Méndez indicó que cualquier política de reconversión de General Motors, después de la “catástrofe” de la suspensión de pagos en Estados Unidos, tiene que tener en cuenta este factor de competitividad de Figueruelas.
A su juicio, en relación con la planta de Aragón “se tiene que jugar con firmeza y con inteligencia”. “Las organizaciones sindicales lo estamos haciendo, pero lo tiene que saber hacer también el Gobierno de la nación. Se tiene que jugar con la baza de que es la factoría de Opel más productiva de Europa”, insistió.
El responsable de UGT opina que en General Motors “ha llovido sobre mojado”, pues la empresa sufría desde hace tiempo unas circunstancias estructurales “que estaban incluso obstaculizando el desarrollo de la actividad de las factorías en Europa”. “Digamos que era un lastre”, precisó.
A su juicio, esta situación estructural se ha agravado por la crisis y ha conducido a una situación “impensable” que ha conmocionado a la situación estadounidense porque “ha caído un símbolo del neoliberalismo, de la iniciativa privada, que ha tenido que ser rescatado por los contribuyentes norteamericanos”.