El tiempo apremia. Y Vox se muestra de momento inflexible en cuanto a apoyar las cuentas municipales del Gobierno de José Luis Martínez Almeida y Begoña Villacís. Tampoco parece probable que los cuatro ediles de Recupera Madrid tengan la intención de salvar esta vez al alcalde, como lo hicieron hace unos meses con la Ordenanza de Movilidad, lo que a cambio les supuso poder conformar el Grupo Mixto, decisión que está recurrida por sus antiguos compañeros de Más Madrid y por Vox.
A lo largo de estas últimas semanas, las relaciones de Almeida con ambos grupos se han tensado por diferentes motivos. Especialmente, las que mantiene con el grupo de extrema derecha, que según insiste una y otra vez el regidor de Madrid, siempre ha sido y será su “socio preferente”. El desencuentro ha llegado a tal extremo que Javier Ortega Smith ni coge el teléfono al alcalde ni contesta los numerosos wasaps que machaconamente le están mandado los dirigentes del área de Hacienda para que entre en razón. “Que les vaya bonito”, fue el último recado que les envió el líder madrileño de Vox en el tenso el Pleno municipal del pasado martes.
En el equipo de Gobierno confiesan que hay “preocupación” porque si a lo largo de este mes de diciembre los de Abascal se mantienen en sus trece de no sentarse a negociar, Almeida se verá obligado a prorrogar el 1 de enero las cuentas actuales, un “negro” escenario que consideran “desolador” porque, según advierten, va a crear “inestabilidad” y a perjudicar enormemente a los madrileños.
No es de extrañar pues que, ante este panorama, Almeida confesara este miércoles que siente “envidia” de que Rocío Monasterio, la líder de Vox en en la Comunidad de Madrid, “haya estado negociando durante dos meses” con la presidenta Isabel Díaz Ayuso hasta llegar a un acuerdo presupuestario en la Asamblea regional, a pesar de que son las primeras cuentas que la dirigente del PP logra aprobar.
Enfrente situó a Ortega Smith, cuyo grupo fue el que salvó los presupuestos del ayuntamiento en los años anteriores: primero, con una abstención, y, después, con sus cuatro votos a favor. Ahora le tildan de “irresponsable” y de hacer “”matonismo político“, mientras se preguntan qué es lo que ha pasado ”tan grave“ para que no dé su brazo a torcer ya que creen que las medidas contempladas en el acuerdo de investidura que cerraron al inicio de la legislatura se están cumpliendo en un altísimo porcentaje.
Sin embargo, de momento, las espadas siguen en alto mientras en la oposición son muchos los ediles que creen que habrá acuerdo con Vox in extremis. La teoría más extendida es que la formación de extrema derecha utiliza esta táctica de dejarse querer para capitalizar después el acuerdo presupuestario como lo han hecho en la Comunidad de Madrid en donde una de las condiciones que Monasterio ha puesto a Ayuso para apoyar el proyecto es que no admitiera ninguna enmienda de la oposición. Y lo han hecho en un pacto por escrito.
Los desprecios a Recupera Madrid
Así que las presiones continúan en esta especie de partida de ajedrez que se está librando en el palacete de Cibeles. Hace semanas, Almeida ya le dijo a Vox que ellos eran sus “socios naturales” frente a una izquierda a la que de antemano ha descartado por considerar que está en contra de las rebajas fiscales que ha lanzado su Gobierno para Madrid. De hecho, no ven factible que respalden la bajada de ingresos de 60 millones de euros en el IBI , una de las líneas roja del gobierno municipal. Hace bien poco Almeida despreció la mano tendida de los cuatro ediles de Recupera Madrid, cuyo portavoz adjunto, José Manuel Calvo, le entregó en el anterior Pleno municipal “cuatro comodines antiVox” para que los usara y evitar así tener que depender de la extrema derecha. La oferta sigue en pie.
