El urbanismo táctico no lo inventan Carmena y Colau: así dan espacio a los peatones otras ciudades del mundo
El cierre de calles para dar más espacio al peatón no es un invento de Manuela Carmena. Tampoco las supermanzanas de Barcelona son una idea original de Ada Colau. Las iniciativas para reducir el espacio del coche privado en las ciudades no son una exclusiva ni de Madrid o Barcelona ni de las alcaldesas de izquierdas. En todo el mundo, en todas las grandes ciudades, distintos ayuntamientos llevan años desarrollando y aplicando medidas encaminadas a dar más espacio a las personas.
El diseño de las ciudades se hizo dando prioridad a los coches frente a las personas. Mientras los vehículos privados suponen el 29% de los desplazamientos que se producen en Madrid, tienen reservado el 80% del espacio público, unos porcentajes que en mayor o menor proporción se repiten en las principales ciudades del mundo. El reto de muchos ayuntamientos pasa ahora por revertir lo que consideran una desproporción.
El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado a implementar medidas de urbanismo táctico en el distrito de Chamberí desde hace tres semanas con el cierre de setenta metros de la calle Galileo. Se trata de un tipo de medidas para limitar el impacto del tráfico que se plantean de prueba, por lo que no llevan aparejada obra, son actuaciones baratas y fácilmente reversibles en caso de que no funcionen.
La de Galileo no es una medida nueva, pero aún así el Gobierno de Ahora Madrid no ha podido sortear las críticas de vecinos y oposición. En casi cualquier lugar del mundo estas intervenciones han tenido sus detractores, también sus defensores. Te contamos algunos ejemplos.
Times Square (Nueva York)
Esta imagen de la Times Square de Nueva York (extraída de Urb-i, donde hay múltiples modelos de soluciones urbanísticas de este tipo) es uno de los ejemplos más emblemáticos de qué es el urbanismo táctico. El primer cierre de la plaza más famosa de la gran manzana se produjo en 2009, de la noche a la mañana. Entonces, se pusieron unos pivotes que cerraban el paso a los coches. La cosa evolucionó unos meses después a lo más parecido que se está haciendo ahora en las ciudades: maceteros, calles pintadas, terrazas y personas por donde antes transitaban los coches. Tras un periodo de prueba, se realizaron las obras para hacer la zona peatonal de manera permanente.
La actuación en Galileo está pensada en ese sentido. Primero se prueba con la medida barata (pintar calzada y maceteros) y luego ya llegará el cambio estructural si se demuestra que la medida funciona. Ada Colau, tras seis meses de las supermanzanas de Poblenou, ha dado por bueno el primer medio de año de pruebas en la zona y ha anunciado las primeras obras en el espacio para este verano, pese a que las críticas vecinales continúan.
En Nueva York esta medida, que ejecutó el alcalde republicano Michael Bloomberg, también levantó ampollas entre ciudadanos y oposición. Tanto es así que el actual regidor planteó deshacer las obras. De momento, se mantienen.
La autopista de París y la calle compartida de Londres
Otro ejemplo reciente se ha producido en París. La alcaldesa Anne Hidalgo inauguró el pasado mes de abril el parque “Rives de Seine” (“Riberas del Sena”) con unos 3,3 kilómetros de largo a orillas del río Sena que antes eran autopistas. Los parisinos reconquistaban así el Sena, pese a las críticas que despertó esta decisión por parte de la derecha y de algunos concejales de las localidades de la periferia, que denunciaron que el cierre de la vía rápida ribereña provocaba atascos. Donde antes había coches, hoy las bicicletas y peatones recorren las dos autopistas que bordearon el río durante 50 años.
Londres tiene también unos cuantos ejemplos de calles que eran para los coches y que se han devuelto a los peatones. Una que merece mención es Exhibition Road, compartida entre los transeúntes y los vehículos. Por los 80 metros de calle en donde hay una gran concentración de museos (Victoria and Albert Museum, el Natural History Museum o el Science Museum) no hay separación entre peatones y coches desde 2011. Todos circulan juntos dando prioridad siempre al más débil, una solución que ha pacificado el tráfico de la zona.
Canadá es otro de los países que están aplicando urbanismo táctico en las calles de sus ciudades. Esta misma semana algunos usuarios de Twitter han compartido cómo ha sido el antes y el después de una calle de Vancouver, un modelo casi idéntico al de la calle Galileo de Madrid.
Disminuir la presencia de los coches en las ciudades es una estrategia cada vez más generalizada. Los altos índices de contaminación y una convicción por hacer que las ciudades sean cada vez más para las personas lleva a los ayuntamientos a restringir la circulación de vehículos motorizados y dar prioridad al peatón.
Las críticas siempre han sido una constante cuando se han planteado medidas como la de Galileo en Madrid o las supermanzanas en Barcelona. Los expertos recomiendan que las administraciones se esfuercen por hacer un trabajo previo de comunicación basado en dar información suficiente de lo que supondrá el cambio.