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Escritoras en el Barrio de las Letras y otras propuestas feministas en los presupuestos participativos de Madrid

Fragmentos de obras literarias en la calle Huertas, vía central del Barrio de Las Letras de Madrid. VIAJAR AHORA

Fátima Caballero

La memoria de Madrid excluye a las mujeres. La recién estrenada delegada de Políticas de Género y Diversidad, Celia Mayer, calificó de “barbaridad histórica” la discriminación que han sufrido las mujeres en el callejero de Madrid y en las placas conmemorativas de la ciudad. Mayer hizo estas declaraciones en febrero durante la presentación de una iniciativa por la que el Ayuntamiento de Madrid iba a dedicar placas a las mujeres de la Generación del 27, cuando todavía estaba al frente de Cultura.

La concejala lo ilustró con datos. De las más de 9.000 calles que tiene la capital solo el 21% son de mujeres. De las actuales 369 placas conmemorativas colocadas en la capital, solo 37 recuerdan a mujeres, frente a las 280 que homenajean a hombres; un 10% frente al 75%. Pero hay más lugares de la ciudad donde la desigualdad de género está presente. Ciudadanos anónimos y sin cargo tratan de paliarlo ahora a través de los presupuestos participativos.

Al menos así lo cree Alejandro NB que ha pedido mujeres escritoras en el Barrio de las Letras. “Las calles del Barrio de las Letras de Madrid están plagadas de citas literarias que corresponden exclusivamente a escritores masculinos, olvidando una vez más e invisibilizando el papel de las mujeres y sus contribuciones a la literatura española”, denuncia este vecino en su propuesta.

Laura Nuño, del Observatorio para la Igualdad de la Universidad Juan Carlos I de Madrid, redunda en la misma idea: “Mientras no se visibilice a las mujeres escritoras, artistas y científicas se lanza el mensaje de que la creación es solo de hombres”. Para Nuño, es necesario que se reconozca el trabajo de las mujeres como una manera de desterrar la idea de la mujer “destinada al ámbito doméstico, incapacitada para la creación”.

Que se olvide a las mujeres, que se las invisibilice, produce otros trastornos. Un ejemplo es que la literatura escrita por mujeres se lee casi en su totalidad por mujeres. Lo explicaba hace unas semanas la escritora y periodista Lucía Lijmaer en un artículo en eldiario.es. Lijtmaer hacía referencia al último libro de Siri Hustvedt, 'La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres', que recoge que “el 80% de lo escrito por mujeres es leído por mujeres”, mientras que lo escrito por hombres se lee al 50% por hombres y mujeres.

También la articulista y escritora feminista Barbijaputa lo recogía esta misma semana en un texto publicado en este medio, 'La regla y las milongas,' en el que explica el androcentrismo: “Todo gira en torno a ellos”. Barbijaputa cita el libro La mujer en 'el origen del hombre' (2004) de la antropóloga María Ángeles Querol en el que explica “cómo ella misma empezó a darse cuenta de dicho androcentrismo en la forma en que estaba narrada la Historia”.

Precisamente es eso lo que busca la propuesta de un ciudadano anónimo en los presupuestos participativos: acabar con esa invisibilización de las mujeres. Aunque la escritora Ana Rossetti, que también está a favor de reconocer a escritoras y artistas, considera que la propuesta del Barrio de las Letras no está bien formulada: “Los escritores del Barrio de las Letras están ahí porque allí vivieron y allí hicieron cosas”, defiende. Lo que propone Rossetti es crear un mismo espacio en un lugar que simbolice el trabajo de las creadoras. Para la escritora ese lugar es el Barrio Maravillas, en Malasaña, “para recordarlas en los sitios en los que estuvieron y crearon”.

“Evidentemente estoy a favor de reconocer a las escritoras y artistas en las calles de Madrid, pero en esta ciudad, además, hay un lugar perfecto para ello”. Para Rossetti el Barrio Maravillas debería llenarse de citas de Gertrudis Gómez Avellaneda, Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Carmen de Burgos o Rosa Chacel.

El Ayuntamiento de Madrid evalúa, del 26 de marzo al 14 de mayo, las propuestas ciudadanas para las que se destinarán 100 millones de euros el próximo año -70 millones para los distritos y 30 para toda la ciudad-. Previamente, ha habido un periodo de apoyo ciudadano a las iniciativas y las más respaldadas se analizan por el Consistorio para determinar si son de su competencia y el presupuesto necesario para ponerlas en marcha. Pasada esta fase, las que hayan podido ser evaluadas y cumplan los requisitos de viabilidad, serán sometidas a votación ciudadana en junio.

