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La Rioja, una de las comunidades sin Unidad de Rehabilitación Cardíaca

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Los programas de rehabilitación cardíaca pueden reducir hasta un 30% la mortalidad tras sufrir un infarto de miocardio y en los últimos seis años se ha experimentado un aumento de la cantidad de Unidades de Rehabilitación Cardíaca, según la directora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Carmen de Pablo. Sin embargo, La Rioja no cuenta con ninguna de estas unidades.

Existen alrededor de 110 Unidades de Rehabilitación Cardíaca en España, de acuerdo a los datos del Registro Español de Unidades de Rehabilitación Cardiaca (R-EUReCa), un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en colaboración con el Grupo Menarini que ha analizado el número de centros existentes en nuestro país, localización geográfica, dotación de personal y número y tipo de pacientes a los que atiende.

Sin embargo, la distribución geográfica no es homogénea, ya que “el mayor número de unidades se localiza en Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y País Vasco; mientras que hay comunidades sin ninguna unidad como Asturias, La Rioja, Ceuta y Melilla u otras como Castilla León, Castilla La Mancha y Galicia que cuentan con una dotación mínima que no abarca todas las provincias” ha explicado De Pablo.

Un programa de rehabilitación cardiaca, además del entrenamiento físico “debe incluir el control de los factores de riesgo cardiovascular, un control cardiológico y un proyecto educativo”, con la finalidad de que los pacientes sepan cómo controlar de forma individual esos factores de riesgo y aprendan a modificar hábitos de vida como la necesidad de dejar de fumar, hacer ejercicio o llevar a cabo una alimentación saludable. Además de estas actuaciones, algunas Unidades de Rehabilitación Cardiaca incorporan una parte de atención psicológica y una evaluación sociolaboral.

“Ha costado mucho que los políticos apoyen estas unidades”

Durante el 'I Encuentro Nacional de Unidades de Rehabilitación Cardiaca', miembros de la SEC han explicado que “ha costado mucho que los programas políticos apoyen este tipo de unidades”, pero que, por fortuna, “ya empiezan a reflejarse en los planes de salud”. Asimismo, comienza a observarse un “interés por parte de los cardiólogos” y sobre todo de los pacientes, que han empezado a demandar estos servicios, cuyos beneficios “son más que patentes” en los pacientes con enfermedad cardíaca.

La patología que con más frecuencia es atendida en estas unidades es la cardiopatía isquémica (alrededor del 85%), especialmente tras un síndrome coronario agudo (65%). Con menos frecuencia, se encuentran los pacientes con insuficiencia cardiaca estable, los pacientes trasplantados, y quienes tienen valvulopatías operadas o cardiopatías congénitas intervenidas. Se estima que solo en el año 2013 se han rehabilitado 6.500 pacientes, de los que un 85 por ciento padecía cardiopatía isquémica.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), esto podría suponer que alrededor del 9% de la población tras ser diagnosticado de cardiopatía isquémica (infarto de miocardio y revascularización percutánea o quirúrgica) ha sido rehabilitado. Para la doctora De Pablo “estas cifras han mejorado mucho con respecto a registros previos. A modo de ejemplo, los datos del registro ECRIS del año 2007 decían que la rehabilitación no llegaba al 3% por ciento”. La especialista ha incidido en la importancia de que el paciente cuente con un trabajador social que “valore su situación social” una vez que se le ha dado el alta, por ejemplo, para ver “si pueden incorporarse a su puesto de trabajo o por el contrario, es necesario hacer algún tipo de modificación”.

Las unidades, cada vez mejor equipadas

Según los asistentes a este encuentro de cardiología, estas unidades “cada vez están mejor dotadas de material y espacio al contar con gimnasios, consultas y el equipamiento necesario tanto para entrenar como para realizar el control del entrenamiento”. En el país, más del 60 por ciento tienen dependencia funcional pública y “la mayoría tienen telemetría, sistemas de reanimación cardiopulmonar y cuentan con equipos de ergometría y ecocardiografía”, han explicado. Sin embargo, todavía existen carencias, como el número de unidades con posibilidad de medida directa del consumo de oxígeno, que “es solo del 30 por ciento”, ha sentenciado la directora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.