Miles de mexicanos han salido a las calles de México DF para protestar por el cierre de la empresa eléctrica Luz y Fuerza del Centro (LFC), liquidada hace un mes y que ha dejado a unos 40.000 empleados sin trabajo.
Durante la mañana, los trabajadores de la compañía eléctrica bloquearon algunos accesos clave a la capital, lo que motivó que la policía tratase de dispersarles con gases lacrimógenos.
Por otra parte, la principal carretera de salida hacia la frontera con Estados Unidos se convirtió en escenario de un enfrentamiento entre agentes y manifestantes que concluyó con cuatro policías y diez ciudadanos heridos.
El líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, explicó a la prensa que quieren que se respete el “contrato colectivo de trabajo”. “Nos despojaron de nuestro empleo de un día para otro y desampararon a miles de familias”, agregó.
Los trabajadores culpan al gobierno mexicano de la situación,
ya que el Ejecutivo de Felipe Calderón ha descartado privatizar la empresa y la considera inviable. Sin embargo, los sindicatos creen que tras este movimiento existen otros intereses empresariales del sector privado.
El gobierno, como compensación, está pagando indemnizaciones a los trabajadores
y prevé contratar a una parte para la Comisión Federal de Electricidad, la compañía que suministra al resto del país y que se ha hecho cargo de las operaciones de la LFC.