El FMI recomienda aumentar los impuestos a las grandes fortunas: a las herencias y al patrimonio, para paliar los efectos de la pandemia. También el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, apuesta por subir los tributos a los ricos para financiar servicios públicos e infraestructuras. Los países e instituciones más liberales piden más impuestos a quienes pueden pagarlos para combatir la desigualdad y la multimillonaria factura que supone el combate del coronavirus. Ese es el consenso internacional y luego está la campaña de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, que receta exactamente lo contrario: más rebajas de impuestos, especialmente para los más ricos. Es la medida estrella de su programa electoral y uno de los pocos asuntos que concreta en el marco que ha elegido de plantear los comicios del 4 de mayo como una batalla entre la libertad, que supuestamente encarna el PP, y el socialismo o el comunismo (depende del día) que atribuye a sus rivales políticos.
A cinco días para la votación, Díaz Ayuso presentó su “calculadora de impuestos” en la región que ha sido durante 17 años el laboratorio de las políticas neoliberales del ala más dura del PP tiene hoy el tramo autonómico del IRPF más bajo de España del 9% –junto a Canarias que aplica la excepción insular–. La propuesta que ahora Ayuso rescata del programa electoral de 2019 para adelgazar aún más los tramos fiscales –y que no ha puesto en marcha en dos años de legislatura–, es reducir el IRPF a todos los madrileños, incluidas las rentas más altas, en otros 0,5 puntos: “la mayor rebaja fiscal de la historia”, según repite la candidata 'popular' en cada intervención.
“Cuando bajas los impuestos se los bajas a todos”, dijo Díaz Ayuso recientemente en un desayuno informativo. La cuestión, sin embargo, es cuánto baja para unos y para otros esta nueva rebaja impositiva que la candidata del PP promete ahora en campaña. elDiario.es ha calculado cuánto se ahorrarán los contribuyentes según la renta y las diferencias son considerables. La comparación entre el tipo autonómico de IRPF en Madrid está elaborada tomando como ejemplo una persona adulta sin hijos ni personas dependientes a su cargo (se ha incluido el mínimo de 5.500 euros exento en los cálculos).
Para una renta de 12.000 euros, el ahorro mensual será de 2,7 euros al mes, 33 anuales. Para los contribuyentes con un salario de 18.000 euros anuales, el más habitual de nuestro país, el supuesto ahorro serán 5,3 euros al mes, 69 euros anuales. Para el sueldo medio, 24.000 euros, la rebaja impositiva que propone Ayuso ascenderá a 7,7 euros mensuales, 93 euros anuales. El llamado “ahorro” que defiende Ayuso “para todos” a quien realmente beneficia es a las rentas más altas. Es el caso de un salario 90.000 euros –la candidata del PP cobra 103.000 como presidenta–, el ahorro anual asciende a 423 euros. Y así progresivamente, para una renta de 240.000 euros, el montante ascenderá a 1.173 euros.
Este jueves, el equipo de la candidata del PP y presidenta de la Comunidad de Madrid presentaba con pompa su “calculadora”, que en realidad es una simulación para que los ciudadanos comparen los tributos que se ahorran en la región frente a las comunidades gobernadas por los socialistas. El mecanismo tiene trampa puesto que, como explica la letra pequeña, “no tiene en cuenta la totalidad de circunstancias personales y familiares aplicables, ni las deducciones autonómicas que puedan afectar a la cuota”.
Obviando esta cuestión, esta “calculadora” sirve de nuevo para evidenciar las enormes diferencias del supuesto “ahorro” entre rentas. Según ese simulacro, una persona con un salario de 12.000 € al año, se desgrava cero euros por vivir en la comunidad con menos IRPF del país. El que percibe un salario de 20.000 euros brutos anuales, el supuesto “ahorro” asciende a menos de diez euros al mes. Si cobras el salario de la presidenta madrileña –103.000 euros anuales– la cosa cambia: dejas de pagar 1.897 euros anuales en impuestos, unos 160 euros al mes.
300 millones (y más)
Con la nueva rebaja impositiva de 0,5 puntos en el tramo autonómico, el PP cifra en 300 millones el coste para la región, que la administración dejará de recaudar para financiar servicios públicos. Ayuso no ha sido capaz de explicar en ninguna de sus comparecencias de dónde saldrá ese dinero. Esos cientos de millones se suman a muchos otros que la Comunidad deja de percibir por ser ya la región con el IRPF más bajo del país y por otros tributos como el de patrimonio, donaciones y sucesiones que ya bonifica la autonomía en algunos supuestos y que quiere seguir bajando.
Ayuso desempolva otra de sus promesas de la campaña de hace dos años: otra rebaja fiscal de 30 millones al año en el impuesto de donaciones y sucesiones de la que se beneficiarán 11.000 madrileños, según los cálculos del PP, para donaciones entre tíos y sobrinos y entre hermanos. Esto supone un 0,16% de la población, de las 6.779.888 personas censadas en la Comunidad de Madrid a 1 de enero en el Instituto Nacional de Estadística.
