Las reacciones estadounidense por el vertido de petróleo, originado por la plataforma petrolífera de British Petroleum, siguen sucediéndose tras pasar más de un mes desde que se originará el desastre medioambiental.
El gobernador del estado de Louisiana, Bobby Jindal, ha criticado la lentitud con la que la petrolera británica BP y las autoridades federales han actuado para proteger las costas del Golfo de México de la llegada del enorme vertido.
Tanto la Guardia Costera de Estados Unidos como BP no han sido capaces de enviar con la rapidez necesaria los suministros y materiales requeridos para la limpieza del vertido, que ya afecta a las frágiles marismas del estado de Louisiana, indicó Jindal.
“Está claro que los recursos necesarios para proteger nuestra costa aún no han llegado”, agregó el gobernador del estado en una rueda de prensa en la que se lamentó de la ausencia de los equipamientos y productos necesarios para limpiar y frenar el vertido. “El crudo se asienta y espera a ser limpiado, pero cada día que pasa más y más pantanos mueren”, señaló Jindal.
Cerca de 5.000 barriles de petróleos diarios se han vertido al mar desde la explosión de la plataforma,
a finales del pasado mes de abril. El gobernador de Louisiana dijo estar “frustrado” por la lentitud de los trabajos destinados a atajar la mancha de crudo y dijo que los retrasos en el envío de recursos a la costa era “inaceptable”.
Por ello, instó a la Guardia Costera a que delegue más competencias al gobierno de Louisiana, para que las autoridades locales puedan proteger sus propios territorios. Hasta el momento, el crudo ha alquitranado 100 kilómetros de la costa del estado, apostilló Jindal.
Por su parte, la petrolera informó el pasado viernes de que la cantidad de crudo que se está vertiendo en el derrame del Golfo de México se ha reducido a la mitad a lo largo del jueves, según sus últimas estimaciones.
En el plazo de la madrugada del miércoles al jueves y la madrugada del jueves al viernes, la cantidad de crudo derramado equivalía a 2.200 barriles diarios (unos 350.000 litros), respecto a los 5.000 barriles de crudo al día (795.000 litros) que se vertían previamente al mar. “El flujo cambia, ya no es constante”, declaró el portavoz, John Curry.
Estas cifras contrastan significativamente con las aportadas por científicos independientes, quienes aseguran que el pozo de perforación defectuoso ha llegado a verter al Golfo hasta 70.000 barriles al día (11 millones de litros). BP calificó de “inexactas” estas cifras y negó cualquier tipo de encubrimiento.
“Siempre se trató de una estimación muy general”, dijo un portavoz de la compañía británica el viernes, después de que legisladores de Estados Unidos la acusaron de ocultar la magnitud del derrame, al tiempo que las imágenes de televisión mostraban la llegada del crudo a los pantanos de Louisiana. BP también emitió un comunicado diciendo que se podrían usar varios métodos y variables para calcular el flujo.
Según la empresa, el daño en el boquete de la tubería dañada ha abierto el diámetro del conducto en un 30%, mientras que otro tubo de perforación atrapado dentro del elevador ha reducido el área de flujo en un 10% adicional, dijo. “Por lo tanto, algunas estimaciones de terceras partes sobre el flujo, que suponen un diámetro de 49,53 centímetros, son imprecisas”, dijo BP.
Sin embargo, el Congreso estadounidense ha vuelto ha expresar sus sospechas sobre la transparencia informativa de la compañía. En en esta ocasión ha sido el congresista demócrata por Massachusetts, Ed Markey, quien advirtió de que BP está haciendo todo lo posible por impedir la circulación de datos fiables con el objetivo de reducir al mínimo su cuota de responsabilidad en el incidente.
“Es obvio que están [BP] intentando limitar la información para proteger su responsabilidad económica”,
declaró Markey, quien preside el Comité Selecto de Independencia en Energía y Calentamiento Global, en declaraciones a la cadena CNN.