El embrollo administrativo del Ayuntamiento para impedir la comparecencia de Carromero por el espionaje
El Ayuntamiento de Madrid es un polvorín. Desde que estalló el caso del supuesto intento de espionaje a Isabel Díaz Ayuso, en el que estarían involucrados varios trabajadores de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo, gran parte del foco se ha puesto ahora en el alcalde de Madrid y en su difícil situación después de haberse visto obligado a forzar la dimisión del que hasta ahora ha sido uno de sus hombres de confianza, Ángel Carromero, como director general de Coordinación de la Alcaldía. El alcalde, que ha permanecido en silencio y prácticamente desaparecido desde el jueves por la tarde de la semana pasada, tendrá que comparecer en el Pleno este martes mientras ayer, lunes, los grupos de la oposición veían colmada su paciencia al ver las argucias que utilizaba para impedir que diera la cara en la Comisión de Portavocía, Seguridad y Emergencias.
Carromero había sido citado este lunes ante ese órgano a petición del Grupo Mixto y también de Más Madrid y PSOE, para que diera explicaciones sobre su papel en la supuesta trama contra la presidenta regional. Todos los grupos acudieron puntualmente a la cita salvo Carromero. Se libró gracias a una artimaña del Gobierno del PP, que se aferró a un defecto de forma para atrasar, e incluso evitar, que tenga que rendir cuenta ante este órgano municipal que preside Más Madrid.
Carromero presentó su dimisión “con carácter inmediato” el pasado jueves, salpicado de lleno por el escándalo que ha partido en canal al PP. Al día siguiente el Gobierno municipal remitió a los grupos un acuerdo de cese con un acta de una Junta de Gobierno que no se ha producido, ya que está fechada el próximo jueves 24 de febrero. “Estamos ante un acta de futuro, un reunión fantasma”, ironizaban desde Más Madrid, atónitos. Para que dicho documento fuera válido –apuntan fuentes de Más Madrid– “debería llevar un código de verificación”, algo que no existe en el enviado a los grupos.
La explicación que dio al inicio de la mañana el portavoz del PP en la Comisión de Portavocía, Seguridad y Emergencia, José Fernández, fue que el reglamento del Pleno dispone que “las comparecencias deben celebrarse seis días hábiles posteriores a la solicitud de la misma” y Recupera Madrid la pidió el viernes pasado, por lo que no se daba ese requisito hasta el lunes próximo, 28 de febrero. “La comisión de hoy, por tanto, sería ilegal y no cumpliría con el reglamento”, apuntó Fernández.
Si Carromero volviera a ser citado en esa fecha, ya no ostentaría su cargo de director general de Coordinación de la Alcaldía porque su cese ya habrá sido oficialmente certificado por la Junta de Gobierno el próximo jueves 24, esa reunión que según el acta enviada ya se ha celebrado. Una argucia basada en un embrollo administrativo que, según los de Rita Maestre, no se sostiene.
Desde Más Madrid esgrimen que esa sesión extraordinaria debía de haberse celebrado de acuerdo con los artículos 49, 50 y 51 del Reglamento Orgánico del Pleno del Ayuntamiento de Madrid, que así lo indican, como ha ocurrido con otras peticiones de convocatoria “urgentes y extraordinarias” que se han celebrado sin problemas. Por ejemplo, recordaron que el alcalde compareció con menos de seis días a petición del principal grupo de la oposición por los estragos causados por la borrasca Filomena. Entonces “fueron cuatro días”, señalaron desde esta formación. Otro ejemplo que esgrimen son las últimas comisiones de presupuestos también celebradas sin aguardar esos seis días que ahora exigen.
La propia Begoña Villacís, muy beligerante con Almeida desde que estalló el escándalo del caso del espionaje, ha recordado que ese cese de Carromero “tiene que ser aprobado por la totalidad de la Junta de Gobierno, no solo por parte del alcalde”, como contempla el artículo 17.1 de la Ley de Capitalidad. También cree que se tendrá que convocar de nuevo la comisión. “Espero que entonces no se agarre a un resquicio legal para no comparecer, para no limpiar la imagen del Ayuntamiento y del alcalde”, ha advertido la dirigente de Ciudadanos. De hecho, ha adelantado que en esa próxima Junta de Gobierno va a exigir explicaciones al alcalde de los motivos de esa dimisión aceptada: “Nadie cesa si no hay nada detrás”.
