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Los meteorólogos que alertaron de la gran nevada: “Se nos hace menos caso del que se debería”

Marcos Pinheiro

14 de enero de 2021 22:34 h

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Los comentarios sobre la nevada que iba a caer en Madrid se colaron en muchas conversaciones el día de reyes, después de que las televisiones hubiesen comenzado a avisar el día 5. El jueves 7 la capital recibió los primeros copos, que dejaron parques y aceras cubiertos de blanco, aunque con una capa que no impedía la circulación de vehículos. Pero la previsión era que la situación se iba a complicar en las siguientes horas.

El viernes la nevada se intensificó a medida que avanzaba la jornada y se disparó a partir del medio día. El resultado fue una ciudad que amaneció el sábado anegada por la nieve, que alcanzaba espesores de 30 y hasta 40 centímetros en algunas zonas, y que impedía el transito de cualquier vehículo por las calles de la capital. Cientos de coches se quedaron atrapados. También autobuses de la EMT porque, como cuenta El País, el Ayuntamiento ordenó que siguieran circulando aun cuando la tormenta de nieve estaba en su punto más alto.

Seis días después Madrid no se ha recuperado: buena parte de sus calles continúan impracticables debido a las placas de hielo y los árboles caídos, las basuras se acumulan porque el servicio está suspendido y los supermercados tienen problemas de abastecimiento. La EMT restablece su servicio poco a poco pero con dificultades, al igual que los trenes y el aeropuerto de Barajas. No se sabe aún cuándo abrirán los colegios.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde, José Luis Martínez Almeida, se han apresurado a decir que la nevada desbordó las previsiones meteorológicas. Ayuso lo dijo en una entrevista en Antena 3: “Ha sido una nevada histórica que ha triplicado las previsiones incluso de la meteorología. No se puede estar preparado para una situación sobre venida de estas características”. El alcalde repitió ese mensaje en una intervención el mismo sábado: “Lo que ha ocurrido es un tsunami de nieve, que no se esperaba, ha triplicado las previsiones”.

Los meteorólogos niegan que la gran nevada fuera inesperada. “Quien diga eso miente”, dice Jacob Petrus; “No, en absoluto, la previsión se cumplió”, afirma Adrián Cordero; “Hemos tenido momentos en los que no hemos estado acertados, pero en esta ocasión hemos sido súper certeros”, defiende Martín Barreiro. Estos tres meteorólogos reconocen en conversación con elDiario.es que es difícil preparar la ciudad para una situación como la que ha traído el temporal Filomena, pero coinciden en que sus predicciones acertaron.

Ayuso ha insisto en ello este mismo jueves. “Nadie, ni la propia agencia de meteorología, ni el 112 ni Fomento fueron capaces de detectar semejante borrasca”. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) recalca a elDiario.es que “la previsión estuvo acertada” y que sus avisos comenzaron el 1 de enero. Estimaron que la nieve podía acumularse hasta alcanzar los 40 centímetros, como así sucedió en algunos puntos de Madrid.

Jacob Petrus, meteorólogo y divulgador científico, insiste en que “las previsiones lo que decían, con bastante antelación, es que iban a caer en Madrid más de 20 centímetros de nieve”. “Si quien gestiona se apoya en la comunidad científica y en una previsión, sabe que no las previsiones no son deterministas, no significa que vayan a caer 20 centímetros, había escenarios que decían que iba a caer más. Cuando gestionas debes tener en cuenta todos esos escenarios”, añade.

Adrián Cordero, periodista especializado en meteorología, recuerda que desde el día 5 de enero en La Sexta ya hablaron de que iba a producirse “una nevada histórica”. “Pusimos unos rangos de cuál era la nevada promedio, la máxima y la mínima. Lógicamente a lo que más fiabilidad le damos es al promedio, y todo indicaba que la nevada promedio iba a superar los 20 centímetros”, recuerda.

Martín Barreiro, físico especializado en previsión meteorológica que trabaja para TVE, asegura que ya se vislumbraba una gran nevada desde una semana antes. El lunes “ya se pronosticaban nevadas muy copiosas en varios puntos del país”. En el caso de Madrid, especifica, había modelos de predicción que estimaban 20 centímetros, pero también otros que contemplaban que esa cantidad fuese mucho mayor. En cualquier caso, considera que decir que se ha triplicado “es un poco vago”, porque las cantidades varían dependiendo de en qué punto de la ciudad se ponga el foco. En ninguno, eso sí, se llegaron a triplicar las previsiones.

Eso sí, Barreiro espera que todo este debate al menos sirva para darles un plus de credibilidad: “Se nos hace menos caso de lo que se nos debería hacer, estas situaciones nos deberían dar más credibilidad. Lo avisamos, desde el jueves hicimos un despliegue informativo enorme para alertar de la gravedad. Falta el que se nos crea, acabar con el mito de que los hombres del tiempo se equivocan”.

