Carmena afronta su año crucial con la incógnita de su candidatura para 2019

Ha pasado de ser una desconocida a que sus rivales políticos le teman en las urnas. La exjueza Manuela Carmena tiene en vilo a los suyos pero también a la oposición con su premeditado silencio sobre si repetirá o no como candidatura en las elecciones de 2019. Hubo un tiempo en el que la alcaldesa descartaba ante los micrófonos cualquier posibilidad de optar a un segundo mandato. Pero desde hace seis meses, la regidora no contesta a las preguntas relacionadas con este tema. La incógnita deberá despejarla durante el próximo curso político, que será crucial no solo para su Gobierno, también para la ciudad. 

Quienes esperaban un final del mandato con grandes proyectos que vender como mercancía electoral saben ya que esos planes chocan con el acuerdo que el Ayuntamiento de Madrid se ha visto obligado a firmar con el Ministerio de Hacienda y que supondrá un importante tijeretazo al capítulo de inversiones, así como recortes también en política social.

2018 es el tiempo que tiene el equipo de Carmena para poner en marcha los cambios que la candidatura de Ahora Madrid prometió en las pasadas elecciones. Y debe hacerlo intentando pactar unas cuentas restrictivas con el PSOE y en medio  de una crisis de Gobierno que se ha llevado por delante al concejal responsable de los presupuestos, Carlos Sánchez Mato y que ni mucho menos está zanjada.

Carmena ya anunció una reorganización de competencias en los distritos que dejará de presidir el concejal Jorge García Castaño, sucesor de Sánchez Mato como delegado de Economía y Hacienda. El entorno de la alcaldesa, que necesita a los socialistas para sacar adelante los últimos Presupuestos que ejecutará completamente, está dispuesta incluso a entregar alguna pieza de su Gobierno si esa es la condición que pone el PSOE para aprobar esas cuentas.

Los retos para el año que desembocará en la precampaña son formidables. El Gobierno municipal está atado por algunas promesas que no han visto la luz. Una de las que más expectación ha levantado -y detractores entre sus rivales políticos- es la la remodelación de la Gran Vía, que fue avalada por más de un 80% de los ciudadanos en la consulta ciudadana del pasado febrero. El lavado de cara incluirá también la reforma completa de la Plaza de España, y las políticas verdes: el compromiso de renovar la flota de autobuses y de humanizar los espacios públicos. Ahora Madrid anunció también su compromiso de abrir nuevas escuelas infantiles o de construir más de 4.000 viviendas sociales en un momento en que el precio de la vivienda (de compra y alquiler) sube a ritmos similares a los de la burbuja.

El Gobierno de Carmena ha superado el escollo financiero tras llegar a un acuerdo con el Ministerio que dirige Cristóbal Montoro, aunque la alcaldesa sigue en manos del Gobierno de Rajoy y ahora con un gabinete más dividido. Es el presidente del Gobierno quien debe aprobar la disposición en los Presupuestos Generales del Estado para que el Ayuntamiento pueda gastar su superávit, que será de 1.200 millones en 2017. Carmena ha recortado la partida de inversiones del presupuesto y espera sufragarlo con los 800 millones que le quedarán de remanente de tesorería.

Luego, la alcaldesa debe superar otros obstáculos, esta vez, internos. Tras la crisis Gobierno que ha dejado muy debilitado al Ejecutivo municipal, Carmena se ha cansado de presidir un Gobierno en el que las discrepancias internas eran anunciadas a bombo y platillo. La regidora dio por primera vez un puñetazo en la mesa para que su equipo de concejales se lo piense dos veces antes de rechazar en el Pleno medidas aprobadas anteriormente en Junta de Gobierno.

La destitución de uno de los pesos pesados de su gabinete, nada menos que el dirigente que se ha encargado de la gestión económica, es un mensaje contundente a los concejales más críticos. Si ha caído Sánchez Mato es que puede caer cualquiera. Pero a la vuelta de vacaciones le queda la parte más difícil: la Operación Chamartín, muy contestada por un sector de Ahora Madrid.

Para Carmena, el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Fomento es un triunfo que no quiere que le amarguen las diferencias internas. Quienes conocen las interioridades de la coalición sostienen que va a tenerlo difícil para conseguir la unidad que ansía en un proyecto que ha levantado tanta polvareda en Ahora Madrid.

'Madrid Nuevo Norte', antes 'Madrid Puerta Norte', antes 'Operación Chamartín', pone fin a 23 años de avatares en torno al desarrollo urbanístico de la zona septentrional de la capital. El equipo de Gobierno municipal ha enterrado el plan para edificar 19.000 viviendas de su predecesora, Ana Botella, pero a la vez se ha quedado lejos de lo que prometió al asumir ese polémico expediente. Finalmente, las viviendas que se construirán serán 11.000, el triple de la apuesta inicial de Ahora Madrid.

Por eso le han arreciado críticas por parte de sectores sociales cercanos a la coalición e incluso directamente de partidos que forman la candidatura de Ahora Madrid. Izquierda Unida o Ganemos se han posicionado públicamente en contra y los seis ediles que pertenecen a estas formaciones, anuncian desde hace meses su voto en contra del plan.

La última vez que sucedió algo parecido fue el PP el que salió al rescate de las cuentas municipales, una maniobra de la oposición para vender su compromiso contra la paralización de la ciudad y a la vez evidenciar las posturas encontradas en el Gobierno de Carmena.

La candidatura de la exjueza sigue siendo la gran incógnita. Su entorno da por hecho que despejará la duda durante el primer cuatrimestre del año. Todos los esfuerzos en Ahora Madrid y Podemos están puestos en convencerla y aunque la regidora siempre ha repetido que su compromiso era por un mandato, tanto los suyos como desde la oposición creen que repetirá. Si finalmente dice sí, las fuentes consultadas dan por hecho que pondrá condiciones y exigirá un mayor papel en la elección de los nombres de la candidatura de unidad popular para rodearse de gente más próxima. Mientras Carmena, una dirigente bien valorada en las encuestas, desvela la incógnita, el resto de partidos evitan mover pieza y revelar sus candidatos.