Toda una vida dedicada a la Atención Primaria: “Tener el mismo médico de familia durante más de diez años disminuye la mortalidad”

Ella tiene 29 años y quiere ser médica de familia. Él lleva 41 ejerciendo como tal. Alodia Rodríguez es médica residente de Atención Primaria en el centro de salud de Lardero. Tomás Gómez es médico de familia desde 1983. Durante 25 años ha ejercido en el Villar de Torre, Cañas y Villarejo. Ahora continúa atendiendo a sus pacientes en Nájera.

"Es la especialidad más bonita, la más divertida porque un día ves un infarto, otro día un catarro... esto es distinto todos los días y el contacto y la cercanía con la gente es lo más bonito de esta especialidad, algo que no se paga con dinero"

Rodríguez y Gómez han optado por la especialidad menos atractiva en estos momentos, por la medicina familiar. Sin embargo, ellos lo han tenido claro desde el principio. Y ese principio para Gómez se remonta a 1983 cuando “aprobé las oposiciones de APD”. Desde entonces ha sido médico rural. “Trabajé 25 años en Villar de Torre Cañas y Villarejo, luego me bajé a Nájera donde llevo 16 o 17 años”. Ha dedicado toda su vida laboral a la medicina familiar, un proyecto vital que Rodríguez quiere emular porque hay algo en lo que ambos coinciden. “Es la especialidad más bonita, la más divertida porque un día ves un infarto, otro día un catarro... esto es distinto todos los días y el contacto y la cercanía con la gente es lo más bonito de esta especialidad, algo que no se paga con dinero”, asegura Gómez quien reconoce además que el cuarto de siglo que ha vivido como médico rural han sido los mejores, “laboral y personalmente”. “Para que te hagas una idea”, interpela, “hace seis años era el cuarto más joven de mi centro, ahora soy el más mayor. Eso significa que estamos a gusto. No nos movemos sólo por dinero, sino por cómo nos encontramos en el trabajo”.

Rodríguez por su parte aún está formándose para ser médica de familia, pero también lo tuvo claro desde el principio. “Elegí Atención Primaria porque desde que empecé la carrera tenía claro que quería trabajar en un centro de salud . Me parece que estamos muy cerca de la población y tenemos una visión muy integral y completa del paciente”. Una elección que ahora, tras haber elegido esta especialidad, confirma. “Después de haber elegido medicina de familia sé que no me he confundido, estoy contenta porque sigo pensando que he optado por una especialidad muy completa y mi intención, cuando acabe la especialidad en septiembre, es quedarme”.

9 plazas sin cubrir en La Rioja

Gómez y Rodríguez han sido seducidos por la medicina familiar, una especialidad que este año no ha logrado cubrir la totalidad de las plazas ofertadas en La Rioja. Y es que en el proceso extraordinario aún quedaron sin cubrir 9. Así, del total de plazas autorizadas por el Ministerio de Sanidad en La Rioja (25), en el proceso ordinario se adjudicaron, 8. El mismo número de plazas que se han adjudicado en el proceso extraordinario con lo que La Rioja se queda sin adjudicar 9 plazas MIR de medicina familiar.

¿Por qué no es atractiva esta especialidad para los futuros profesionales de la medicina?. En esto también coinciden este médico que está próximo a la jubilación y esta futura médica de familia. “Creo que hay varios motivos”, explica Rodríguez. “Uno de ellos, porque no es conocida. Y es que en la mayoría de facultades españolas creo que no se le da la importancia que merece a la atención primaria y comunitaria y lo que no se conoce, no se elige”. Un desconocimiento al que hay que sumar las condiciones. “El tiempo que tienes para atender a los pacientes, la presión... al final abarcamos muchos campos y debemos saber de muchas cosas”.