Sin embargo, la estrategia del alcalde no pasa por aceptar ese apoyo y, en su intervención posterior en aquel Pleno replicó con desprecio a Calvo: “Señor Calvo, ustedes cuatro no son solo comodines para mí sino que son, además, tremendamente cómodos, tremendamente cómodos”. Y añadió: “Son ustedes el comodín, pero ya elegiré yo cuándo usarlo”, una lapidaria frase que sorprendió incluso a los suyos.
Recupera Madrid le devolvió a su manera el desaire y tras conocer las cuentas municipales aseguraron estar “sorprendidos de que se presenten como unos presupuestos sociales”. “Es de chiste”, criticó Marta Higueras, la portavoz. “Si Almeida busca el apoyo de Vox, no tendrá nuestros votos”, advirtió.
Vox responsabiliza a Almeida
Lejos de asumir que el fracaso negociador hasta el momento es suyo, Almeida se ha enzarzado con Ortega Smith en un agrio cruce de reproches que no parece tener fin, creándose entre los dos dirigentes un clima de tensión sin precedentes en estos dos años que van de legislatura, que arrancó gracias al apoyo de Vox al gobierno de coalición del PP y Ciudadanos.
Aunque el momento álgido de la pelea tuvo lugar este martes durante el pleno municipal —“que le vaya bonito, porque con nosotros no cuente”, le dijo muy enfadado Ortega Smith a Almeida al acabar su discurso—, el último aviso del regidor al líder de Vox se lo daba este mismo miércoles. “Javier Ortega va a tener que responder a los madrileños. ¿Por qué no se quiere sentar y trabajar por los madrileños? ¿Qué no le gusta de los presupuestos?”, aseveró. Según el alcalde lo que en realidad le pasa es que “como sabe que estos presupuestos son buenos, no quiere sentarse, ni explicar por qué no quiere apoyar una rebaja fiscal de sesenta millones de euros”.
Por la mañana, desde la formación de extrema derecha se acusaba de “trilerismo político” al alcalde y de estar propagando al menos “tres mentiras” sobre su cerrazón a ese apoyo a las cuentas. En primer lugar, señalaban que estaban dispuestos a apoyar “cualquier iniciativa que sea buena para los madrileños, independientemente del grupo político que la presente”. En segundo lugar, recordaron que, en un primer momento apoyaron la ‘Estrategia Madrid 360’, pero que se acabaron oponiendo al constatar que era un proyecto que “realmente ocultaba” las “restricciones, prohibiciones y multas” de la etapa de Manuela Carmena. Y la “tercera mentira”, según el grupo de Ortega Smith, ha sido decir “que Vox no quiere sentarse a negociar estos presupuestos”. Según explicaron, sí se sentarán a estudiarlos pero “donde corresponde, que es en el grupo municipal, para debatirlos con luz y taquígrafos en las comisiones y el Pleno”.
Una vez despejadas esas “tres mentiras”, aseguraban que “lo que pretende el alcalde es negociar los presupuestos en un despachito y empezar con el intercambio de cromos, como esta haciendo con el Grupo Comunixto”, en alusión al grupo mixto, en donde se sientan los cuatro disidentes de Más Madrid, grupo que Vox considera “ilegal”. “En definitiva, no vamos a apoyar unos presupuestos que han abierto la puerta a las políticas de Carmena”, zanjaban los de Ortega Smith.
Por su parte, desde el grupo mixto fuentes de Recupera Madrid aseguraron a esta redacción que “de despachitos, nada” porque a ellos no les han llamado “para hablar de nada”. “Nosotros hemos planteado una mesa de negociación en la que estén todos los grupos, excepto Vox”, afirman. “Esto es una pataleta de la extrema derecha porque han perdido capacidad de influencia”, zanjan las mismas fuentes.
Una historia de desencuentros
La historia de los desencuentros entre el PP y Vox se inicia con esa Ordenanza de Movilidad, que fue aprobada con los votos de los cuatro concejales del grupo mixto. Vox votó en contra, cargó con palabras gruesas contra las políticas municipales y acusó al alcalde de “engañar a sus votantes”. Desde entonces llaman al alcalde Carmeida, acusándolo de ser continuista con algunas políticas de su predecesora, Manuela Carmena. A la vicealcaldesa la apoda Begoña Terracís, lo que le ha valido varios enfrentamientos por Twitter y también en el pleno de Cibeles. Y a los de Marta Higueras, el grupo comunixto.
