Soñar con la Pro o pelear por eludir el descenso. A falta de 18 puntos (a alguno equipo 21 o al Ejea, por ejemplo 24) para determinar qué equipos van a conocer cuál será su objetivo real del curso, la línea que marca el destino próximo es muy pequeña. Quizá demasiado. Calahorra y SD Logroñés han convivido toda la temporada entre los mejores y piensan en meterse en la que será la tercera categoría del fútbol español. Sin embargo, no sumar de tres en tres y el hecho de que los perseguidores se pongan las pilas ha provocado que el subgrupo 2 del grupo 2 de Segunda B (vaya follón) esté muy parejo. Tanto que del séptimo clasificado (pelearía por no descender) al liderato (los tres primeros acceden a la Pro) hay sólo 5 puntos de diferencia (además de que algunos conjuntos tienen partidos pendiente). Esto exige máxima concentración en cada duelo y vivir únicamente del presente e ir jornada a jornada.
Este pasado fin de semana, como el anterior, no fue muy productivo para los clubes riojanos. Un empate y dos derrotas es un bagaje escaso para lo que nos tenían acostumbrados en jornadas precedentes. El sábado fue muy negativo. Por un lado, se confirmó que el Haro pasa por un bache de resultados que se traslada a la fragilidad defensiva y a la falta de competitividad, como quedó demostrado con el 3-1 sufrido ante el Osasuna B. Por otra parte, la SD Logroñés recuperó un sentimiento que no conocía en liga desde octubre de 2019 (ya ha llovido); la derrota. Además, fue en el Mundial’82, su casa (donde sólo juegan los partidos), frente a un rival que quiere salir del pozo, como es el Izarra, y que había cambiado de entrenador. Mientras que el domingo mejoró, muy poquito, con el empate soso a cero del Calahorra, en La Planilla, ante una Mutilvera que va hacia arriba y que presenta sus credenciales.
De hecho, el conjunto riojabajeño no pasó del empate ante un sólido bloque navarro que pese a jugar la última media hora con un futbolista menos (Cisneros vio la segunda amarilla) estuvo a punto, en el tiempo añadido, de llevarse el triunfo con un tiro potente de Briñol que despejó un jugador rojillo. Previamente, los de Diego Martínez, en un duelo con alternativas, trataron de llevar más la iniciativa, aunque no siempre lo consiguieron. Como viene siendo habitual en los encuentros de los rojillos, las ocasiones escasean. No fue una excepción lo que aconteció en el templo riojabajeño este pasado domingo.
Durante los primeros compases, el cuadro de Andoni Alonso transmitía peligro rematando varias acciones de balón parado, mientras que Víctor Andrés, con un tiro que blocó Valencia, y un remate franco de Marc Nierga, que despejó Mahugo cuando casi se cantaba el gol, fueran las oportunidades de los locales durante un primer tiempo al que le faltó continuidad en las acciones. El paso por los vestuarios no afectó en demasía el desarrollo del juego, aunque sí que se intuía mayor ambición por parte de los riojabajeños.
Además, al cuarto de hora de la reanudación Cisneros veía la segunda amarilla lo que parecía allanar el camino para conseguir el triunfo de los anfitriones. Diego Martínez movía el banquillo y aunque Martínez-Losa lo intentaría con un remate de cabeza que se marchó cercano al poste, fue Briñol el que pudo romper las tablas. Primero Riego se anticipó al futbolista navarro, mientras que ya en el minuto 93 un defensor rojillo taponó el lanzamiento del futbolista de una Mutilvera que se mete en la pelea por la Pro.
El que no levanta cabeza es el Haro. Sufrió una dura derrota en Tajonar ante un Osasuna B que sacó provecho de su acierto en los minutos iniciales de cada partido. Dio igual que Aitor Calle revolucionara su once -incluido el cambio en la portería relegando a Fermín al banquillo en detrimento de Zarco- con la intención de cambiar la mala dinámica de los suyos. En este sentido, Córdoba, a los tres minutos, ya había puesto a los rojillos por delante con un gol olímpico. Por si fuera poco, Zarco ya había tenido que intervenir previamente, mientras que Córdoba, en el minuto 9, condenaba a los jarreros tras una mala salida de balón. Es más, se gustaba con una vaselina.
