El descontento de México no se hizo esperar tras la aprobación de la ley de inmigración en el estado de Arizona (Estados Unidos). El gobierno mexicano consideró la adopción de esta normativa como un ataque a sus nacionales, los cuales suponen el mayor número de inmigrantes en suelo estadounidense. Tras varias protestas populares y la queja presentada por el propio presidente mexicano, Felipe Calderón, al mandatario estadounidense, Barack Obama; ahora le toca el turno a la Justicia.
Las autoridades mexicanas han presentado un recurso ante un tribunal estadounidense contra la polémica Ley Arizona, por considerarla racista y dirigida expresamente contra sus ciudadanos, informó este martes el Ministerio del Asuntos Exteriores mexicano.
En el texto del recurso, el Ejecutivo mexicano muestra su preocupación al afirmar que teme que la nueva ley provoque la detención injustificada de sus ciudadanos. La ley, que se prevé entre en vigor el próximo 29 de julio, permite a los cuerpos policiales de Arizona determinar la situación de legalidad o ilegalidad de ciudadanos dentro del estado (algo que hasta entonces era competencia sólo de los agentes de Inmigración) lo que facilita la detención y expulsión de extranjeros.
El gobierno mexicano expone igualmente en su recurso que la aprobación de la nueva normativa en materia de inmigración en Arizona perjudicará sus relaciones políticas bilaterales con Estados Unidos.
Este recurso presentado por México se suma a los que ya tenía en contra dicha ley: un total de cinco recursos de inconstitucionalidad planteados por grupos religiosos y de defensa de los derechos civiles, que consideran que la iniciativa favorece que la ley establezca una clasificación racial de los ciudadanos.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos ya ha criticado la nueva ley de inmigración de Arizona, mientras que el fiscal general del país ya ha afirmado que estudian plantear un recurso para impedir su entrada en vigor.
Los favorables a la medida, sin embargo, sostienen que la ley no posee ninguna motivación racista, y que su único objetivo es combatir el aumento de la criminalidad en Arizona, del que culpan a los extranjeros.
La división y la tensión entre partidarios y contrarios a la ley se verán aumentadas por un nuevo suceso en este estado fronterizo, donde supuestos narcotraficantes mexicanos han lanzado amenazas contra la Policía de la ciudad de Nogales, en Arizona, después de que hace tres semanas efectivos de este cuerpo se incautaran de un cargamento de 182 kilos de marihuana, según informaron las autoridades locales.
Según el jefe de Policía de Nogales, Jeff Kirhman, la amenaza consiste en que, cuando los agentes se hallen fuera de servicio, han de “ignorar” cualquier movimiento de transporte de droga o de lo contrario “se convertirán en objetivos”.
El jefe policial de Nogales afirmó que se toma “muy en serio” estas amenazas, por lo que ha solicitado apoyo adicional a la Policía de Fronteras estatal (que ya ha aumentado su presencia en la zona) y le ha pedido a sus agentes que lleven consigo armas y equipos de telecomunicaciones en todo momento.
“Nuestros informantes en México nos comunicaron que el cártel que organizó la operación [el envío de 182 kilos de marihuana a Estados Unidos] estaba contrariado por nuestra incautación. Los miembros del cártel le comunicaron a nuestro informante que comprenden que los policías estando de servicio tienen que realizar su trabajo, pero que aquellos que sigan con sus funciones policiales cuando estén fuera de servicio se convertirán en objetivos”, afirmó Kirkham en declaraciones a CNN.
El cargo policial afirmó que no sabe exactamente qué cártel está detrás de las amenazas.
Sin embargo, las organizaciones narcotraficantes que cuentan con una mayor presencia al otro lado de la frontera de Arizona, en el estado mexicano de Sonora, son los cárteles de Sinaloa y Juárez, que además se encuentran enfrentados entre sí.