El desmontaje de la placa en homenaje a Francisco Largo Caballero tiene lagunas legales. La placa estaba sobre la fachada de un edificio con un nivel tres de protección, según el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid –algo así como la biblia de las normas urbanísticas de la capital–, y se encuentra dentro del entorno de un Bien de Interés Patrimonial, el Convento Siervas de María. Estas dos circunstancias obligan a extremar las precauciones a la hora de intervenir en la zona. Según la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, la decisión debía haber pasado al menos el filtro de la comisión de Patrimonio del Ayuntamiento (CIPHAN) y también de la mixta, donde participa la Comunidad de Madrid y otros municipios.
“Es una ilegalidad hacerlo así. Patrimonialmente está blindado y no puede ser una decisión unilateral. Si hubiera llegado a la comisión probablemente no se habría podido retirar”, sostiene Alicia Torija, vicepresidenta de la asociación y doctora en Arqueología por la Universidad Complutense de Madrid. La organización asegura que todas las actuaciones sobre edificios o entornos protegidos tiene que someterse al escrutinio de la CIPHAN –un órgano consultivo que vela por las actuaciones en bienes protegidos–, “incluso si quieres atornillas una banderola, son casos que hemos visto”.
El Ayuntamiento de Madrid defiende que las placas conmemorativas, como esta, “son elementos inventariados que se pueden quitar, poner o cambiar” y niega que fuera necesario acudir a la comisión de Patrimonio porque el bajorrelieve “no forma parte del conjunto histórico de Madrid. La corporación municipal no ha dado una explicación oficial de qué trámites ha seguido para eliminar la placa, pero sí ha confirmado que ha corrido a cuenta del concejal presidente del distrito de Chamberí, Javier Ramírez (PP). ”Espero que se hayan hecho los trámites, así me lo ha trasladado el concejal“, dijo el alcalde, José Luis Martínez-Almeida 24 horas después de que se retirara el monumento, como proponía una iniciativa de Vox aprobada en el Pleno dos semanas antes gracias al apoyo de PP y Ciudadanos. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, aseguró que la decisión no tenía que pasar por la Junta de Gobierno ni tampoco incluso por la validación de alcaldía.
La placa se retiró antes de que se diera traslado formal de la decisión del Pleno. Así lo ha confirmado este jueves la secretaria general técnica de Cultura, Carmen González. En la comisión del ramo, González ha informado de que el Ayuntamiento acaba de iniciar la tramitación también del cambio de las calles de Largo Caballero (Ciudad Lineal) y de Indalecio Prieto (Vicálvaro). En este caso, la decisión sí se elevará a la Junta de Gobierno.
El edificio cuya fachada acogía el bajorrelieve de Largo Caballero es actualmente la Junta de Distrito de Chamberí. El nivel de protección (3 parcial) no es el más alto, pero el plan urbanístico establece limitaciones a las intervenciones que se pueden hacer sobre el inmueble. “Se permiten todo tipo de obras, incluso la sustitución de elementos protegidos por otros que deberán ser acordes con los valores que propiciaron su catalogación. La CIPHAN podrá denegar la sustitución, si considera que la propuesta atenta contra los valores ambientales y de la memoria histórica del local, del edificio y del entorno urbano”, dice la normativa.
Por otro lado está el entorno protegido del Convento Siervas de María. El perímetro afectado se estableció en el BOCAM cuando el inmueble se declaró BIP en 2011 y comprende el edificio de la Junta de Distrito, como puede verse en este mapa. Madrid, Ciudadanía y Patrimonio señala que este hecho habría obligado a elevar la retirada de la placa también a la comisión mixta en la que participa la Comunidad de Madrid y los municipios de la región. La normativa de la Comunidad de Madrid dice que debe “obtenerse autorización por parte de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico” en obras que “alteren la envolvente o modifiquen la configuración exterior de los inmuebles que se encuentren dentro de los entornos de protección”.
Una placa contigua tiene prohibido el traslado
Además de estas dos circunstancias, el catálogo de Monumenta Madrid –formado por los monumentos y edificios singulares– recoge el bajorrelieve por su valor arquitectónico dentro del Patrimonio Histórico y Cultural de la ciudad. El PGOUM marca que las actuaciones sobre estos elementos deben estar orientadas a la “conservación, el mantenimiento y la consolidación” y aclara que “no se permitirán actuaciones de reestructuración ni demolición” y tampoco “la modificación de su emplazamiento cuando sea el original del monumento”.
Sin embargo, la placa no aparece dentro del mapa de elementos singulares del Ayuntamiento de Madrid. O al menos no claramente. En este punto, las fichas que se pueden consultar en la web municipal son confusas porque no contienen fotos. En el mismo inmueble hay otra placa, instalada en 1926 por el Racing Club, que rinde homenaje a los “hijos de Chamberí que dieron su vida por la patria”. Este monumento está catalogado como “lápida conmemorativa”, igual que la de Largo Caballero, lo que impide saber si la ficha se refiere a una o a otra. Una portavoz del Ayuntamiento asegura que la placa del Racing goza de mayor protección que la de Largo Caballero. En este caso, el traslado no está permitido, según reza la ficha.
La oposición prepara acciones legales
La oposición (Más Madrid y PSOE) ya ha avanzado que está estudiando denunciar el desmontaje de la placa aunque aún no ha concretado cuáles serán esas acciones. UGT y la Fundación Largo Caballero también quieren actuar contra la decisión municipal mientras el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida se ampara en lo votado en el Pleno del Ayuntamiento. “Les guste o no, fue mayoría”, defendió la semana pasada. También asociaciones memorialistas se han levantado contra la decisión y dos centenares de historiadores, que consideran que la propuesta de Vox –que incluye entre otras cosas la eliminación de esta placa– está basada en “clichés de la propaganda franquista”.
El frente judicial puede abrirse por más vías. Pepe Noja, el artista que esculpió el bajorrelieve por encargo y un reputado escultor de la Transición con más de medio centenar de obras en lugares públicos de España y el extranjero, también tiene intención de denunciar al Ayuntamiento de Madrid. En una entrevista con este medio, asegura que no sabe qué ha hecho la corporación municipal con su obra. “Por lo menos me habría gustado que hablaran conmigo. Jamás pensé que a mis 82 iba a vivir esto”, afirma. Una portavoz municipal confirma que el bajorrelieve está guardado en un almacén del Ayuntamiento de Madrid.
La ejecución de la iniciativa, celebrada por la extrema derecha como un triunfo, ha tensado la relación de los socios del Gobierno municipal. Ciudadanos, tras la repercusión y las alharacas de Vox, se desmarcaba el viernes de cualquier votación futura relacionada con la memoria histórica. La vicealcaldesa sentenció que su grupo municipal, de 11 concejales, no apoyaría ninguna iniciativa de “minorías extremistas”. Tres días después, este lunes, le respondía el alcalde: “Ciudadanos estableció una nueva política de cara al futuro. No podemos renunciar a aplicar una ley con carácter general. La postura no puede ser esa”. La ruptura de Ciudadanos con el consenso de PP y Vox en este asunto no ha gustado a los conservadores, que en las próximas semanas deben negociar los presupuestos de 2021 con la extrema derecha.