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El 61% de los fallecidos el último año en Logroño eligió ser incinerado

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El 61 por ciento de los 1.334 fallecidos durante el último año en Logroño eligió ser incinerado, ya que en los cementerios de la capital riojana se han encargado de 928 cremaciones y 595 inhumaciones de cadáveres.

Según datos aportados por el Ayuntamiento de Logroño, las incineraciones han crecido el 3 por ciento en relación al mismo período de 2009-2010, cuando hubo 1.334 defunciones, de las que 774 fueron cremaciones y 560 enterramientos.

Entre noviembre de 2010 y finales de octubre de 2011, ha habido 928 incineraciones, un 16,5 por ciento más, y 595 inhumaciones, un 5,8 por ciento más que el año anterior.

Sin embargo, el movimiento de restos sin incinerar ha descendido el 13 por ciento, con 664 operaciones, 87 menos que en el periodo anterior. También ha habido 150 incineraciones de conjuntos de restos, frente a las 1.168 del año anterior.

Además del cementerio de Logroño, en la ciudad existen otros dos pequeños camposantos, ubicados en los barrios de Varea y El Cortijo.

Desde la pasada primavera, el cementerio logroñés cuenta con 768 columbarios de granito natural para albergar el creciente número de personas incineradas en la ciudad.

Los ocho grupos de columbarios, con 96 unidades cada uno, están ubicados en los cuatros 14 y 15 del camposanto logroñés.

La tasa por utilizar un columbario durante diez años es de 362 euros, mientras que las cremaciones cuestan 187 euros y los enterramientos un precio similar, pero a esta cifra hay que sumar el alquiler del nicho y los gastos de la funeraria.

La ordenanza fiscal de 2012 incluirá una nueva tarifa de 230 euros para las cremaciones de fallecidos que no residan en la ciudad.

Como singularidad, el camposanto logroñés tiene como vecinos a tres hermanos Fossores que forman parte de una orden religiosa cuyos miembros apenas alcanzan la docena en toda España y que también trabajan como guardianes del cementerio de Guadix (Granada).

Esta orden de frailes fue fundada en la localidad granadina de Guadix en 1953 y su labor es enterrar a los muertos y rogar por los vivos y los difuntos.