Un ‘coach’ para el “máximo rendimiento” del señor alcalde y sus ediles en Las Rozas

Víctor Honorato

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Hace ya varios años que el fenómeno del ‘coaching’ aplicado a los negocios se infiltró en el discurso empresarial español, siempre receptivo a algunas tesiss anglosajonas sobre el liderazgo. A medio camino entre un psicólogo y un guía espiritual, los ‘coaches’ aseguran que ayudan a sus clientes a conseguir objetivos comerciales y personales, a ‘despejar los pensamientos negativos’ y a ‘alcanzar la mejor versión de uno mismo’, entre otros latiguillos de la jerga profesional.

Inevitablemente, el fenómeno se propagó también por la política. Si el hoy líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se definió en una ocasión como “director comercial de Galicia” y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, contaba hasta hace relativamente poco con un “gurú” a los mandos de su gabinete, alcaldes de diverso pelaje van ahora un punto más allá. El regidor socialista de Vila-Real (Castellón), por ejemplo, tuvo uno a sueldo hace una década, para escándalo de la oposición del PP, que criticaba el dispendio en época de crisis.

Los consistorios disponen hoy de más flexibilidad contable, y el Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid (98.000 habitantes) tiene ahora en nómina a su propio ‘coach’ que contrató al poco de revalidar el PP su achicharrante mayoría absoluta. Se llama Mikel Alonso, es licenciado en informática y doctor en ‘marketing’, según su propio currículum. En su trayectoria hay desde equipos de fútbol a potenciales jugadores de póker con ganas de mejorar sus habilidades. También ofrece cursos para “dejar de fumar con neurociencia”, entre otros servicios. En un vídeo de la página web de una de sus marcas se le ve en un campo, provisto de un ordenador, mientras instruye a los futbolistas de un equipo de 1ª Federación sobre cómo ponerse un aparato en la cabeza que registre la actividad del cerebro al chutar.

Las abstractas atribuciones del experto

El problema es que nadie sabe exactamente qué es lo que hace con su sueldo público Alonso en Las Rozas: “Realiza trabajos de asesoría dentro del Ayuntamiento, como todos los trabajadores eventuales del equipo de gobierno y de la oposición. Su experiencia como coach de deportistas, empresarios o políticos es muy útil a la hora de gestionar equipos de trabajo con responsabilidades importantes”, justifican en el consistorio, que le paga 43.678,60 euros brutos al año, sin dedicación exclusiva. El puesto es de “asesor técnico”.

El propio interesado tampoco aclara excesivamente cuál es su función. “Llevo el ‘coaching’ al equipo de gobierno. Estoy enfocado en que ellos obtengan el máximo rendimiento y se encuentren bien para poder rendir y poder dar lo máximo en la gestión y en su trabajo”, explica por teléfono. “Son tareas que tienen que ver con su funcionalidad, con las actividades que ellos tienen que hacer de forma habitual. Cuando ellos pueden dar el máximo de sí mismos, el máximo rendimiento, pueden hacer sus funciones de una manera mejor”, intenta explicarse. Pero es reacio a dar ejemplos concretos, por motivos de “confidencialidad”.

De los 25 ediles de la corporación municipal de Las Rozas, 18 están en manos del PP. Es una plaza tradicional de la derecha —gobierna desde 1995— en la que el máximo rendimiento que preconiza Alonso no había requerido hasta ahora de ayuda externa, al menos desde el punto de vista electoral. La oposición tiene una teoría según la cual el regidor, José de la Uz, en el cargo desde 2015, estudia ampliar sus horizontes profesionales. “El alcalde es presidente de la Red Española de Ciudades Inteligentes y, básicamente, lo que quiere es salir de aquí corriendo. Está dando charlas, y mi sensación es que cuando tiene que dar una y necesita que le asesore, queda con el ‘coach”, sospecha Ángel Álvarez, concejal del PSOE.

Contratos a dedo para un plan de salud mental

La conexión con el experto tiene, no obstante, otro extremo. Se trata, según la propia documentación disponible en la web municipal, de dos contratos para la elaboración de un Plan de Salud Mental de Las Rozas, encargados a título personal a Tania Jauni, psicóloga que resulta ser administradora de la empresa de Mikel Alonso y figura como miembro de su equipo en al menos dos webs que publicitan sus aventuras mercantiles. Hasta su contratación por el Ayuntamiento, en septiembre del año pasado, Alonso era el administrador único; un mes y medio después, pasó a serlo ella. Los contratos, uno del 13 de diciembre de 2023 —por 4.300 euros— y otro del 23 de febrero de este año —de 10.658 euros— se quedan justo por debajo, en conjunto, del límite que obligaría a sacarlos a licitación entre varias empresas. Del plan en cuestión, hasta el momento solo ha trascendido una medida: la instalación de taquillas en colegios e institutos para que los estudiantes guarden los teléfonos móviles y así luchar contra la adicción a las pantallas.

Alonso también evita dar explicaciones sobre los vínculos de su asociada con el Ayuntamiento de Las Rozas. El consistorio, por su parte, alega lo siguiente sobre el contenido y el procedimiento de contratación del plan de salud mental: “A través de la concejalía de Educación y Juventud, [se] está elaborando un Plan de Salud Mental que involucra a todas las áreas de gobierno municipales. Para ello se solicitaron ofertas de asesoría técnica a diferentes empresas y psicólogos para ayudar en la elaboración y coordinación de este plan, así como en la redacción del futuro pliego del Servicio de Atención Psicológica de la concejalía de educación. Tania Jauni fue la psicóloga contratada para desarrollar este trabajo al cumplir con todos los requisitos exigidos en la oferta y siguiendo todos los cauces administrativos habituales en este tipo de contrato. Es un solo contrato menor, que en ningún caso se ha fraccionado y que finalizó el pasado mes de junio”.