Con 20 centímetros de nieve se colapsa la ciudad

El jueves 7 de enero, cuando la primera oleada de nieve había cubierto ya la capital pero la estampa era más de postal que de caos, Almeida dijo que Madrid estaba preparada para lo que estaba por venir. La nevada iba a ser peor que la última que vivió la ciudad en 2009, dijo, pero se afrontaba con “cierta ventaja” porque iba a caer en sábado, día no laborable. Su previsión era que las complicaciones no fuesen mucho más allá del fin de semana. Advirtió, eso sí, de que el temporal iba a poner en “grandes dificultades” a la ciudad.

Ese día el alcalde ya manejaba la previsión más optimista, la de 20 centímetros de nieve. “Es poco relevante que en vez de 20 centímetros sean 30, el caos lo tienes asegurado: atascos, colapsos, Barajas cerrado… todo eso no se habría producido si hubiese sido 10 centímetros menos”, sostiene Cordero. Petrus opina igual: “A nivel de gestión no cambia tanto cómo afrontar una nevada, sean 20, 30 o 40 centímetros”. “Lo que es evidente es que 20 centímetros es una situación gravísima” apuntala Barreiro.

Así, los meteorólogos insisten en que su previsión acertó pero que, en caso de haberse superado ampliamente, las medidas a tomar y las consecuencias no cambian. Eso sí, admiten que es difícil preparar la ciudad para un acontecimiento como este que no se daba desde hace medio siglo.

Aún así, Cordero cree que hubo tiempo para mejorar la prevención y activar más recursos. También sostiene que los ciudadanos no llegaron a ser conscientes de que un aviso rojo de Aemet supone “un riesgo extremo”, porque se vieron “cientos” de coches en las autovías cuando el temporal estaba en su punto más alto.

Petrus cree con una nevada así no hay que “pedir la administración que limpie toda la nieve caída, que compre 3.000 quitanieves que se queden en desuso durante 50 años, pero sí hay medidas de prevención: quizá un llamamiento público para que los trabajadores se fueran antes a casa, para interrumpir los servicios de transporte a lo largo del viernes”. Barreiro también se posiciona en esa línea y cree que se podía haber hecho algo, por ejemplo instando a las empresas a que concluyeran la jornada laboral del viernes mucho antes para dar tiempo a los trabajadores a volver a sus casas.

¿Hay que revisar los avisos de Aemet?

La conversación con los expertos en meteorología sobre la gran nevada confluye, antes o después, hacia un mismo punto: el aviso de nivel rojo que la Agencia Estatal de Meteorología activó el jueves. Es la referencia de las administraciones y también de los propios meteorólogos, que más allá de las previsiones propias, ciñen sus advertencias al nivel de alerta que haya activado la Aemet.

La agencia activó el nivel rojo de alerta el jueves a las 11 de la noche. Para Adrián Cordero, llegó un poco tarde. “El sistema de alertas ha funcionado, aunque algo tarde para mi modo de ver, no tarde desde la prevención o activación de recursos, que había tiempo, pero sí a efectos de comunicarlo. A las 11 de la noche las televisiones ya están con una película o un programa”. Aún así, entiende que la Aemet tiene que ir “con pies de plomo” a la hora de lanzar este tipo de avisos.

Jacob Petrus pone el foco en la forma de comunicarlo más que en los tiempos: “No puede ser que el sistema sea el mismo que hace 20 años, si hay un aviso rojo quizá debería haber un sistema para que llegara a toda la población de forma mas fácil, que lo reciban los ciudadanos en su móvil”.

Barreiro explica que desde TVE tienen un contacto constante con la Aemet, a quien han pedido que los avisos lleguen “lo antes posible” para poder difundirlos en antena. Afirma que hay que trabajar más en explicar a los ciudadanos qué es un aviso rojo, algo en lo que coinciden sus compañeros. “Un aviso de nivel rojo implica un riesgo extremo para la población, es un fenómeno meteorológico extremo para el que la población no está preparada”, añade Cordero.

Desde la Aemet defienden que empezaron a avisar el 1 de enero, como explica a elDiario.es Ana Casals, jefa del Departamento de Producción de la agencia. Los avisos continúan y el martes 5 emiten lo que denominan un “aviso especial” que advierte de nevadas copiosas en el interior de la península. Estiman que caerán 20 centímetros de nieve pero advierten que esa cifra puede llegar a los 40.

“Anunciamos lo que se avecinaba y que luego iban a bajar mucho las temperaturas, además se previó que empezaría el viernes, empezando por el sur y desplazándose hacia el norte, y que no iba a dejar de nevar”, incide Casals. Aún así, insiste en que “este no es un evento atmosférico cualquiera, es una nevada que hubiera colapsado cualquier lugar”.