El de donaciones y sucesiones, un impuesto que el Estado cedió a las comunidades autónomas, ya es prácticamente 0 entre padres e hijos y entre cónyuges en la Comunidad de Madrid, donde los sucesivos gobiernos del PP han aprobado bonificaciones del 99%. La propuesta de Ayuso consiste ahora en que la bonificación entre hermanos pase del actual 15% al 25%. Y entre tíos y sobrinos, del 10% al 20%. El impuesto sobre el Patrimonio está ya anulado porque se bonifica al 100% en la Comunidad de Madrid, un tributo por el que la región deja de recaudar unos 1.000 millones de euros al año.
Mientras los sucesivos gobiernos del PP no dejan de adelgazar la recaudación de la región, los servicios públicos no dejan de sufrir. Esos impuestos que el Estado transfirió a las comunidades autónomas constituyen una cesión por ser los gobiernos regionales los que gestionan gran parte de esos servicios como la educación y la sanidad. “Quienes menos tienen [en Madrid] viven muchísimo mejor que en otras regiones de España”, aseguraba este jueves Ayuso en una entrevista audiovisual en El Mundo. Los datos, sin embargo, no dicen lo mismo.
Menos inversión en Educación y Sanidad
La teoría del PP siguiendo a algunos de los gurús neoliberales defiende que una rebaja de impuestos hace crecer la economía y como consecuencia dispara la recaudación. Parte de la llamada teoría de la curva de Laffer, pero lejos de cumplirse, la deuda de la región se ha triplicado los últimos diez años y los servicios públicos no han dejado de mermar.
En el caso de la Educación, Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en de toda España. La región presidida por Isabel Díaz Ayuso dedica al sector un 2,26% de su PIB, según el informe10 años de degradación de la enseñanza pública en Madrid (2009-2018), presentado este jueves por CCOO, la cifra más baja no solo de este país, sino de toda la OCDE. La media nacional es del 4,21%. Está comúnmente aceptado que el 7% es la cifra ideal –que prácticamente ningún país alcanza–.
Otro informe conocido este miércoles de Save the Children y Esade –una de las escuelas de negocios más prestigiosas del país– asegura que si Madrid fuera un país, solo Turquía segregaría más a su alumnado en función de su origen socioeconómico. Dicho de otra manera: la región separa (o agrupa) a su alumnado según su clase social más que ninguna otra en toda España y está entre las que más lo hacen de todo el mundo desarrollado, pese a que la candidata del PP defiende que “el niño del barrio más humilde puede ir a la otra punta si así lo consideran sus padres, porque les gusta ese colegio más”, según manifestó en una entrevista en Onda Cero.
Las políticas del PP en cuanto a educación las últimas dos décadas se ha basado en el impulso a la escuela concertada, un modelo de gestión privada, principalmente religioso, financiado con fondos públicos. La última medida implementada por Ayuso los últimos dos años es becar el bachillerato privado que no tiene concierto a través de becas a los estudiantes para que cubran la matrícula.
En la sanidad, la situación no es mejor. Las costuras del modelo sanitario madrileño saltaron por los aires con la pandemia tras la merma de la inversión. Según los datos del último informe del Ministerio de Sanidad sobre gasto sanitario público, la Comunidad de Madrid se sitúa como la región de España que menos porcentaje de su PIB dedica a la sanidad: un 3,6%. El territorio gobernado por el PP desde hace más de 25 años gasta un 1,1 puntos menos que Catalunya, la siguiente que menos invierte con un 4,7%.
En 2019, Madrid contaba con una plantilla sanitaria de 54.351 personas. Son mil menos de los que había hace diez años, según los datos oficiales del Servicio Madrileño de Salud. El número de facultativos –médicos y en menor medida farmacéuticos– también se ha recortado en estos diez años: de 16.656 a 16.492, pese al aumento de población.
Sin citas en el centro de salud
Lograr a día de hoy cita con un médico del ambulatorio es casi misión imposible: hay una lista de espera de unas dos semanas tanto para la atención presencial como la telefónica. La Atención Primaria, que debía de ser el dique de contención en la pandemia no ha sido reforzada, pese a que Ayuso prometió en septiembre la contratación de 300 médicos en tres años, 75 al acabar 2020. No se ha cumplido.
La situación es crítica desde hace años, según denuncian los propios sanitarios. Y es que la inversión de la Comunidad de Madrid en Atención Primaria es también la más baja de España por habitante. El gasto público en este servicio ronda los 960 millones de euros anuales, según la Estadística de Gasto Sanitario del Ministerio de Sanidad, para 6,7 millones de personas, lo que suponen 140 euros por habitante. La media en España se sitúa en 183 euros por persona. La comunidad autónoma a la cabeza es Extremadura, con 246 euros. Madrid está detrás de todas las demás.
Según la calculadora del PP, un contribuyente de unos 30 años sin hijos con un salario de 30.000 euros se ahora unos 120 euros al año. 10 euros al mes. Un seguro médico privado ronda los 60 euros mensuales.