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Lluvia fina es un blog del equipo de política de eldiario.es con análisis y opinión de lo que sucede en el día a día en los partidos políticos

25 años Rajoy, 21 años Rubalcaba

Manuel Sánchez

Muy poco expectación, por no decir nula, está despertando la celebración del Debate sobre el estado de la Nación que se celebra la próxima semana en el Congreso de los Diputados.

Es cierto que, salvo en momentos puntuales, el que se puede considerar el más importante acontecimiento parlamentario del año está en decadencia desde hace ya tiempo. Y, además, cuando un partido tiene mayoría absoluta, aún pierde más interés tanto el propio debate como las resoluciones políticas que puedan presentarse, ya que sólo saldrán adelante las del partido del Gobierno, salvo algunas pequeñas concesiones que se harán a las minorías, por aquello de que no se diga que utilizan el rodillo.

Ya no es sólo que la ciudadanía le dé la espalda cada vez más a este debate, sino que hasta en los medios de comunicación está como desinflado el asunto y hasta en los partidos políticos tampoco se ve la tensión de otros tiempos.

Pero más allá de la desafección que existe hacia la política, más allá de que también a este Gobierno le gusta anestesiar todo lo que tenga que ver con el debate parlamentario, más allá de que muchas veces no se hable de los problemas que importan a la gente, también existe un hartazgo de ver siempre a los mismos y las mismas caras.

Y, en este caso, me refiero a los líderes de los dos grandes partidos fundamentalmente que son los que protagonizan fundamentalmene el Debate, de claro tinte bipartidista en su formato.

De Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba ya nos lo sabemos todo. Su forma de subir a la tribuna, de hablar, de argumentar, sus tics, sus coletillas, sus gestos. Verlos debatir no provoca ninguna emoción, ni se puede esperar sorpresa alguna.

Y es que el actual presidente del Gobierno lleva 25 años ocupando un escaño en el Congreso -fue diputado en 1986, aunque muy pocos meses, y desde 1989, ininterrumpidamente-, y el actual líder de la oposición 21 años -desde 1993-. ¿Cuántas veces habrán subido a la tribuna en todo este tiempo? ¿Cuántas intervenciones han realizado? ¿Cuántos horas de televisión habrán ocupado? ¿En cuántas ocasiones los hemos escuchado?

Se ha debatido mucho en los partidos políticos la limitación de mandatos de los presidentes y, en algunas autonomías, se está aprobando. Pero jamás he oído plantearse una limitación de mandatos a los diputados y senadores, donde las caras más visibles de nuestro zoo político se perpetúan.

De hecho, quien “modera” el debate, el presidente del Congreso, Jesús Posada, lleva otros 21 años ocupando plaza en la Carrera de San Jerónimo. El portavoz de la tercera fuerza política, CiU,, Josep Antoni Duran Lleida, entró en el hemiciclo en 1982 -aunque no estuvo en algunas etapas-. Aunque es Alfonso Guerra el décano de la Cámara Baja, ya que ha ocupado escaño en todas las legislaturas desde 1977, un total de 37 años seguidos.

La necesidad de un relevo generacional en nuestra clase política y en los puestos de responsabilidad es un clamor entre la ciudadanía y, en algunos casos, dentro de las mismas formaciones políticas. Pero nuestros eternos dirigentes siguen ahí. Volverán el martes a subir a la tribuna por enésima vez, a ocupar muchas portadas de periódico y muchas horas de televisión. Pero lo que podrán evitar, me temo, es que cada vez les escuche menos gente.

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