La Casa de la Imagen celebra sus cuarenta años de vida con la exposición 'El tiempo de los artistas. 40 años de arte en la Casa de la Imagen', que reúne en una misma muestra a veintidós artistas de la comunidad que han trabajado con la institución. Una exposición que a su vez sirve para hacer un repaso al arte contemporáneo riojano, como pone en valor su director, Jesús Rocandio.
“Emocionante”, así es como define el fotógrafo el proceso de decisión sobre el material que se expone desde este viernes hasta el 2 de septiembre y que tiene como objetivo “mostrar estas fuerzas que surgen del trabajo común”, desde carteles a catálogos o vídeos. “Los nombres que hay son lo más granado del arte en La Rioja, soy consciente de que nos hemos dejado alguno, pero no hemos trabajado con ellos y por eso no están en la lista”. “Dieron todos un sí cariñosísimo a participar”, agradece. “Ha sido maravilloso pasear por el estudio de estos amigos y buscar las obras”, cuenta Rocandio ante una muestra que recoge desde lienzos hasta esculturas.
Un recorrido “que sorprenderá” también a amantes del arte, pues se podrá disfrutar de tres obras creadas expresamente para conmemorar este aniversario, como es el caso de Jesús López, Jorge Elías y su cartel de la exposición o Ivo Iglesias, el artista más joven de los participantes. “Óscar Cenzano es muy conocido por su obra en madera, sin embargo hemos elegido una obra en aluminio y cerámica”, cuenta Rocandio en referencia a las sorpresas que acoge la exposición.
La 'Casa' de nuestra historia
En estos cuarenta años la Casa de la Imagen -nacida como Galería Cámara Oscura- ha conseguido rescatar cerca de dos millones de imágenes en su archivo histórico, “que se dice pronto”, exclama Rocandio, incidiendo en el arduo trabajo de recuperación, “día a día”, para crear el archivo fotográfico más amplio de La Rioja, “un 10%” a servicio de investigadores. Una Casa que, en imágenes, cuenta la historia de la ciudad, siendo esta el centro cultural privado más longevo de la región que sigue en activo.
El teórico John Berger ponía en valor la fotografía no sólo como archivo histórico, sino también como poder para evocar lo ausente, lo invisible. Una reflexión que toma forma al pensar en el origen de la Casa de la Imagen, en primavera de 1982, durante el posfranquismo. “Detrás de cada fotografía hay un conjunto de acciones, hay un fotógrafo con un acervo cultural, con una historia detrás. Cuando uno hace click en una cámara, no solo está el momento de la fotografía, sino también está esa persona,con todo lo que sabe y ha vivido”. “Cuando pones una fotografía al lado de otra, ¿qué hay ahí que no se ve? es una tesis doctoral sobre la sociedad. ¿Qué es lo escondido en esa fotografía? Cuando las relacionas unas con otras ves mejor esa invisibilidad”
Educar la mirada ha sido la máxima que transmitir a sus estudiantes en sus cursos a lo largo de estos cuarenta años. “Primero va aprender el lenguaje”, precisa. pero lo “esencial”, es encontrar “esa mirada propia”, “huir de lo evidente”.