“Algo estamos haciendo mal”, reflexiona Gómez. Tras 41 años de experiencia plantea que “quizás no le estamos enseñando a la gente joven lo bonito que es este trabajo, el contacto con la gente, saber cómo viven, con quién, cómo se relacionan... el único problema es que tenemos una masificación brutal”. Ahora en su consulta de Nájera, Gómez cuenta que tiene 60 pacientes “y eso es lo que mata, además del papeleo. Un día normal en mi consulta, el 20, 25 por ciento de mi trabajo lo dedico a hacer papeleo que no nos corresponde por distintos motivos, retrasos en las pruebas diagnósticas... tenemos la puerta abierta de la consulta y al final los pacientes nos preguntan todo, hasta qué pasa con mi cita del hospital”. 25 años en Villar de Torre, Cañas y Villarejo y ahora en Nájera. “Una zona semi urbana, pero que se parece más a una zona urbana con cupos grandes, población envejecida y más demanda y una gestión no demasiado buena del post covid... ”, factores que pueden alejar a los futuros profesionales de la medicina familiar. Y al igual que Rodríguez, también desearía un mayor impulso desde las facultades. “No hay ninguna cátedra de medicina de familia, desde las universidades no se enseña esta especialidad”. Y en ese “algo estamos haciendo mal” Gómez también admite cierta dosis de culpabilidad. “La culpa también es en parte nuestra, no vendemos lo bonita que es esta profesión y esta especialidad”.

"No hay banquillo y un profesional de la medicina familiar no se fabrica en tres años por lo que es necesario una mayor reivindicación de la especialidad"

Y ahí están las consecuencias, no hay profesionales de la medicina de familia, “no hay banquillo” advierte Gómez, “y un profesional de la medicina familiar no se fabrica en tres años por lo que es necesario una mayor reivindicación de la especialidad. La ciudadanía debe exigir que el profesional que le atienda esté formado y tenga la especialidad. No se puede hacer de la necesidad virtud y que profesionales que no tienen la especialidad ejerzan como tal, aunque lo hagan con la mejor voluntad e intención”. Como colectivo, insiste en que también se debe reivindicar la especialidad, “¿para qué voy a hacer medicina familiar si luego cualquier compañero o compañera puede tener acceso a este trabajo?, quizás esta sea la reflexión de futuros profesionales y el porqué de la desafección de muchos de ellos”.

Y localizada la patología, el diagnóstico de estos dos profesionales es claro. “Hemos tenido un modelo de atención que ha funcionado maravillosamente, pero hay que darle una vuelta, determinar qué es lo que tenemos que hacer y qué no. Son necesarios cupos más pequeños y tener más tiempo para los pacientes”. Porque el papel del profesional de la medicina de familia es clave. “Hay un fármaco que hace que la gente se muera menos, que disminuya la mortalidad en un 10%, 20%. Tener el mismo médico de familia durante más de diez años, disminuye la mortalidad”, sentencia Gómez, algo que asevera está probado científicamente.

"Hay que dar a conocer la especialidad además de mejorar las dotaciones, las condiciones y los recursos"

Rodríguez por su parte insiste. “Hay que dar a conocer la especialidad además de mejorar las dotaciones, las condiciones y los recursos” que comprende son diferentes en cada centro de atención continuada y en cada comunidad autónoma. Su experiencia, el centro de salud de Lardero. “Una localidad en la población ha crecido mucho y los cupos también. El tiempo de asistencia antes era de 6 minutos, ahora de 10, pero los pacientes vienen a la consulta con un sinfín de consultas que son imposibles de solucionar en ese tiempo. El tiempo es clave, además de poder tener acceso a determinadas pruebas porque todavía hay algunas que no podemos solicitar desde atención primaria”.

Gómez lleva más de 30 años dedicándose a sus pacientes en distintos centros de salud de La Rioja. Rodríguez asegura que dentro de 30 años podrá decir lo mismo. “Dentro de 30 años me veo de médica de atención primaria en un centro de salud rural, me he criado en un pueblo muy pequeño y me gusta la vida en un pueblo”.

Este 19 de mayo se celebra el Día Mundial del Médico de Familia, una fecha para reconocer y honrar el papel vital que desempeñan los profesionales de la medicina de familia en la atención primaria de la salud. Y es que son los que brindan atención médica integral a las personas, desde el diagnóstico y tratamiento de enfermedades hasta la prevención y promoción de la salud, por lo que profesionales de la medicina como Alodia Rodríguez y Tomás Gómez, son imprescindibles.