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Granados niega haber “metido la mano en la caja”

Llevaba mucho tiempo en silencio y no ha querido desaprovechar la oportunidad de hablar. El exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, ha intentado usar su comparecencia en la Comisión de la Asamblea de Madrid que investiga el espionaje político para defenderse de las acusaciones de corrupción que le han llevado a la cárcel a la espera de juicio: “Jamás he metido la mano en la caja”.

Granados ha comparecido por videoconferencia desde la prisión de Estremera, aunque el juez le había dado permiso para que acudiese en persona a la Comisión. El exconsejero, considerado uno de los cabecillas de la trama Púnica, está encarcelado desde octubre de 2014. Sobre ello ha querido hablar, haciendo alusión a la “alarma social” que ha generado su comparecencia.

Al comienzo de la comparecencia, Granados ha pedido hacer una declaración inicial, que se le ha negado por el formato de la Comisión. Granados ha interrumpido varias veces al portavoz de Ciudadanos, César Zafra, asegurando que se le “coartaba” la libertad de expresión al no permitirle hablar sobre la operación Púnica y sobre los hechos por los que está en prisión. La presidenta de la Comisión de Investigación, Dolores González Pastor, le ha recordado que la autorización del juez especifica que es para comparecer sobre el espionaje.

Sus enfrentamientos han sido constantes, y González ha llegado a pedir a los técnicos que desactivasen el sonido para que Granados no continuase hablando sobre su detención y los hechos que le condujeron a la cárcel. “Flexibilice usted y relaje”, le ha espetado Granados ante los requerimientos de la presidenta para que contestase. “PSOE, Podemos y Ciudadanos no quieren que yo hable de derechos y libertades”, ha añadido posteriormente.

Al final ha encontrado un resquicio para referirse a su detención, a preguntas del portavoz de Podemos, Miguel Ongil. Ha denunciado su situación de “indefensión”, asegurando que un año y medio después de haber ingresado en prisión no sabe de que se le acusa. También ha denunciado que pasó cinco días aislado “en un calabozo” tras haber sido arrestado. “Pida mi comparecencia cuanto antes, se lo suplico”, le ha dicho a la portavoz del PSOE, Encarnación Moya, para poder comparecer de nuevo para hablar de corrupción.

Granados ha insistido en que es inocente y ha lamentado que haya en su partido compañeros que no defiendan la presunción de inocencia. “Los del PP, pensando en que les da votos, están a dar más de lo que da la oposición”, ha lamentado. “Jamás he metido la mano en la caja”, ha añadido Granados, que se ha enfrentado a todos los portavoces -especialmente con el de Podemos-, salvo al del PP, Alfonso Serrano, que solo le ha formulado una pregunta.

“Una absoluta falsedad y un montaje”. Así ha definido Granados la trama de espionaje, cuando por fin se ha decidido a hablar sobre el objeto de su comparecencia. La investigación sitúa al exconsejero de esperanza Aguirre  al frente del departamento encargado de hacer seguimientos a los rivales políticos de la expresidenta de la Comunidad de Madrid.

Aunque ha negado todas las acusaciones, sí que ha admitido que existía un dispositivo de escolta y contraespionaje, como el que existe en otros ámbitos y administraciones, que se montó por indicación de Ignacio González. Suya fue la orden de contratar a los asesores de seguridad. También ha apuntado a la expresidenta Aguirre, asegurando que suya fue la indicación de contratar a Sergio Gamón, exdirector de Seguridad, y considerado el jefe de la trama de espionaje.

Granados ha terminado su comparecencia agradeciendo el apoyo a su familia, a sus compañeros del Módulo 3 de la cárcel y a los funcionarios de prisiones, y ha hecho mención a aquellos que consideraba amigos pero “que han tenido la amabilidad de sacarme de mi error, espero que Dios se lo pague algún día”. También ha enumerado a los periodistas que, según él, han respetado su presunción de inocencia.

Sin comparecencia de Ignacio González

Antes que él, han pasado por la Comisión Yolanda Laviana, ex secretaria de Esperanza Aguirre y exmujer de Sergio Gamón, considerado el jefe de la trama  de espionaje. “He vivido un horror, este asunto ha destrozado mi vida”, ha asegurado con la voz quebrada para justificar su decisión de no contestar a la mayoría de las preguntas que le han hecho los portavoces.

Tras ella se ha sentado en la silla de comparecientes Alfredo Prada, exconsejero con Aguirre, y uno de los objetivos de la trama de espionaje. Para ha ha manifestado su “indignación y malestar”, por haber sido objeto de un espionaje que buscaba destapar sus trapos sucios, cuando optaba a disputar el liderazgo a Esperanza Aguirre.

A la Comisión de Investigación también estaba citado el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. Sin embargo, no ha acudido al encontrarse de viaje fuera de España, después de haber comprado unos billetes de avión el mismo día en que se hacía público que la Asamblea le requería para comparecer.

Este hecho ha sido motivo de enfrentamiento entre Podemos y PP. La diputada de la formación morada María Espinosa ha acusado al portavoz popular Alfonso Serrano de haber alertado al expresidente de que se le iba a llamar a comparecer, para que este comprase los billetes de avión. Serrano ha respondido que la diputada tiene “un trastorno obsesivo compulsivo”.