La mujer iraní acusada de adulterio y condenada a morir lapidada , Sakineh Mohammadi Ashtiani, ha logrado que las fuerzas políticas italianas, incluido el Gobierno, se unan para intentar salvarla. En Roma un retrato gigante de ella cuelga de la fachada del Ayuntamiento y otro lo hace desde el Ministerio de Igualdad de Oportunidades con el lema “Por la vida de Sakineh”.
La reciente visita del líder libio Muamar Gadafi a Roma parece haber reavivado el debate y la reflexión acerca de la situación de la mujer en el mundo musulmán. El comportamiento del dirigente libio no sentó demasiado bien en los partidos de la oposición italiana ni en el Gobierno de Berlusconi. Gadafi, en su visita a Italia, fue muy criticado por haber pedido a un numero elevado de mujeres “jóvenes y bellas” a una agencia de azafatas para sermonearlas y ensalzar la situación de la mujer en el universo musulmán. Tras las declaraciones del líder libio, los italianos han reflexionado acerca del caso de Sakineh y ahora el seguimiento que se está haciendo sobre su caso es diario.
Asimismo, las declaraciones vertidas por un diario afín al Gobierno de Irán sobre Carla Bruni (de origen italiano), por haber defendido a la mujer iraní, en la que la llamaron “prostituta y merecedora de la pena de muerte también” han causado mucha expectación y conmoción en el pueblo italiano.
La entrevista con el hijo de Sakineh
Sajad Ashtiani, el hijo mayor de 22 años la mujer iraní condenada, ha concedido una entrevista al filósofo francés Bernard-Henry Lévy (impulsor de la movilización mundial para salvar a Sakineh Ashtianí) para hablar de la situación actual de su madre.
El periódico El País, ha publicado la entrevista telefónica entre el joven y el filósofo, gracias a una red iraní de blogueros y defensores de los derechos humanos que se la han facilitado. El joven afirma no haber visto a su madre desde el pasado 11 de agosto , cuando Sakineh hizo una entrevista extorsionada en la televisión iraní para que confesara . Sajad afirma que las condiciones en las que permanece su madre en la cárcel de Tabriz son duras y que la someten a interrogatorios constantes preguntándole “por qué está colgado su retrato por todo el mundo y quién ha iniciado esta movilización internacional”.
Entre las declaraciones más duras que ha hecho el hijo mayor de Ashtiani se encuentra cuando narra la escena de los 99 latigazos que le propinaron a su madre, “fue en Osku, en la provincia de Tabriz, en una sala del tribunal. Sentí mucha odio y lloré mucho. Tenía solo 16 años”, declaró el joven.
Pese al apoyo recibido por la comunidad internacional (y que Sajad agradece), el joven sabe que es posible que su madre acabe muriendo lapidada o ahorcada, de hecho el abogado de las presas condenadas a lapidación, Hutan Kian, le confesó recientemente que su ejecución estaba prevista, aunque luego no fue así.
Por último, Sajad se despide rogando que no cese el moviendo internacional para salvar a su madre “se lo ruego, no cedan, no se rindan. Les repito que son ustedes los que nos están tendiendo la mano. Si no estuvieran ahí, mi madre ya estaría muerta”.