Los alojamientos para personas sin hogar de La Rioja se concentran en Logroño: del Proyecto Alaska al Housing First
Las situaciones que llevan a una persona a tener que dormir en la calle son tantas como personas en esta situación. Sus problemáticas son complejas y prestarles ayuda requiere entablar un vínculo que no siempre es fácil.
El tamaño de la comunidad autónoma de La Rioja y su configuración, con Logroño como la ciudad más grande con gran diferencia sobre las demás, permiten extender una red de servicios sociales que actúa de forma casi personalizada con estas personas. Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de las Personas Sin Hogar.
En La Rioja hay 10 recursos de alojamiento para personas en riesgo de exclusión y todos ellos se encuentran en Logroño. En total suman 288 plazas diarias. Otras localidades, como Calahorra, disponen de servicios de ropa, comedor o duchas que realiza el Ayuntamiento en colaboración con Cáritas, pero no hay alojamiento en el resto de municipios fuera de la capital.
De ellos, algunos se centran en colectivos con necesidades específicas, como el centro de acogida para mujeres maltratadas o los pisos para mujeres víctimas de violencia de género; en el caso de atención a migrantes, hay también dos recursos específicos, de Cruz Roja y Rioja Acoge o el Centro Educativo de Orientación y Seguimiento “Tren La Estrella'' de Cáritas, dirigido a presos y expresos.
Los otros cinco centros están dedicados a personas sin hogar sin especificación y son el piso de emancipación de jóvenes de Cruz Roja, el Centro Municipal de Acogida de Logroño, el Centro de Alojamiento Temporal Alternativo “Ricardo Rodríguez Martínez” y el Centro de acogida y atención integral (ambos de la Cocina Económica) y Centro de acogida temporal para personas sin hogar Domingo Álvarez Ruiz de Viñaspre (Proyeto Alasca).
Según la estadística del Gobierno de La Rioja, la ocupación media de estos alojamientos es del 57,1% en 2022, uno de los porcentajes más bajos a nivel autonómico, solo por encima de Melilla, con un 23,7% y muy lejos de comunidades vecinas como Navarra, que alcanza el 94,8% de ocupación.
Proyecto Alasca: “Lo más importante es que no estén en la calle”
Para Patricia Sáinz, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Logroño, este es positivo: “Significa que hay capacidad, que tenemos margen de atención por si la situación empeora”.
La concejala considera que las plazas de las que dispone Logroño son suficientes actualmente y explica cómo funciona el Proyecto Alasca, el recurso dedicado exclusivamente a las personas sin hogar que duermen habitualmente en la calle de Logroño. La ocupación allí es de en torno al 50%: “Podría haber hasta 36 plazas pero no es lo idea, que es en torno a 18. La ocupación actual ronda entre las 12 y 16 personas”.
En Proyecto Alasca es un centro de baja exigencia: “se trabaja con las situaciones más graves de exclusión social y residencial, como por ejemplo casos de desarraigo familiar, problemas de salud mental y adicciones”. Por ello, a concejala destaca la labor personalizada y constante que se desarrolla con cada persona, viendo hasta donde pueden llegar: “Lo más importante es que no estén en la calle”.
Las llegada al centro se hace a través de un engranaje coordinado, desde los centros sociales de Logroño hasta el personal de Policía Local o Medio Ambiente que dan el aviso de que hay alguien durmiendo en la calle. Entonces los educadores sociales del Proyecto Alasca también salen a la calle y desarrollan un vínculo de confianza para acercar a las personas sin hogar al centro.
Pero no siempre es fácil. A pesar de Logroño cuenta con recursos para dar servicio a más personas, la concejala de Servicios Sociales cifra en torno a las 10-15 personas que actualmente duermen en la calle en Logroño y que no quieren acudir a Alasca, aunque se sigue trabajando con ellos.
Actualmente trabajan un coordinador, dos trabajadores sociales, dos educadores sociales de día, dos de noche y dos de fines de semana. Patricia Sáinz alaba el trabajo que se desarrolla en el Proyecto “con un equipo con una gran vocación, realistas, proactivos, que se adaptan a las necesaidades y que son exigentes con las áreas de mejora”.
Housing First: Innovación social para llegar al último peldaño
Cáritas no gestiona alojamiento para personas sin hogar en La Rioja pero sí cuenta con una dilatada experiencia de trabajo a pie de calle con ellos. En este sentido, Cáritas reivindica innovación social en las políticas para personas sin hogar y advierte del retraso que se aprecia en La Rioja en este sentido respecto a otras comunidades autónimas.
Por ello, apuestan por programas como el Housing First, que consiste en ofrecer una vivienda independiente y autónoma a una persona que vive en la calle y facilitarle un acompañamiento para cubrir las necesidades básicas y las gestiones cotidianas. Precisamente, el Gobierno de La Rioja ha promovido en la convocatoria de IRPF la financiación de iniciativas de housing first.
“El trabajo con las personas sin hogar es un modelo en escalera en el que se deben subir peldaños, de la calle se pasa a un centro de baja exigencia, luego a un albergue y finalmente a una vivienda pero vemos como es difícil que las personas lleguen a ese último peldaño y a veces vuelven a la calle”, explica Marcos Montoya, técnico de Cáritas de este área.
Por ello, han puesto en marcha un proyecto piloto con el que a una persona que vivía en la calle se le facilitó un piso donde vive desde principios de este año. Aunque Marcos Montoya prefiere esperar para valorar los resultados, en términos generales la experiencia esta siendo positiva.
Dos metodologías distintas pero que miran a la misma dirección, ofrecer una alternativa a las personas que viven en la calle que mejore su salud mental y calidad de vida. Una red de albergues y un modelo innovador de Housing First son además dos fórmulas complementarias para conseguir que todas las personas en La Rioja duerman bajo un techo digno.
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