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Almeida condiciona ahora el recorte de Madrid Central a que haya consenso con los grupos de la oposición

Carril bus provisional pintado en la calle Bravo Murillo.

Sofía Pérez Mendoza

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El proyecto de recortar Madrid Central queda en suspenso. El Ayuntamiento de Madrid debatirá los cambios propuestos, para permitir la entrada de coches con etiqueta C, en las mesas de negociación abiertas con la oposición para un pacto de reconstrucción. “Que dijéramos que queremos introducir determinados cambios en Madrid Central no sería leal con el planteamiento que nos hemos puesto en las mesas. Ahí va a ser objeto de debate y discusión. Es necesario en la medida de lo posible tratar de llegar a acuerdos”, ha afirmado el alcalde, José Luis Martínez-Almeida durante la presentación de una ampliación temporal de carriles bus que extienden en 45 los kilómetros exclusivos para el tránsito de autobuses y taxis en la capital.

La epidemia ha cambiado los planes del Gobierno municipal, que presentó este recorte en la zona de bajas emisiones como la medida estrella de su estrategia de sostenibilidad, Madrid 360. El planteamiento ya presentaba dificultades en su ejecución por la oposición de Ciudadanos a la medida. El socio llegó a votar en el Pleno contra ese punto de la estrategia que habían presentado conjuntamente en septiembre. 

Ahora, el Ayuntamiento ha optado por impulsar de urgencia el transporte público, empujado por el temor a un repunte del vehículo privado. Este miércoles, el alcalde ha anunciado la ampliación provisional de 45 kilómetros de carriles bus de la ciudad: 8,6 dentro de la M-30, 17,8 en el exterior de la vía de circunvalación y otros casi 19 en los nuevos desarrollos urbanos (los conocidos como PAU). La iniciativa significa ampliar un 30% el espacio destinado a estas vías. El alcalde ha insistido en que “ir en transporte público no supone un riesgo adicional” y que la ampliación permitirá transportar a “32.000 personas más al día”. 

“Nuestra apuesta es firme por el transporte público y la movilidad sostenible. Y que no se incremente el uso del vehículo privado en la ciudad de Madrid, incluso que se pueda reducir”, ha señalado el regidor que asegura que trabajan para adaptar la ciudad a las “consecuencias de la pandemia”. “Era fundamental y ahora es más urgente que nunca”, ha añadido para después pedir “un compromiso a la sociedad”. 

A partir del lunes se recupera al 100% la oferta de la Empresa Municipal de Transportes con la vuelta al servicio de todos los autobuses con exigencias de distanciamiento. 

Vuelven los parquímetros desde el lunes

Con la entrada en la fase 1, se revierte también la suspensión de los parquímetros, decretada con la declaración del estado de alarma. Los vehículos que quieran estacionar dentro de la M-30 tendrán que volver a pagar si aparcan en zonas dentro del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). El Consistorio ordenó dejar sin efecto estas zonas para facilitar los pocos desplazamientos que se producían durante el confinamiento estricto, sobre todo para los sanitarios y los familiares de ingresados o enfermos. 

“Entendemos que en este momento el transporte público debe ser una de las opciones prioritarias, sino la preferencia”, ha apuntado. En este sentido ha asegurado que “con las limitaciones establecidas no supone un riesgo adicional” el transporte público. El Consistorio decidió ampliar la desactivación del SER, que en un primer momento había establecido para los aparcamientos cercanos a los hospitales madrileños. Después se extendió a toda la ciudad. Ahora, este servicio vuelve a la normalidad. 

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