Si hay algo que preocupa más que nunca al Gobierno de José Luis Martínez-Almeida son las políticas de movilidad. El alcalde que llegó en 2019 al Palacio de Cibeles prometiendo el fin de Madrid Central –y luego no pudo ejecutarlo– ha paralizado su plan de aparcamientos en la periferia –una de sus medidas estrella para reducir la contaminación en el centro–; ha fracasado en el lanzamiento de una flota de bicicletas eléctricas privadas –de las cuales no queda ninguna en servicio– y ha retrasado la aprobación de la Ordenanza de Movilidad Sostenible que permitiría restaurar la zona de bajas emisiones, anulada por la justicia, que quiso eliminar. Mantenerla se ha convertido en esencial para el Gobierno municipal tras tropezar dos veces con sus planes: suspender Madrid Central –fue frenado por los tribunales– y recortarlo para permitir que entraran muchos más coches. Las decisiones que se toman en este ámbito son fundamentales para una capital que está siendo vigilada desde fuera. Madrid incumplió los límites de contaminación que marca Bruselas incluso en el año del confinamiento.
Aparcamientos disuasorios
El proyecto para levantar aparcamientos disuasorios en la periferia de Madrid como vía para evitar que las personas acudan al centro en coche se vino abajo hace dos semanas. La iniciativa nació en el mandato de Manuela Carmena, pero la corporación de PP y Ciudadanos la retomó y amplió con más plazas. Cada nuevo aparcamiento que anunciaba el Gobierno iba acompañado de su correspondiente protesta vecinal. Nadie quiere un parking bajo su ventana. Ni Aviación Española, ni Hortaleza, ni Tres Olivos... Y los ya inaugurados apenas albergan una hilera de coches.
Esta semana ha entrado en funcionamiento el situado en Aviación Española –en el barrio de Las Águilas–, pero no ha habido inauguración oficial, ni visitas ni fotos del alcalde.
Bicicletas eléctricas privadas
Abrir a la competencia privada el mercado de las bicicletas eléctricas de alquiler ha constituido un auténtico fiasco. Hace algo más de un año el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, anunció la llegada de más de 4.000 bicis de operadores privados a la capital. Cinco compañías recibieron permisos para desplegar sus flotas pero la mitad no llegó a poner a disposición ni una bici. Solo quedaba una compañía operativa, Movi, pero retiró todas sus unidades el mes pasado. El Ayuntamiento asegura que no tenía constancia de que ya habían desaparecido.
El fracaso de esta iniciativa ha obligado a la corporación de Almeida a replantearse la municipalización completa de BiciMad. Tras intentar cubrir una necesaria y demandada ampliación fuera de la M-30 con empresas privadas que consideraron que el negocio no era rentable, Carabante avanzó hace unas semanas que el Gobierno accede a dar este paso.
Era un mandato del Pleno del Ayuntamiento de Madrid apoyado por todos los grupos municipales, excepto PP y Ciudadanos, y la propuesta se había sometido a votación varias veces en el legislatura por iniciativa de Más Madrid. Es la única manera de extenderlo, sin limitaciones, a todos los distritos de la ciudad. La gestión directa “se elevará” a Pleno, aunque no hay fecha para hacerlo, según fuentes municipales. Mientras tanto, las quejas por el estado del parque de bicicletas va a más. En Tetuán, por ejemplo, la mitad de las bases están fuera de servicio.
El parking de Retiro, sentenciado por la Unesco
La declaración del Paseo del Prado y el Retiro como Patrimonio Mundial de la Unesco ha sentenciado los planes del área de Medio Ambiente y Movilidad (PP) –rechazados por los vecinos, los ecologistas y la mitad del Gobierno municipal– de construir un aparcamiento junto al parque histórico. El alcalde ya habla del proyecto en pasado mientras la Unesco afina la lupa sobre Madrid. La distinción obliga al organismo internacional a estar muy pendiente de las políticas de sostenibilidad que el Ayuntamiento implante a partir de ahora para preservar lo mejor posible los bienes.
Es más. La declaración obliga a la corporación a informar a finales de 2022 a la Unesco de qué medidas ha adoptado para atajar la contaminación en la zona. Esta condición podría conducir al Ayuntamiento, cuya política de movilidad ha sido errática hasta ahora, a tomar decisiones más contundentes para reducir los vehículos en el centro. La polución era una de las reticencias que mostraba ICOMOS, el organismo que asesora a la organización internacional, en su informe sobre la candidatura de Madrid.
El Madrid Central de Almeida no arranca
El equipo de Almeida quiere aprobar “lo antes posible” la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible pero aún no tiene los apoyos atados para hacerlo. Una vez se valide en Pleno, la norma permitiría restituir la zona de bajas emisiones Madrid Central, anulada por los tribunales en mayo, con algunos retoques, como 15.000 nuevos permisos para comerciantes.
PP y Ciudadanos no cuentan esta vez con el respaldo de Vox. El grupo municipal de extrema derecha les pide que las restricciones a los vehículos desaparezcan de la almendra central, salvo en momentos excepcionales. La única oportunidad de sacarla adelante –de lo contrario volvería la barra libre al centro y con ella el repunte de la contaminación– es con los votos de los cuatro concejales escindidos de Más Madrid que aseguran que todavía no han mantenido contactos con nadie del equipo de Gobierno. El tráfico en el centro de la capital y en la M–30, la vía de circunvalación que rodea la almendra central, superó ya en mayo los niveles de 2019, coincidiendo con la anulación de las restricciones y la paralización de las multas por entrar indebidamente desde el 11 de mayo. También con el fin del toque de queda.
En la última rueda de prensa, el alcalde aseguró que la ordenanza saldría adelante en el mes de agosto pero de momento no hay signos de que eso vaya a producirse. Primero debe pasar por Junta de Gobierno tras analizarse las 8.000 alegaciones y esta semana no hay ninguna solicitud para celebrar una extraordinaria. Agosto es un mes inhábil, por lo que realizarla y después convocar un Pleno requeriría echar mano de funcionarios y de todos los concejales. La intención del alcalde es tomar vacaciones desde el día 6 de agosto, por lo que algunos miembros del Gobierno ya sospechan que la tramitación se quedará para septiembre.
Las motos
La foto del perfil de Twitter de Almeida es una declaración de intenciones: el primer edil madrileño se presenta como motero y pretende extender este medio motorizado para los desplazamientos por la ciudad. Lo promociona como una elección sostenible, como la semana pasada, acudiendo a un acto público en la suya propia y haciendo afirmaciones sobre el impacto de estos vehículos que no se sustentan en datos.
Almeida afirmó que las motos contaminan la mitad que los coches con una cifra extraída, según publicó El País, de un antiguo blog de la Asociación Española de Empresas del Sector de Dos Ruedas, la patronal motera. La Agencia Europea de Medio Ambiente confirma que las motos emiten más óxidos de nitrógeno (NOx) por kilómetro recorrido que los automóviles de gasolina aunque menos que los de gasoil.