El vecindario del Casco Antiguo de Logroño está harto y pide “que se sancione a los hosteleros mercenarios”
Nueva denuncia de Demanda Casco Antiguo de Logroño aunque los motivos siguen siendo los mismos. Y es que la asociación vecinal acusa a la hostelería de esta zona de Logroño de “reirse a la cara de los vecinos y del alcalde”. A través de un nuevo vídeo grabado el fin de semana pasado denuncia los “incumplimientos sistemáticos de las ordenanzas municipales, excesos de ocupación de terrazas, puertas abiertas, música y televisores en la calle, consumo de alcohol en la vía pública o vasos de alcohol, entre otros”. Y es que confiesan que “es frustrante que, tras cuatro meses denunciando con pruebas los repetidos abusos, a día de hoy sigamos en las mismas o incluso peor”.
Porque tal y como evidencian “se sigue consumiendo alcohol en la vía publica fuera de las terrazas, puertas abiertas con niveles de música muy por encima de los decibelios máximos autorizados, televisiones retransmitiendo fútbol en la calle, mobiliario y arbolado público estrangulado por mesas, sillas y sombrillas, botellones y vasos de plástico en la Laurel, despedidas de soltero con megáfonos y guitarras...” son incumplimientos en los que Demanda Casco Antiguo vuelve a poner el foco.
Y así, cuatro meses, 120 días señalando el “nulo compromiso de parte de la hostelería del centro histórico”. Un tiempo que ha hecho que la situación sea “insostenible. Estamos hartos de mantener reuniones con responsables municipales que nos aseguran que van a hacer cumplir las normativas, cuando la realidad es que algunos hosteleros se siguen riendo en la cara de los vecinos y, si de verdad la intención del alcalde, Conrado Escobar, es atajar el problema, riéndose también en la suya propia porque, como demuestra este nuevo vídeo, hacen lo que les da la gana con absoluta impunidad”.
Por todo ello, Demanda Casco Antiguo vuelve a exigir a Escobar y a su equipo e gobierno que “tomen medidas de una vez y empiecen a sancionar a estos hosteleros mercenarios. Los vecinos hemos sido extremadamente generosos, pidiendo nada más un poco de orden y respeto a normas que, de por sí, ya están hechas a la medida de la hostelería, pero esto está llegando a un punto de difícil retorno”, advierten.
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