La Federación de Servicios Públicos de la UGT cree que la huida de un preso común de la cárcel de Logroño demuestra las “carencias” en materia de seguridad y de personal que presenta este centro penitenciario.
S.S.S., de 26 años y natural de Castellón, saltó este martes la tapia del módulo cuatro de la prisión de la capital riojana y se fugó hacia las 14:40 horas. El interno, que cumplía una condena por robo, iba a salir de la cárcel el próximo mes de marzo y, al parecer, se encontraba protegido por los problemas que había tenido en la prisión con otros internos, lo que se baraja como una de las causas de la fuga.
De acuerdo con la información facilitada por un portavoz penitenciario de la FSP-UGT, “los tiempos han cambiado y los nuevos sistemas de seguridad sólo están aplicando a los centros de nueva construcción y no a las cárceles antiguas”.
“De ser así, esta fuga podría haberse evitado”, afirmó este portavoz, quien insistió en que “los sistemas actualmente existentes en Logroño no son los más adecuados”. “Solo hay que acercarse por el penal para darse cuenta que el ”vallado está oxidado“, dijo.
Este mismo portavoz recordó que, en su día, Instituciones Penitenciarias realizó una inversión en la cárcel para instalar un vallado de concertina (alambre circular de cuchilla), que sólo se instaló en los módulos para presos más peligros. El resto de la inversión prevista no se llegó a ejecutar, lo que dejó sin este vallado al módulo cuatro, que fue por donde se fugó el preso.
A esta carencia de materiales de vigilancia, este mismo portavoz sindical indicó que se une la falta de personal en la cárcel, lo que dificulta la vigilancia de los presos. De acuerdo con los cálculos de la FSP-UGT, en la cárcel de Logroño faltan entre 20 y 25 funcionarios, con respecto a la relación de puestos de trabajo de la prisión, que fue concebida en su día para 250 presos, cuando en estos momentos existen alrededor de 390 internos en el centro penitenciario.