El Unicaja de Málaga sumó su cuarta victoria en la Liga ACB, tras imponerse (76-66) al DKV Joventut en la quinta jornada de la competición casera, en un partido que estuvo marcado por el reencuentro del técnico Aíto García Reneses con el que fue su equipo durante cinco temporadas.
Además de por Aíto, el encuentro se caracterizó por el acierto andaluz desde el perímetro --13 triples-- en lo que fue un último cuarto memorable. Entre Haislip y Kelati, los malacitanos dejaron sin reacción a la 'penya' que, cada vez que se acercaba en el tanteador, se llevaba una incontestable respuesta.
Y es que el choque encauzó el final del tercer cuarto con igualdad absoluta (42-42, min.24), pero con Unicaja deseando abrir brecha y demostrando su hambre tanto en la canasta rival como en la suya propia. Los de Aíto, volvieron a contar con la mejor versión de Carlos Jiménez.
El internacional por excelencia no es la primera vez que, esta temporada, firma un encuentro de ensueño. Jiménez logró 24 puntos de valoración merced a sus diez rebotes (6 en defensa y 4 en ataque), además de repartir 10 asistencias y anotar otros tantos puntos.
Síntoma de que el sistema de Aíto empieza a carburar, a funcionar a las mil maravillas. Eso no quiere decir que los verdinegros no impusiesen su calidad por momentos porque Simas Jasaitis (21 puntos) y Bracey Wright (14) dieron buena cuenta de ello (lograron un parcial de 0-10 en el minuto 30). Pero destacó también que hasta en las recuperaciones, pertenencia indiscutible de la 'penya' la pasada campaña --faltaba Ricky Rubio--, dominaron los locales, que tomaron el cuarto final con un acierto estratosférico. Haislip disparó primero, pero el joven Ribas contestó sin vergüenza acto seguido.
En esas estuvieron en los dos minutos finales, en los que los de Badalona no desenfundaban a tiempo o lo hacían sin precisión, y otro triple de Haislip puso tierra de por medio. El 72-62 a menos de un minuto y medio, con un mate increíble del americano, cerró un encuentro que confirmó el estado de gloria que viven los malagueños, que cuentan en su haber con la fórmula de Aíto.