Pero ante el temor de que por esa vía Carromero se les pueda escapar, van a intentar que Carromero dé la cara en la comisión de investigación que este martes previsiblemente aprobará el Pleno municipal con el apoyo de todos los grupos –también Ciudadanos– excepto el PP. Un Pleno en el que Almeida no tendrá más remedio que dar la cara y afrontar para intentar despejar las numerosas dudas que hay entorno a este sucio asunto.
No habrá moción de censura
Lo cierto es que la confianza de Ciudadanos en su socio de Gobierno está cada día más dañada. El pasado viernes, el vicepresidente de la EMV, Mariano Fuentes, salía con estupefacción de la reunión del Consejo de Administración de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo –foco del supuesto espionaje encargado a una empresa de detectives– después de comprobar cómo su presidente, Álvaro González, les había desmentido las palabras del alcalde, que en su comparecencia ante los periodistas aseguró que se había producido una investigación interna. “En absoluto la ha habido, nos ha dicho. Esto es extremadamente grave, esto se tiene que depurar”, afirmó Fuentes. “Vamos a llegar hasta el final”, sentenció Villacís advirtiendo al PP de que no pueden “utilizar el Ayuntamiento para sus peleas partidistas”.
Sin embargo, a pesar de todos estos aspavientos, la vicealcaldesa ha descartado que esté pensando en negociar una moción de censura para desbancar a Almeida. “Nosotros no somos tan desleales”, se ha jactado. También la dirección nacional de Ciudadanos que preside Inés Arrimadas rechazaba este lunes la posibilidad de acabar con el Gobierno de coalición en el Ayuntamiento para que Villacís acceda al bastón de mando lo que queda de legislatura, dado que sabe que sería difícil que tanto Más Madrid como el PSOE aceptaran esa solución. “Este partido no es como los demás. Lo que no vamos a hacer es lo que le gustaría al PSOE y a Sánchez, que es que la señora Villacís presente una moción de censura”. “No vamos a dejarnos llevar por esos cantos de sirena”, ha asegurado Arrimadas en rueda de prensa en la sede del partido.
Pero el reto a Villacís esta vez ha sido lanzado por el Grupo Mixto, los tres disidentes de Más Madrid que se autodenominan ahora Recupera Madrid, y que capitanea Marta Higueras, que quieren sacar cabeza como sea en estos momentos convulsos que vive el Partido Popular. Primero, ejerciendo estos meses como nuevos aliados del Gobierno municipal ante la decisión de Vox de no apoyar los Presupuestos, y luego acudiendo a la Puerta del Sol para hacerse la foto con la presidenta regional.
El PSOE ha declinado dar un paso en ese sentido. Según ha explicado su portavoz, Mar Espinar, ahora “la prioridad” de su grupo es “saber qué ha pasado en toda esa trama”. Además ha recordado que “a día de hoy no dan los números” para tal moción. “Cuando sepamos qué ha pasado iremos a otro escenario”, ha añadido Espinar. Tampoco Más Madrid está por la labor.
Unos y otros miden ahora cuidadosamente sus pasos mientras Almeida atraviesa sus peores momento políticos desde que llegó a la alcaldía de Madrid. De momento, ya ha trascendido que quiere dejar de ser portavoz nacional del PP para poder concentrarse en su labor como alcalde de la capital, pero buscará que su cambio en el organigrama del partido sea pactado, según han informado a Efe fuentes de su entorno. Su futuro pende de un hilo si estalla Génova, tal y como todo apunta ante la presión de los barones que piden la cabeza de Casado y la de su número dos, Teodoro García Egea.
Ante esta guerra sin cuartel, Almeida ha optado por mantener su agenda bajo mínimos. La semana pasada la acabó sin actos públicos destacables y evitando a la prensa. Y este lunes no asistía al Comité de Dirección del partido con la excusa de que estaba preparando el Pleno “muy importante” del martes.
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