Ayuso lanzó este lunes una suerte de mano tendida a la oposición: “Espero sus propuestas”, les dijo al final de su intervención en el debate sobre el estado de la región. Cuando este martes llegaron las propuestas, la presidenta activó la trituradora. Primero, afirmó que el “todo gratis no funciona” y después utilizó su mayoría parlamentaria, aliada con Vox, para tumbar todas y cada una de las cinco iniciativas que podía presentar cada grupo. Solo se salvó una, de la extrema derecha, que insta al Gobierno regional a “conseguir la soberanía energética de la nación”, incluyendo la valorización de los residuos urbanos, y la creación de un bono energético para familias vulnerables.
Las propuestas de resolución no tienen carácter vinculante y en ellas la Asamblea insta al Gobierno a adquirir determinados compromisos. Este martes, el PP de Ayuso ha votado en contra de limitar a tres días el tiempo máximo para una cita médica en Atención Primaria, 15 para salud mental; tres semanas para el acceso a pruebas diagnósticas; tres meses para una intervención quirúrgica; y la apertura “inmediata” de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria, que había propuesto el Partido Socialista y a otra con unos ratios similares de Más Madrid que, como Unidas Podemos, también solicitó la reapertura de las urgencias.
La presidenta madrileña se había comprometido, vía discurso, a garantizar un tiempo de espera inferior de media a los 45 días para cirugías, primeras consultas y pruebas diagnósticas; un máximo de 60 días para intervenciones sin riesgo vital; y de 90 días para los procedimientos más comunes de las listas de espera. Entre las resoluciones del grupo parlamentario popular, que salieron adelante en su totalidad, estaba el refuerzo de la atención telefónica, la videoconsulta y la tarjeta sanitaria virtual.
El grupo conservador ha votado también en contra de un “plan de apoyo a la pequeña y mediana empresa frente a la crisis energética” con ayudas a la contratación y realización de auditorías energéticas externas y para la adaptación de establecimientos. La propuesta, en este caso, era de Más Madrid. De la formación que dirige Mónica García, el PP se ha opuesto también a una ayuda universal de 100 euros por hijo a cargo hasta los 16 años; y a la creación de un fondo de emergencia para que los ayuntamientos promuevan el comercio local a través de cheques-comercio.
“Sería idílico, en un mundo ideal, pero si se regalan los comedores, el transporte, la educación, se regala absolutamente todo… creo que las cosas no van a funcionar”, había insistido la presidenta Ayuso durante una de sus intervenciones en la Asamblea esta mañana. Una intervención en la que ha presumido y se ha comprometido a continuar por la senda de la bajada de impuestos que el PP de Madrid inició hace 18 años y que ha supuesto a las arcas públicas más de 60.000 millones de euros.
El tono de la presidenta esta jornada ha sido menos bronco que el empleado el lunes en su discurso en solitario, cuya primera parte se convirtió en un mitin contra Pedro Sánchez. “Me hablan de bullying político pero es que son cinco personas interpelando a una, con todo tipo de mentiras”, dijo la presidenta, como si en un debate de este tipo los grupos de la oposición no tuviesen la función de fiscalizar al Gobierno. Después, acusó a la izquierda de Madrid de oponerse “a todo” e hizo una excepción en el tono para confrontar con Mónica García: “A usted le gustará ser presidenta, pero a los madrileños no”. Fue el número dos del PP de Madrid y antiguo portavoz del grupo en la Asamblea, Alfonso Serrano, quien dejó a un lado los modales para enviar a la bancada de Más Madrid “a tocar los bongos”.
Las propuestas de resolución de Unidas Podemos tampoco han pasado la criba de la derecha en la Asamblea. El PP ha votado en contra de contratar al menos a 1000 profesores más para secundaria este curso, de aumentar el descuento de los abonos transporte del 50% al 100%, de congelar las tasas y precios públicos de servicios públicos básicos, financiándolas con la recuperación del impuesto de patrimonio, por el que 18.000 millonarios dejaron de aportar a la Comunidad más de 990 millones de euros solo en 2021; y de mejorar el sistema de residencias públicas con más personal, en mejores condiciones y de realizar inspecciones periódicas.
Ayuso solo dio el visto bueno a una de las propuestas de Vox. Por la mañana, la presidenta había recibido un correctivo por parte de su aliada parlamentaria, Rocío Monasterio, que se mostró en contra de decretar tres días de luto por la muerte de la reina Isabel II. “Cuídese de ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro”, le recomendó. En su segunda intervención, la portavoz de la extrema derecha recordó a la presidenta que su grupo es quien está “sustentando a este Gobierno”.