Convertirse en familia de acogida es toda una experiencia vital. Supone dar a un niño o una niña la posibilidad de criarse en un entorno familiar y de establecer un vínculo con unas figuras estables, algo que, desafortunadamente, no han tenido. Son menores cuya familia no puede hacerse cargo de ellos o no está en condiciones de hacerlo y se busca para ellos la alternativa del acogimiento familiar.
El Gobierno de La Rioja ha lanzado un llamamiento para encontrar más personas que quieran dar este paso de sumarse a este programa. Como mínimo, La Rioja necesita 35 nuevas familias acogedoras para menores de 0 a 12 años. Ahora, explica el director general de Servicios Sociales, Pablo González, hay 103 menores en acogimiento, de los que 79 están en familia extensa (con tíos, tías, abuelos o abuelas) y 24 en acogimiento familiar.
Cuando un menor no puede ser atendido por sus progenitores, se procura que se quede con otros familiares. Si no es posible, pasa a acogimiento residencial, en pisos tutelados o en la Residencia Iregua o acogimiento familiar.
El acogimiento familiar puede ser de urgencia, de corta duración mientras se decide la medida de protección adecuada; temporal, cuando se cree posible la vuelta con su propia familia si mejoran sus circunstancias o la adopción; y permanente, cuando es difícil volver con su familia de origen.
Cómo convertirse en familia de acogida
Las personas que estén interesadas en convertirse en familias de acogida deben saber que cualquier modelo es válido. “Puede ser una persona, parejas... Lo que determina su idoneidad son las circunstancias, ver que tienen tiempo, espacio en casa, habilidades parentales...”, detalla González. Además, las familias dejan constancia de qué menores se consideran preparadas para acoger, como bebés o adolescentes.
Una vez tomada la decisión, pueden ponerse en contacto con la Sección de Acogimiento Familiar del Gobierno de La Rioja en el teléfono 941 294 361. A partir de ahí, “comienza un proceso guiado por profesionales de la Consejería y entidades colaboradoras, que incluye formación e información pormenarizada. Cuando se ha valorado si las circunstancias les van a permitir acoger a un menor en unas condiciones adecuadas, se pasa a formar parte de una bolsa de familias acogedoras, a la espera de que surja la necesidad de acogimiento”.
La idea es que a la familia no le suponga gastos extras la llegada del niño o la niña, así que el Gobierno de La Rioja les ayuda económicamente con gastos del día a día como médicos o clases particulares, si es necesario. Todo ello para asegurar el cuidado y la atención integral de los menores. Además, se procura que mantengan el contacto con la familia de origen.
Un proceso no extento de dificultades pero que deja muy buen sabor de boca a las familias. No en vano, son muchas ls que repiten la experiencia. “Son familias con un grado de empatía y generosidad muy grande, es un gran compromiso”, concluye González.
* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja