El Gobierno y el PP de Madrid comienzan “en shock” la era post Cifuentes
Toca recomponerse. El presidente del Gobierno en funciones, Ángel Garrido, ha empleado sus dos primeros días en el cargo en reunir a los suyos, a los consejeros y a los diputados, para empezar a remendar el roto del miércoles. Nadie esperaba, al menos tan pronto, la renuncia de Cristina Cifuentes. Tampoco la doble, comunicada este viernes por la tarde a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. “Ha sido un shock”, dice una diputada. “Cada uno lo lleva como puede”, aseguran fuentes próximas al grupo parlamentario.
El mensaje que Garrido quiere mandar la bancada popular y a sus compañeros de equipo de Gobierno es claro: “hay que seguir gestionando y vendiendo nuestra gestión”. 2019 está cerca. Así lo ha transmitido a todos en una reunión de grupo en la Asamblea de Madrid, a la que también han acudido los consejeros. La consigna era “hacer piña”, mostrar que van todos a una y que la salida abrupta de la presidenta (y, con ella, su hiperliderazgo) no mata al PP de Madrid. Nadie oculta el golpe, pero se resisten a que sea la estocada final.
El encuentro de este viernes ha durado poco más de media hora, copada por las intervenciones de Garrido y del portavoz del PP en la cámara, Enrique Ossorio. Los diputados no han tenido la palabra. Entre ellos, pese a que conserva el escaño, no estaba Cifuentes. “Es evidente que ha sido un golpe, negarlo sería completamente absurdo. Hay momentos coyunturales en los que las cosas no te van a ir tan bien como uno quisiera”, ha reconocido el presidente en funciones, Ángel Garrido, en declaraciones a la prensa minutos antes de entrar a la reunión.
En Madrid todos saben que el futuro ya no está en sus manos. Rajoy dio la orden a Génova de que tome el control del PP de Madrid y Cristina Cifuentes ha anunciado que también deja la presidencia del partido, a la que se ha aferrado tras su dimisión como presidenta. Será la dirección nacional quien escriba el nombre del sucesor o sucesores para sus diferentes cargos. Otra vez, una más, el PP de Madrid en crisis.
El partido lleva tres años capeando con un reparto de fuerzas en el Parlamento regional que le ha obligado a negociar. Nunca antes lo había tenido que hacer. La mayoría absoluta permitía todo. “El grupo sabía desde el principio que tenía un trabajo muy complejo. Nunca ha sido fácil, no lo ha sido desde el inicio de la legislatura. Pero el grupo se sabe sobreponer a cualquier situación por complicada que sea, y también se va a sobreponer a esta”, ha zanjado Garrido.
Una vez se retome la actividad parlamentaria con la investidura de un nuevo presidente, los populares tampoco las tienen todas consigo. Pese a que conservan el Gobierno, la estrategia de Ciudadanos será separarse y hacerles el marcaje en la recta final hacia 2019, además de atribuirse la caída de la expresidenta. Con las encuestas de su parte, los de Rivera solo se comprometen a respaldar un candidato “limpio”. Dan por roto el acuerdo de investidura con el argumento de que se firmó para investir a Cifuentes (y sin ella decae) y darán al PP apoyos concretos, “ley a ley”.
El impulso legislador del gobierno de transición que venga no se espera, en todo caso, muy boyante. El objetivo, mucho más básico, es hacer el mejor torniquete. Tapar la herida y mostrar estabilidad institucional. Exactamente las palabras que ha utilizado Garrido en su comparecencia tras la reunión con el jefe de la Guardia Civil.
Cifuentes no acudirá a los actos del Dos de Mayo
Con la entrada de un nuevo jefe o jefa del Ejecutivo puede haber cambios tanto en las carteras como en el grupo parlamentario. Hasta nuevo aviso, Cifuentes se mantiene como presidenta del grupo en la Asamblea de Madrid, aunque se espera que “en los próximos días” tome una decisión sobre si seguir o no en su escaño, ha avanzado Garrido.
Por lo pronto, será la gran ausente el próximo Dos de Mayo. Fuentes próximas a Cifuentes confirman que no asistirá a los actos, aunque todos los asistentes presenten un tarjetón de invitación que lleva por membrete “la presidenta”. Quiere apartarse de las cámaras lo más posible.
Al PP se le acumulan las desgracias para la foto del día grande de la Comunidad de Madrid con la imputación del expresidente Alberto Ruiz-Gallardón en el caso Lezo, la misma operación que llevó a la cárcel al antecesor de Cifuentes, Ignacio González. El primero está invitado; el segundo, no. El fantasma de los caídos se agita de nuevo en la Puerta del Sol en una cita en la que, en tiempos mejores, el PP de Madrid podía celebrarse a sí mismo.