El martes pasado, en el Pleno, se desencadenó la tormenta total. “El acuerdo de investidura era para desterrar las políticas de la izquierda”, le espetó el líder madrileño de Vox al alcalde, al que recordó la importancia de “ser coherentes, tener palabra y cumplir los compromisos”. Luego le enumeró todos los puntos que el PP firmó con su grupo y que aún no se han completado, en lo relativo a construir más plazas de aparcamientos, a luchar “contra los chiringuitos de la izquierda” o aprobar el soterramiento de la A-5, entre otros. También le echó en cara que rehiciera el mural vandalizado de Ciudad Lineal, dedicado a la lucha de las mujeres por sus derechos. “Que le vaya bonito, porque con nosotros no cuente”, le dijo como broche final a su dura intervención.
Mientras Almeida sigue buscando insistentemente a Vox, la vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha intentando no cerrarse todas las puertas por la izquierda. “Siempre hemos dicho que estamos abiertos a negociar los presupuestos con todos los partidos. Estamos abiertos a todos y lo hemos demostrado aprobando más enmiendas a la oposición de las aprobadas por el Gobierno de Carmena en cuatro años”, ha dicho en más de una ocasión. La última, durante la presentación de las balanzas fiscales, la antesala de los presupuestos municipales que están centrados en una rebaja de impuestos para Madrid que afectará fundamentalmente al IBI.
Las consecuencias de la prórroga de las cuentas actuales
El aviso del alcalde a Vox ha sido claro: si no hay presupuestos “habrá partidas que no se podrán ejecutar, como las ayudas a Cáritas para personas en situación de vulnerabilidad”, ha señalado, como advertencia y presión al partido de extrema derecha.También la Delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, lamentaba esta cerrazón de Vox: “Les hemos propuesto en numerables ocasiones sentarse a hablar y reuniones desde que empezamos a elaborar el borrador de los presupuestos y despues. y la única respuesta que hemos obtenido es el silencio”, lamentaba ayer en un encuentro con la prensa para dar a conocer las consecuencias de la prórroga. Según destacó, están en juego 200 millones de euros de los fondos europeos para que Madrid pueda ejecutar más de medio centenar de proyectos cofinanciados por esos fondos. “Si todo esto no está presupuestado, esa partida no se concede. Europa exige que sean proyectos ya madurados”, aseguró Hidalgo.
El ayuntamiento suma a esta cantidad otros 418 millones de euros que dejarían de invertirse en la capital si no se aprueban los presupuestos, que afectarían a proyectos ya contemplados, como la reforma de la Puerta del Sol, el soterramiento de la M-30 en el tramo del estadio Vicente Calderón o la construcción del primer tramo del carril bici de la Castellana, entre muchos otros. De los 5.481 millones presupuestados para 2022 se pasaría a los 5.066 de 2021, a los que habría que restar, según Hidalgo, la cuantía de las inversiones que ya han finalizado, como los 36 millones de la reforma de Plaza de España, los 23 de los parkings disuasorios o los ocho del parque de la Gavia, también entre otras cosas.
Pero para el ayuntamiento lo peor si no hay nuevos presupuestos es las subvenciones que dejarian de recibir organizaciones como Cáritas, Cruz Roja, la Fundación Madrina o Mensajeros de la Paz, así como instituciones culturales como el Teatro Real, el Museo del Prado o la Real Academia de la Lengua. Por todo ello llaman a Vox “a reflexionar” antes de los plazos previstos para la negociacion de enmiendas que se iniciarán previsiblemente el lunes que viene y finalizarían el 14 de este mismo mes antes de que el proyecto llegue a Pleno. Para entonces debería haber un acuerdo ya que de no haberlo los presupuestos de Almeida no serían aprobados. Todo un fracaso frente al éxito de Ayuso,