Ortega Smith se atrinchera frente a la presión de todos los partidos y sin el respaldo claro de Abascal
Javier Ortega Smith no piensa dimitir. Ni por la presión del PP, sus aliados en varios gobiernos autonómicos y ayuntamientos, ni mucho menos por la insistencia de los grupos de izquierda, PSOE y Más Madrid, que han anunciado una ofensiva contra el dirigente de Vox en todas las instituciones tras la agresión al portavoz adjunto de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño la semana pasada en el Pleno de Cibeles. El diputado y portavoz municipal de la extrema derecha en Madrid se atrinchera en sus cargos, respaldado tarde y sin grandes aspavientos por la cúpula de su partido encabezada por Santiago Abascal, contra el que algún medio ya especula que está maniobrando para disputarle el liderazgo en la próxima Asamblea de Vox, prevista para marzo.
El propio Abascal no reaccionó hasta un día después en su cuenta de X y lo hizo sin citar a Ortega Smith, más bien para criticar al PP que para defender al que fue su número dos y amigo, con el que ha enfriado sus relaciones. De hecho, Abascal se limitó a acusar al PP de “hacerle el juego a la izquierda” al ver que José Luis Martínez-Almeida se unía a la petición de dimisión del dirigente madrileño.
En su post, el líder enlazó otro de Vox en el que se referían a la agresión a Rubiño como “el show de la botella” mientras denunciaban que los que criticaban al portavoz municipal eran “los mismos que callaron cuando Vox sufrió lanzamiento de adoquines, palos y piedras”. “¿Pidió el PP la dimisión de los cargos de Podemos y PSOE que hostigaron y justificaron esa violencia contra candidatos, cargos y simpatizantes de Vox?”, preguntaban, en referencia a los disturbios y enfrentamientos con manifestantes en un acto del partido en el madrileño barrio de Vallecas en 2021.
Los grupos de izquierda del Ayuntamiento pidieron un Pleno extraordinario para debatir su reprobación y este jueves Almeida anunciaba que se celebrará el próximo 4 de enero, una fecha inadecuada para la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, ya que cree que “es un regalo de Navidad para Vox” porque el debate pasará “totalmente desapercibido”. “Es otra manera de blanquear a Vox, y lamento que sea así, porque creo que hay que pasar de las palabras a los hechos. Las palabras de Almeida fueron muy claras en la denuncia, pero los hechos son otros: un nuevo blanqueamiento, un Pleno que va a pasar totalmente desapercibido, como lo son todos los que pide la oposición”, lamentó.
La proposición de ambos grupos consta de tres partes y el propio alcalde ha adelantado que apoyará al menos dos de ellas: la primera, que pide “condenar y rechazar” la actitud del portavoz de Vox, y la segunda, en la que se exige su dimisión. La duda está en si el PP se sumará también a la tercera, en la que se pide que abandone también su escaño en el Congreso. Almeida comentaba este jueves que ese es un asunto ajeno al Ayuntamiento que debe “resolver” la Cámara Baja. El resultado de una votación de este tipo, no obstante, no es vinculante, es decir, que Ortega Smith no está obligado a dimitir si así lo aprueba el Pleno de Cibeles.
Más Madrid, PSOE e incluso el PP están convencidos de que por muy en desgracia que haya caído el dirigente de Vox dentro de su partido, la cúpula que encabeza Santiago Abascal no va a entregarles su 'cabeza'. “Sería darnos una baza”, reconocen fuentes del PSOE.
En Vox, aunque son muchos los que en privado critican el comportamiento de Ortega Smith, no se han mostrado en esta ocasión tan contundentes públicamente como con el episodio de Daniel Viondi, expulsado del pleno y obligado a dimitir después de tocar la cara al alcalde de Madrid en un gesto amenazante.
El ex secretario general del partido hace tiempo que ha perdido el apoyo de Santiago Abascal, que le sustituyó en su cargo por Ignacio Garriga, un hombre de confianza del vicesecretario de Acción Política y eurodiputado, Jorge Buxadé, que cada vez acumula más poder en Vox. Desde entonces –algunos lo sitúan incluso antes– entre ellos la relación es tensa. Ortega Smith no ha dejado de lanzar críticas más o menos veladas a algunas de las decisiones de la dirección en la que se mantiene en una de las tres vicepresidencias, un cargo de 'consolación' pero sin influencia.
Ortega Smith y sus críticas a la deriva de Vox
Tras el abandono de la portavocía en el Congreso por parte de Iván Espinosa de los Monteros, Ortega Smith se posicionó a su lado lamentando las razones que habían provocado su repentina marcha, sin explicitarlas. “Querido compañero y amigo”, escribió, “has luchado sin descanso desde la fundación de Vox con lealtad, con generosidad y con sacrificio. Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo”, añadió.
En otro post dejó caer: “Desde el principio, teníamos claro que había que llegar hasta el último rincón de España. Nadie nos iba a regalar nada y a nadie podíamos prometer nada, salvo nuestra decidida voluntad de luchar sin tregua y sin complejos, con la verdad y la lealtad por bandera. Muchos empujaron con fuerza por convicciones, otros, se subieron mucho después solo cuando ya vieron el éxito. El tiempo y las dificultades ponen a cada uno en su sitio”. “No podemos olvidar de dónde venimos y para qué nacimos, para no equivocarnos nunca hacia dónde vamos”, advirtió después, en lo que se interpretó como un claro mensaje a Abascal.
El pasado mes de octubre, en declaraciones a la agencia Europa Press, avisó de que Vox no debe convertirse en una “agencia de colocación de amigos” después de las generales del 23J. También aseguró que la organización no podía “dormirse en los laureles” tras la pérdida de apoyos que sufrieron en dichos comicios en los que pasó de 52 a 33 escaños en el Congreso. “Vox no nació como un 'modus vivendi', Vox no nació como una agencia de colocación de amigos, Vox nació y debe ser siempre así como vocación de servicio a los españoles”, sentenció.
Algunos de los dirigentes críticos con Abascal reconocen a esta redacción que la teoría que apunta a que Ortega Smith podría estar tanteando ya el terreno para presentar una alternativa al liderazgo de Abascal no es “descabellada”, pero se inclinan más por pensar que la publicación de estos planes, “precisamente en estos momentos”, “solo busca debilitar la figura” de Ortega Smith para “desactivarlo”. Estas fuentes sospechan que la filtración viene “de fuego amigo” o del propio PP, en donde “están deseando quitárselo de encima”. Y es que en su etapa como secretario general, además de fieles, el fundador de Vox cosechó también muchos enemigos. Tampoco Almeida lloraría su improbable marcha.
El propio portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid ha querido salir al paso de la información del diario de Federico Jiménez Losantos y ha lamentado en su perfil de X: “Tristemente en nuestra querida España, la verdad, la objetividad y la profesionalidad cada vez están más alejadas de los mal llamados medios de comunicación”.
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