El mejillón cebra, la avispa asiática, el cangrejo rojo, el siluro, el visón americano o la pluma de la pampa. Son algunas de las especies invasoras registradas actualmente en La Rioja. Se trata de especies animales o vegetales no autóctonas que, por diversas razones, llegan a nuestros ecosistemas y desplazan a las autóctonos.
Una de sus principales características es la rapidez en la reproducción, que hace al mismo tiempo que su adaptación al medio sea casi inmediata. De esta forma, las especies invasoras van ocupando espacios y degradando ecosistemas, ya que acaban incluso con el alimento o las larvas de otras especies.
Es el caso del mejillón cebra que se reproduce tan rápido que el resto de los moluscos no tiene capacidad para competir con su apabullante ocupación de espacios o su consumo de microalgas. Ocurre también con los siluros. En el río Ebro han ido desapareciendo poco a poco las truchas y los barbos porque el siluro, de rapidísima reproducción, se alimenta del fango en el que otras especies depositan sus larvas.
Se habla mucho de los animales como la avispa asiática, que supone un gran peligro en la actualidad, pero lo cierto es que más de la mitad de las especies invasoras son vegetales. Casi todas ellas han sido introducidas de forma ornamental como el plumero del congo o las palmeras, que se adaptan rápidamente al entorno y trae consigo otras especies como el escarabajo americano.
Lo cierto es que muchas especies invasoras se introducen de manera fortuita pero otras llegan por motivos económicos como el visón americano para peletería o la trucha arcoiris para la pesca, especies preciadas por su rápida reproducción.