este viernes a las 20 horas en el Conservatorio Profesional de Música.