'Escritoras en el Barrio de las Letras' no es el único proyecto feminista que hay entre las más de 2.000 propuestas registradas. Encontramos otras propuestas que incorporan conceptos como la educación, la crianza o la defensa personal.

La biblioteca de mujeres de Madrid

Dotar de un espacio en la ciudad que albergue la biblioteca de mujeres donada por la bibliotecaria y documentalista Marisa Mediavilla es otra de las propuestas feministas en los presupuestos participativos.

Mediavilla recibió en 2016 el premio Leyenda que concede el Gremio de libreros de Madrid por “su apasionada e incansable búsqueda del legado literario de las mujeres”. La documentalista reunió en 1985 una biblioteca de más de 30.000 volúmenes compuesta por estudios y ensayos feministas, femeninos y misóginos escrito tanto por mujeres como por hombres. Esta colección duerme actualmente en un almacén del Museo del Traje.

“Solicito que se dote de un espacio y medios para albergar el magnífico fondo de más de 30.000 ejemplares de literatura y documentos sobre mujeres recopilados por Marisa Mediavilla, que actualmente están metidos en cajas en las dependencias de la Dirección General de Sanidad en el Museo del Traje sin poder acceder a ellos los ciudadanos, solo los investigadores”, reza la propuesta registrada por Belén Galán.

Para Ana Rossetti es una “vergüenza” que una ciudad como Madrid haya dejado en los sótanos esta biblioteca. Laura Nuño, del Observatorio para la Igualdad de la Universidad Juan Carlos I de Madrid pide “respeto” a Marisa Mediavila, que donó la colección, para los ciudadanos y hacia su trabajo de documentación. “Hacen falta ese tipo de espacios”, reivindica Nuño al igual que otros sectores feministas. “Si aceptas la donación no es para que quede escondida”, defiende.

Otras propuestas: Educación y crianza

La educación de los más jóvenes, cursos de autodefensa para las mujeres o asesoramiento en la crianza y la conciliación son otras iniciativas encaminadas a la igualdad que reivindican los presupuestos participativos de este año.

“Vivimos en una sociedad desigual entre hombres y mujeres, desigualdad que se transmite de forma deliberada a veces y otras sutil e inconscientemente por lo que es preciso crear espacios de reflexión para favorecer los cambios en sentido igualitario desde la más temprana infancia”, reflexiona una de las propuestas planteadas durante el G1000.

“Proponemos facilitar, promover y apoyar mediante experto/as la creación de grupos de igualdad en escuelas infantiles, colegios e institutos para que los y las interesadas puedan reflexionar sobre esta problemática, hacer propuestas y desarrollar su propio protagonismo”, añade la iniciativa.

Para Nuño esta es una de las asignaturas pendientes de la Ley de Violencia de Género de 2004. La politóloga e investigadora del Observatorio para la Igualdad de la URJC se pregunta dónde están las mujeres en los contenidos educativos. “Si los currículos siguen invisibilizando a las mujeres en la historia el mensaje que se lanza es que quienes tienen que liderar son ellos”.

Otra de las propuestas que se han incluido tiene que ver con la crianza y la conciliación. “El espacio de los cuidados es uno de los ámbitos en los que se genera desigualdad”, destaca Laura Nuño, “y las nuevas generaciones tienen que acabar con estos roles que general tanta desigualdad”. Demandan estos espacios en Puente de Vallecas, Centro y Tetuán.

Autodefensa personal e incidencia de las violencias

Tanto en el distrito de Usera como en Retiro y Hortaleza varios ciudadanos han reivindicado cursos de autodefensa personal “dado el alto nivel de casos de agresiones machistas, de todo tipo, que se están registrando, y como medida de empoderamiento y refuerzo de la seguridad y autoestima de la mujer”.

Para Laura Nuño el mensaje que puede lanzarse con esta propuesta es “peligroso”. “No me parece mal porque son voluntarios pero hay que tener cuidado”, reflexiona, aunque incide en que la sociedad juega un papel y estos cursos se encaminan a plantear que es “una cosa individual de ellas”.

Finalmente, el Villa de Vallecas se plantea llevar a cabo “un estudio para detectar la incidencia real de las violencias machistas (violencia de género, violencia sexual,...)” en el distrito. “Se comenzaría con una marcha exploratoria para detectar los puntos más vulnerables dentro del distrito y se continuaría con un estudio sobre la incidencia y prevalencia de los distintos tipos de violencias sobre las mujeres”.

Son las aportaciones ciudadanas a presupuestos que tradicionalmente han estado en manos de políticos. La solución sobre las iniciativas que serán incorporadas a las políticas de la ciudad, en junio. Las que obtengas más respaldo ciudadano serán realidad en 2018.

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