Una vez más, la población de Peshawar vive la violencia de los grupos talibán. Un nuevo atentado suicida ha costado la vida de al menos cuatro personas y ha dejado 25 heridos cerca de una comisaría policial en las afueras de la ciudad de Peshawar, en el conflictivo noroeste paquistaní.
El jefe de la administración del distrito de Peshawar, Sahibzada Anis, citado por el canal privado Geo TV, ha explicado que un suicida detonó la carga que transportaba en su vehículo después de que las fuerzas de seguridad pidieran al conductor que hiciera una parada en la zona de Badhbeer, en la carretera que lleva al municipio de Kohat.
Sin embargo, el canal Express TV, que no precisa sus fuentes, elevó a 6 el número de víctimas mortales y a una cuarentena la de heridos.
De acuerdo con esta versión, el ataque, en el que se utilizaron 200 kilogramos de explosivos, se registró a las 07.55 hora local (02.55 GMT) y tanto el edificio que alberga la comisaría como una mezquita cercana quedaron severamente dañadas por la deflagración.
Los heridos, entre los que hay mujeres, han sido trasladados a varios hospitales de la localidad para recibir asistencia médica.
Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona y se ha declarado el estado de emergencia en los hospitales, mientras los equipos de salvamento se han desplazado al lugar de la explosión para llevar a cabo tareas de rescate. Las autoridades temen que haya víctimas atrapadas entre los escombros.
Tanto el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, han condenado el ataque y han mostrado su determinación en la lucha contra el terrorismo.
Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera Noroeste, está siendo escenario de ataques terroristas casi a diario. El pasado sábado, 10 personas fallecieron y 25 resultaron heridas en una acción similar a la de hoy en las inmediaciones de un puesto de control de la policía y un día antes un potente atentado suicida contra la sede regional de la principal agencia de los servicios secretos (ISI) dejó trece muertos y decenas de heridos.
Esta ciudad paquistaní se ha convertido en objetivo de los grupos talibán desde que el Ejército comenzara el pasado mes de octubre una ofensiva contra estos milicianos en la provincia de Waziristán Sur. La oleada de atentados perpetrada desde entonces por los insurgentes se ha cobrado cientos de vidas en esta localidad.