La dificultad de los niños pequeños para expulsar los mocos cuando se resfrían está detrás de muchas visitas al pediatra. El proceso es el siguiente: la mucosidad se acumula en las fosas nasales, baja al pecho y, desde ahí, origina un amplio abanico de síntomas (desde tos hasta fiebre) debido a que se infecta. Alfonso Montero, profesor de Fisioterapia Respiratoria de la Universidad Europea de Madrid, asegura que todo esto puede evitarse con fisioterapia respiratoria, una práctica que consiste en una serie de masajes que ayudan a expulsar la mucosidad acortando sensiblemente la duración del proceso infeccioso.
Según explica el profesor Montero, la fisioterapia respiratoria puede aplicarse desde las primeras semanas de vida del bebé. La técnica es sencilla: consiste en unos masajes en el pecho y el vientre del pequeño que favorecen la expulsión de aire y arrastran la mucosidad hacia la garganta. Desde ahí, todas las flemas salen fácilmente con un golpe de tos. “En el caso de que el cuadro infeccioso ya esté instalado, en cuatro días conseguimos que el niño pase de estar fatal a estar totalmente restablecido”, asegura.
Sin la aplicación de estos masajes, lo habitual es que la mucosidad retenida en el pecho se infecte y el niño necesite antibióticos y eventualmente un broncodilatador y un antiinflamatorio. En los casos más graves, puede ser necesaria incluso una hospitalización. “El problema es que a pesar de que los síntomas remitan, muchas veces el pecho no termina de limpiarse, de manera que al cabo de un tiempo todo el proceso comienza de nuevo”, explica Alfonso Montero. Precisamente en los casos de los bebés con mucha tendencia a la recaída, este especialista recomienda que los propios padres aprendan la técnica, un objetivo que se consigue en pocas sesiones pero que siempre debe hacerse de la mano de expertos profesionales.
En cualquier caso, hace hincapié en la importancia de aplicar unas medidas preventivas básicas que evitan que gran parte de la mucosidad llegue al pecho, algo que se consigue manteniendo la nariz del bebé limpia con suero y aspirando los mocos con los dispositivos que se encuentran fácilmente en el mercado. “De esta manera, evitamos todo el foco del problema”, recuerda.
El profesor Montero explica que a medida que el niño se va haciendo más mayor, este problema tiende a remitir solo, puesto que los pulmones maduran, el niño aprende a sonarse y, además, tiene más actividad, con lo que la mucosidad se mueve más de manera natural y se expulsa más fácilmente que en los más pequeños, que son mucho más estáticos.
A pesar de sus beneficios, en España la población conoce poco los efectos de la fisioterapia respiratoria, a diferencia de otros países como Francia, “donde los papás saben que estos profesionales tienen un papel crucial en el tratamiento”, asegura este experto. En su opinión, esto se debe en parte a que en nuestro país hay muy pocos profesionales que se dedican a este campo.