Una alumna de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha sido condenada a ocho meses de prisión por acudir a la revisión de un examen y cambiar algunas respuestas que había contestado mal el día de la prueba. Los jueces de la Audiencia Provincial de Madrid rechazan los argumentos de defensa de la estudiante, que alegaba que era víctima de una conspiración dentro de la universidad, y confirman su condena por un delito de falsedad en documento oficial, que incluye una multa de 1.440 euros y que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
La sentencia a la que ha tenido acceso elDiario.es explica que la alumna condenada se presentó en mayo de 2019 al examen de “Anatomía III, órganos de los sentidos y neuroanatomía”. Ya entonces una de las profesoras, según alegó en el juicio, se vio obligada a cambiar de sitio a varios alumnos porque la acusada “les estaba intentando copiar” las respuestas. Unas sospechas que también llevaron a la docente a hacer una foto de su examen al terminar la prueba.
Un día después, la alumna acudió a la revisión y la comparación entre la foto del examen original y el actual reveló que la alumna había cambiado varias respuestas que había contestado mal en un primer momento. Modificó una respuesta sobre las parejas formadas por una arteria y una estructura irrigada por ella, y otra sobre las migraciones de los neuroblastos desde la matriz ventricular a la placa cortical. En la primera añadió una nueva respuesta y en la segunda cambió un “falso” por un “verdadero”.
El caso terminó en un juzgado de Madrid y la Audiencia Provincial acaba de confirmar su condena: ocho meses de cárcel por un delito de falsedad en documento oficial, la misma condena de inhabilitación y una multa de 1.440 euros. La declaración de varios profesores y, sobre todo, las fotografías de la primera versión del examen han sido clave para que los magistrados de la sección 15ª confirmaran el pasado mes de marzo la pena impuesta por un juzgado de lo penal de Madrid.
Los jueces rechazan el principal argumento de defensa de esta alumna: que ella en ningún caso cambió sus respuestas durante la revisión y que todo responde a una “animadversión” de varias personas de la Universidad Autónoma hacia ella. Según su defensa, refleja la sentencia, las pruebas evidenciaban una “animadversión” hacia ella por haber denunciado en cursos anteriores “la manipulación de los datos de sus notas”, existiendo una denuncia anterior de la UAM hacia ella y un expediente disciplinario abierto “con intención de expulsarla de la Universidad”. “No se trata de manía sino de enemistades cuya intención es expulsarla”, añadía su recurso ahora rechazado.
Una manipulación “burda”
Entre otras cosas, la alumna apuntaba a irregularidades en cuanto a la fotografía que la catedrática hizo de su examen: alegaba que esas dos respuestas fueran cambiadas y manipuladas después de haberlo entregado ella. Eso, añadía el recurso, “no es descartable dado el ingente número de problemas que tiene en la Universidad y sin que se sepa ni cómo se custodio desde la tarde anterior y las 9,30 horas del día siguiente que se le entrega”. La alumna, alegaba la defensa, carecía de medios y nadie vio cómo manipulaba el examen. Ninguna acusación ha demostrado, reclamaba en su recurso, qué trascendencia tenía cambiar esas dos respuestas para asumir el riesgo.
La respuesta de la Audiencia Provincial madrileña es negativa. Todos los testigos, destaca la sentencia, “aportan una versión en todo punto incompatible con la pretendida por el apelante”, entre ellos la catedrática de Anatomía que sacó la foto del examen, otra profesora y la Inspectora de Servicios de la UAM. “Se produjo la falsificación en el examen por manipulación y modificación de dos preguntas del mismo”, zanja la Audiencia. En el segundo caso, donde se intentó cambiar una “F” por una “V” en una pregunta de verdadero o falso, la manipulación fue “burda” según los jueces.
En los últimos años pocos casos de falsificación de notas han llegado hasta el Tribunal Supremo, y sin alumnos condenados. En 2017 la sala de lo penal confirmó siete años de inhabilitación para un profesor de la Universidad de Granada que una década antes había puesto un sobresaliente a una alumna en su asignatura de la carrera de Pedagogía sin que ni siquiera se hubiera presentado al examen. En ese caso se le condenó por prevaricación, quedando absuelto de falsedad en documento público.
En el caso Máster de Cristina Cifuentes la expresidenta de la Comunidad de Madrid fue finalmente absuelta pero el Tribunal Supremo sí confirmó dos años de cárcel para la asesora María Teresa Feito por instar la falsificación de su expediente académico en la Universidad Rey Juan Carlos. La profesora que ejecutó la falsificación, Cecilia Rosado, también fue condenada a un año de prisión.