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Madrid sigue en la calle por la sanidad pública: “Esta lucha no ha terminado”

Miles de personas en la manifestación "por una sanidad madrileña publica, universal y de calidad" desde Plaza España hasta Atocha (Madrid).

Víctor Honorato

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Pese al fin de la huelga de los médicos de Atención Primaria de Madrid, tras un acuerdo de mínimos entre el Gobierno regional y los facultativos, las carencias del sistema sanitario, la amenaza latente de privatización y la infrafinanciación han vuelto a sacar a la calle a miles de personas, que han marchado entre la Plaza de España y la estación de Atocha, convocada por los principales sindicatos y asociaciones vecinales, entre una veintena larga de organizaciones. “Esta lucha no ha terminado”, explicaba el médico Francisco García, uno de los que ha estado encerrado en el local de la asociación vecinal de Manoteras durante la huelga, convencido de que “si no se gana, viene la privatización”.

La convocatoria no ha tenido, con todo, el carácter masivo de otras manifestaciones, como las multitudinarias del 22 de octubre y el 12 de febrero. Han tenido más protagonismo en esta ocasión los grandes sindicatos, CCOO y UGT, que comparecieron con sus respectivos secretarios generales, Unai Sordo y Pepe Álvarez. La necesidad de mayor financiación “es una exigencia que vamos a mantener”, avisó Álvarez en declaraciones a los medios al arranque de la marcha. Sordo recordó las “decenas de miles de millones de euros” en recortes desde 2012 y el objetivo de que se destine a sanidad el 7,5% del PIB y la cuarta parta se dedique a la Atención Primaria.

Aunque con algunas calvas en el pelotón, la marcha llegó a ocupar la calzada entre las plazas de España y Callao, mientras se escuchaban los habituales cánticos en defensa de la atención pública y contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, representada en alguna pancarta con cuernos y rabo de diablo. “Se tiene que notar a la hora de votar”, se oía con cierta regularidad, habida cuenta de la cercanía de las elecciones regionales de mayo. “Urgencias cerradas, muerte asegurada” o “Nada para la privada” eran otros de los mensajes que se coreaban, junto a “Sanidad de calidad, eso sí que es libertad”.

La firma de un acuerdo de mínimos que mejora los sueldos de los médicos de la Primaria es positiva, pero no soluciona los problemas estructurales, entienden los profesionales. “No puedo estar doblando turnos toda la vida”, explicaba Fran García, que calculaba la inversión necesaria en cuatro millones de euros anuales, suficientes para contratar a 800 médicos de Atención Primaria y 200 pediatras. También llamaba a una reivindicación de todo el sector sanitario, tras el foco reciente en los médicos. El sindicato de enfermeras Satse era uno de los más de 20 convocantes, no así el de médicos Amyts, protagonista de la recién terminada huelga, que compareció discretamente hacia la cola del pelotón.

“La salida de la huelga no ha sido maravillosa”, coincidían Rosa Aurrecoechea, enfermera de 72 años, ya jubilada, y Teresa Mombiela, de 70, médico de familia, también retirada. Mombiela justificaba su presencia en la figura del actual consejero de Hacienda de Madrid, Javier Lassquety, que lo fue de Sanidad durante los intentos privatizadores de los Gobiernos de Esperanza Aguirre. “Este es su segundo envite, por eso hay que estar aquí”. “Hay que meter presión para que no se olviden”, apuntaba su compañera.

La huelga sigue en la atención rural

Aunque la huelga ha terminado en la Atención Primaria, los castigados facultativos de la atención rural, desplazados de sus destinos en noviembre para abrir los antiguos centros de salud de urgencias, siguen en huelga tres días a la semana. “[La Consejería de Sanidad] ni siquiera se ha sentado con nosotros”, protestaba María Cuesta, de Plataforma SAR, que admitía que la convocatoria se había “desinflado” respecto a otras, posiblemente por el acuerdo entre Comunidad de Madrid y médicos de la Primaria.

La actriz Lola Manzanares y el Gran Wyoming leyeron el manifiesto al término del recorrido, en el que repasaron los 18 puntos que resumen las reivindicaciones de los convocantes. Estas pasan por un aumento de la financiación que reduzca las listas de espera y evite el cierre de los servicios de urgencia en Atención Primaria, los rurales y las unidades de atención domiciliaria, y otros más de fondo, como eliminar la Agencia de Contratación Sanitaria, percibida como la antesala de la privatización. “Hay que sensibilizar a la población, o apoyamos a la sanidad o se cae”, resumía el médico Francisco García.

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