El 2-0 tan rápido fue un auténtico jarro de agua fría para un equipo que mentalmente no está para muchas florituras. Se acusó porque Osasuna B pudo irse al descanso con una goleada de escándalo y de no mediar Zarco el resultado pudo ser mayor. Sin embargo, en este Haro todos fallan, hasta el debutante portero que en el minuto 46 no atajó un balón que Santafé transformó en el 3-0. Con el duelo sentenciado, el filial bajó su intensidad, mientras que los riojalteños tiraron de orgullo y casta para pelear contracorriente. Fruto de ello vineo el tanto de Héctor y alguna ocasión que pudo volver a meter a los riojanos en el choque, como un tiro de Josua que se marchó por poco. El problema, más allá del 3-1 definitivo, es que el Haro tiene que asumir que va a disputar la fase por la permanencia y que va a acudir a ella con pocos puntos en su casillero. De esta manera, su objetivo hasta el cierre de esta fase inicial debe pasar por sumar el mayor número de puntos.
Sin duda la noticia del fin de semana fue la derrota de la SD Logroñés. Los blanquirrojos, en liga, no perdían desde el pasado 3 de octubre de 2019 -durante 2020 no cedieron en ningún encuentro-, de hecho eran junto al Ibiza los únicos invicto de los equipos de Segunda B esta temporada. Hasta el sábado cuando el Izarra, donde debutaba Javi Martínez en los banquillos, fue capaz de lograr lo que otros habían intentado y no habían conseguido. Endika, a la salida de un córner, marcó a los 4 minutos. Un gol que evidentemente mediatizó el encuentro.
Los navarros hicieron su partido: intensidad, líneas juntas y a buscar las pocas oportunidades que tuvieran. Acertaron en la primera y dieron continuidad a su trabajo defensivo, donde brilló el esfuerzo, el orden y el sacrificio en aras de sumar los tres puntos. Enfrente, un bloque riojano que reaccionó durante la primera mitad con oportunidades para haber empatado y haber cambiado el discurso del choque. Así, Rodellar, con un tiro elevado, Chacón, tras una falta, y Javito, después de una buena jugada colectiva, no encontraron portería. Diego Estaban también lo intentaría con un remate de cabeza y un tiro, aunque el que más cerca estuvo fue Loza, que se topó con el cuerpo del portero Julio, después de una gran asistencia de Javito.
Sin embargo, durante la segunda mitad faltó chispa, creatividad, ritmo, profundidad y, evidentemente, remates. El Izarra supo neutralizar a una SD Logroñés a la que le pudo la ansiedad y el exceso de juego en horizontal. No hubo centros y, lógicamente, tampoco oportunidades. Un remate de cabeza de Imanol y un tiro cruzado de Borja Aizpún fue lo único destacable en la parcela ofensiva de un bloque nervioso y presa del resultado en contra que en la última media hora dominó territorialmente pero no generó prácticamente nada. Todo lo contrario que un conjunto blanquiazul disfrutando de su victoria ralentizando el juego, perdiendo tiempo y defendiendo con uñas y dientes.
En cuanto al resto de la jornada, el derbi aragonés entre el Ejea y el Ebro acabó en tablas sin goles, mientras que el Tudelano goleó 3-0 al Tarazona. De esta manera, la clasificación está liderada por el Calahorra con 20 puntos que ve como sus perseguidores se acercan y multiplican, ya que la Mutilvera y el Ebro llegan a los 19. Con 18 puntos aparece la SD Logroñés (con un duelo pendiente que disputará este miércoles ante el Haro), mientras que Tudelano y Tarazona tienen con 17. Osasuna B, que marca la fase de descenso, suma 15, Izarra tiene 11, Ejea es penúltimo con 10, mientras que el Haro continúa el último de la fila con 6.
Foto: SD Logroñés