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Las lluvias de primavera doblan los tratamientos de la uva

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Las lluvias caídas en primavera han hecho doblar la cantidad de productos para tratar las enfermedades de oidio y botritys de la uva, según la Comisión del Vino de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja, Julián Cárcamo.

“El año para la uva ha sido muy difícil”, declaró Cárcamo, es por eso que los frutos están sufriendo “muchas” afecciones. Una cosecha normal “requeriría tres o cuatro manos de producto para tratar las enfermedades”, sin embargo, este año la cantidad empleada ha ascendido a siete y ocho tratamientos, llegando a nueve en algunas zonas de la Cuenca del Najerilla.

A partir del día 4 de mayo, La Rioja entró en un periodo de lluvias intermitentes moderadas y fuertes, que llegaron a 150 y 220 litros por metro cuadrado. La situación se prolongó hasta junio, que propició un ambiente de humedad, que acrecentó las enfermedades de la viña.

Actualmente, según Cárcamo, los problemas de la uva están “más que solucionados”. Sin embargo, la producción será “muy justa”, por lo que “no tendremos problemas para pasarnos del rendimiento”.

A pesar de la “justa” producción de este año, el responsable de la Comisión afirma que la uva será “de muy buena calidad”, ya que las bayas son pocas, pequeñas y están sueltas. Además, el agua “no les faltará”, por la cantidad de precipitaciones caídas en primavera.

“Llevo 22 años trabajando en el campo y nunca he conocido una lluvia así”, afirma Cárcamo. Las precipitaciones y la piedra caída por Tudelilla, Ausejo o Pradejón, parecen ser las causas principales de la “escasa” cosecha que experimentará tanto La Rioja Alta como la Baja.

Indica que las técnicas y los tratamientos químicos contra las enfermedades de la uva son los que han conseguido que la cosecha no se encuentre en niveles “críticos”. Sin embargo, habrá que esperar hasta su recogida en septiembre y principios de octubre, en La Rioja Alta, para comprobar si este año la cosecha es de calidad.