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Los médicos de familia fuerzan a Ayuso a abordar la crisis de la Atención Primaria tras la tregua navideña

Los problemas de la Atención Primaria en Madrid vuelven para Isabel Díaz Ayuso tras las navidades. Los médicos de familia y pediatras, en pie de guerra desde finales de noviembre, dieron una tregua navideña al Gobierno regional el 22 de diciembre haciendo un parón en la huelga indefinida que habían iniciado dos meses antes, en octubre. Ese impasse se termina este miércoles por la tarde, cuando la Consejería de Sanidad y el comité de huelga retomen las negociaciones en un encuentro en el que se verá si se acercan posturas como para desconvocar definitivamente o si se continúa con la huelga sin un calendario definido y con las elecciones de mayo en el horizonte.

El 22 de diciembre, cuando se cumplía más de un mes de los paros iniciados el 21 de noviembre, se logró un tímido avance hasta entonces imposible tras seis reuniones y mucha tensión entre la consejería y los médicos ante la campaña de desgaste orquestada desde la Puerta del Sol. Las posturas se acercaron en relación al incremento del valor de la tarjeta sanitaria individual (TSI) asignada a cada profesional, un documento que registra el número de pacientes según el cual se establecen bonificaciones salariales y la incentivación de la cobertura de las plazas del turno de tarde. Este último es un punto negro de la Atención Primaria porque cada vez es más complicado cubrir esos puestos. “En este punto estamos más alejados”, reconoció entonces Ángela Hernández, secretaria general de Amyts y portavoz del comité de huelga.

Esa pequeña aproximación suponía un hito tras la escalada de reproches mutuos entre los sanitarios y el Gobierno autonómico, que calificó la huelga de “ideológica” y llamó “sindicalistas” a los médicos. La estrategia del Ejecutivo de Ayuso fue jugar al desgaste descalificando a los sanitarios en huelga que, tras más de un mes de paros, llegaron al encuentro de aquel 22 de diciembre con los ánimos algo decaídos, según reconocían en privado. A día de hoy se desconoce cuál será la propuesta definitiva que lleve este miércoles el Gobierno regional. Como ya había ocurrido en más ocasiones, no hubo una concreción presupuestaria para poner en marcha las medidas que se plantearon por parte de la Consejería.

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, aseguró este lunes en una entrevista en Onda Madrid que “las negociaciones están avanzadas y que el contacto con la Consejería es permanente”. Por este motivo, Escudero defendió que “no tendría sentido volver a convocar la huelga” después de haberse parado.

Uno de los problemas principales durante toda la negociación entre el Gobierno de Ayuso y los médicos ha sido siempre ese: el dinero. O más bien, la falta del mismo. La presidenta regional se ha negado desde que empezara la crisis sanitaria a incrementar la partida destinada a Atención Primaria a pesar de que Madrid es la región que menos invierte en sanidad por habitante del país. Es la región más rica pero está a la cola de gasto por habitante en Sanidad, con 1.171 euros por persona. La media nacional se sitúa en 1.478 euros. 

El presupuesto para Atención Primaria se sitúa el 10% de la inversión sanitaria, muy por detrás del resto de comunidades autónomas y muy lejos de lo que pide la Organización Mundial de la Salud que recomienda que sea el 25%. 

2.700 millones menos de presupuesto

Hasta ahora Ayuso se ha negado a destinar un euro más del presupuesto a Sanidad. Se negó cuando tenía un proyecto de cuentas para 2023 y este miércoles se verá si hay algún compromiso al respecto, teniendo en cuenta que la lideresa del PP de Madrid se ha quedado sin Presupuestos después de que los tumbara Vox en la Asamblea de Madrid. La falta de acuerdo con la extrema derecha ha supuesto que Ayuso empiece el año con 2.700 millones de euros menos de los que esperaba.

La huelga indefinida de los médicos de Atención Primaria, que no tenía precedentes en Madrid, se alargó durante un mes y tiene su origen en las promesas incumplidas en el pasado por parte del Gobierno de Ayuso. La sobrecarga asistencial, las pesadas agendas, con “más de 50 o 60 pacientes en su jornada laboral”, y las malas condiciones de trabajo y laborales son denuncias que los profesionales de Atención Primaria llevan formulando a la adeministración desde hace años. Y todos los problemas se agravaron tras la pandemia.

En la anterior legislatura, ya con Ayuso en la Puerta del Sol, se consiguió frenar una huelga con un plan que contemplaba rebajar la carga de trabajo y mejorar los salarios de los profesionales. Ambas fueron, sin embargo, promesas incumplidas. Los sindicatos convocaron entonces una nueva huelga, que comenzó el mismo día que la presidenta anunció elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid, en 2021, por lo que los profesionales se vieron forzados a interrumpir la convocatoria. Los sanitarios recuerdan también la desconvocatoria reciente de la huelga de los sanitarios de las urgencias y lamentan que, una vez transcurrido más de un mes tras el pacto suscrito con el Gobierno de Ayuso, “no se ha cumplido el acuerdo mínimo”.

Este lunes arrancó, de hecho, un paro de tres días de los trabajadores de las urgencias extrahospitalarias que la presidenta Isabel Díaz Ayuso reorganizó hasta en cinco ocasiones desde junio de 2022 con un recorte efectivo del servicio respecto a marzo de 2020 y cambios sustanciales en las condiciones laborales de los profesionales. Esta huelga, que finaliza el miércoles, se suma a las que ya se realizaron entre noviembre y diciembre esos profesionales por el mismo motivo. La última propuesta del Gobierno regional por la que se desconvocó la anterior huelga solo prevé que haya médico en 49 centros ―39 de ellos antiguos SAR y otros 10 antiguos SUAP―. En el resto, 29 centros solo tienen enfermería y celador, por lo que han perdido la atención médica.

Falta por ver en qué queda la reunión de este miércoles, pero todo apunta a que va a continuar la conflictividad en la sanidad madrileña en el nuevo año de cara a las elecciones de mayo. Los problemas sanitarios no se circunscriben solo a Madrid y en hasta siete comunidades autónomas más, sindicatos y consejerías negocian medidas que eviten paros y permitan reflotar el sistema.