La Fiesta del Vino de Burdeos (Fête le Vin) atrajo en junio a 450.000 visitantes durante sus cuatro días de duración y los comerciantes de Hong Kong han visto en este evento la vía para potenciar el creciente interés por el vino en su región.
La secretaria de Desarrollo Económico de la isla, Yvonne Choi, se ha propuesto celebrar una fiesta del vino de Burdeos con el objetivo de facilitar el intercambio entre instituciones, clubes, restaurantes y hoteles y completar los cursos de educación vitivinícola que existen actualmente. “Necesitamos más formación para el personal que atiende al público y para hombres de negocios”, asegura Choi, que visitó la 'Fête le Vin' y ha mantenido ya reuniones con la Cámara de Comercio de Burdeos.
La secretaria opina que habría que adaptar la fiesta, completándola con productos gourmet, para convertirla en un festival 'Hong Kong-Burdeos'. A falta de río Garona, el acontecimiento se celebraría en el puerto con el objetivo de atraer a visitantes de la China continental y del resto de Asia.
Hong Kong cuenta con 7 millones de habitantes que, a principios de este año, vieron reducir a cero los impuestos sobre el vino importado, una medida que se tradujo en un crecimiento del 150% en las operaciones de entrada de vino extranjero.
La isla se colocó como el 13º mayor importador de Burdeos en volumen en 2007 y está dispuesta a convertirse en el centro del comercio de vino de Asia. Los operadores tienen puestos sus ojos en China, donde sus 1.300 millones de habitantes están empezando a abrirse a la importación de vinos.
BURDEOS BUSCA CLIENTES
Mientras los asiáticos quieren absorber la esencia de Burdeos, la región francesa se propone convertirse en un auténtico centro cultural del vino potenciando el enoturismo.
Sylvie Cazes, que acaba de convertirse en la primera mujer que preside la Union des Grands Crus Classes de Burdeos (UGCB), quiere potenciar las actividades de promoción dirigidas al público.
Cazes, que también es concejal del Ayuntamiento de Burdeos, estudiará a fondo el concepto del 'Relais & Châteaux Cordeillan-Bages Hotel', en el restaurado pueblo de Bages, que alberga restaurante, panadería, tienda de vino, taller de arte, agencia de viajes y escuela de vino, para saber cómo se puede extender el modelo al resto de la región.
Junto al alcalde de la ciudad, Alain Juppé, la presidenta del UGCB pretende promocionar proyectos turísticos enoturísticos y estrechar los vínculos económicos entre el sector y los poderes políticos de Burdeos.
“Es fundamental atraer a los consumidores a nuestro mundo -defiende Sylvie Cazes-, para mostrar que el vino forma parte de un estilo de vida más amplio y fidelizar a unos clientes que deben tener la certeza de que pueden confiar en nosotros”.
En su proyectos de promoción quiere involucrar a todos los bodegueros bordeleses, aunque reconoce que a veces son difíciles de convencer. “Muchos no quieren trabajar los fines de semana pero, si te diriges al consumidor, debes hacer las cosas cuando a él le va bien”, afirma.
Sylvie Cazes preside la junta de Chateau Lynch-Bages y los negocios familiares de vino. Su padre fue alcalde de Pauillac durante 40 años.