Las condiciones de Ciudadanos y Vox para negociar están complicando hasta el último momento el pacto de derechas en la Comunidad de Madrid. Los partidos avanzan en un acuerdo para elegir al presidente de la Asamblea en silencio informativo. Intercambian mensajes y llamadas; salen y entran por el garaje a la Cámara Regional; pero no hay ni convocatorias de prensa ni declaraciones. La jornada del lunes estuvo únicamente marcada por el vodevil protagonizado por Vox a cuenta del reparto de asientos en el parlamento regional.
La formación de Santiago Abascal ha conseguido que la actual Mesa de la Asamblea se reúna exclusivamente para reubicar a los grupos en el pleno de este martes. El partido de extrema derecha puso una queja formal el pasado viernes y ha logrado que Más Madrid y Unidas Podemos sean desplazados una fila más arriba. Su sitio, sin embargo, no ha variado. El único objetivo es que estuvieran al mismo nivel en la hilera de asientos.
Más allá de la escenificación, Ciudadanos trabaja sobre una certeza en clave de negociación: necesita reunir los votos de PP y Vox para presidir la Mesa de la Asamblea y a su vez trata de evitar a toda costa una fotografía con la extrema derecha. El candidato, Ignacio Aguado, ha comunicado que está dispuesto a prestar los votos de sus 26 diputados para que Vox entre en la Mesa a cambio de presidirla. Un trueque que ya se usó en Andalucía y que sería suficiente para alumbrar el enquistado acuerdo porque el PP está dispuesto a ceder la presidencia. Pero el partido de Santiago Abascal exige que se reconozca que se ha negociado directamente para firmar el pacto.
El anuncio público se ha dado, finalmente, este martes a primera hora. La candidata de Vox, Rocío Monasterio, ha asegurado en una entrevista en Cope que durante la mañana Ciudadanos pedirá “formalmente” sus votos para que Juan Trinidad sea el presidente de la Asamblea: “Parece ser que hoy en algún momento nos sentaremos y Ciudadanos pedirá formalmente los votos de Vox. Ahí nosotros pediremos nuestras posiciones en proporción a nuestros escaños”.
El equipo de Isabel Díaz Ayuso ha trabajado para ser el nexo que allane las posturas enconadas de sus socios y ha intercambiado llamadas con unos y otros que han cristalizado en el anuncio del “preacuerdo” de Monasterio. “No quiero hablar de lo que se va a hacer para no crear una fisura entre los tres”, admitía la candidata a primera hora de la mañana del lunes.
Así que, sin moverse un ápice públicamente de sus posiciones, los partidos han apurado los plazos hasta el límite mientras el silencio se impone en la Asamblea de Madrid. La falta de información y la espera son la tónica en los pasillos. Y casi también en los despachos de los grupos.
Las decisiones no se están tomando solo en Vallecas, donde está la cámara regional, sino desde las direcciones nacionales que negocian in extremis en las sedes de Génova y Alcalá. El secretario general del PP, Teodoro García-Egea confiaba en que el acuerdo estaría cerrado este lunes. El reloj se para a las 12 de la mañana, la hora de inicio del pleno de constitución de la Mesa, y todo apunta a que el pacto llegará en el último momento.
En Ciudadanos no descartan “nuevas conversaciones” con Vox tras romper el hielo el domingo en un encuentro que la formación de Rivera se negó a calificar como negociación. Todas se podrían estar produciendo a nivel telefónico para evitar esa fotografía juntos, aunque oficialmente Ciudadanos niega cualquier interacción. La dirección nacional insiste, además, en que la reunión secreta mantenida entre los dos portavoces madrileños no choca con los criterios aprobados por la dirección nacional. “Ciudadanos no tiene vetos si no líneas de actuación aprobadas por la Ejecutiva”, alegaba este lunes el secretario general, José Manuel Villegas.
Una cita crucial para Ciudadanos
La cita del martes es vital, sobre todo, para la formación de Albert Rivera. Ciudadanos se verá forzado a retratarse por primera vez, a través de una votación, sobre su relación con Vox. “Es una buena medida del conflicto en el que están. No solo los dirigentes del partido, sino también los votantes. Si se hace un pacto explícito con Vox, su teoría se tambalea”, ha advertido el candidato socialistas, Ángel Gabilondo.
Porque, si bien solo se constituye el Parlamento regional, los pactos y el reparto de poder que se desvelen este martes en Madrid marcarán el camino para la negociación del Gobierno regional. Y todo en un contexto en el que a Ciudadanos lo están mirando con lupa sus socios europeos de Alde y dirigentes de su entorno como Manuel Valls, que se ha quejado de que el partido negocie nada con la extrema derecha.
Las tres formaciones de derechas aspiran a lo mismo en el corto plazo: garantizarse la mayoría en la Mesa de la Asamblea de Madrid, un órgano poco mediático pero esencial en la actividad legislativa madrileña. El equilibrio de fuerzas aquí es decisivo para muchas decisiones, como la admisión o la inadmisión de escritos, la aprobación de los calendarios de trabajo del pleno y las comisiones...
En principio, y siempre que haya acuerdo, el bloque formado por PP, Ciudadanos y Vox tendría cuatro puestos en la Mesa, incluida la presidencia para Ciudadanos. La votación de este martes revelará cómo se reparten. La formación de Rivera pidió, además de la de presidente, otra silla más. Si se aceptan sus condiciones, el PP solo ocuparía un asiento. La misma cuota que Vox, pese a que tiene más del doble de diputados (30) que la formación liderada por Rocío Monasterio en Madrid (12).
Los tres restantes corresponden, por representatividad al PSOE, con la duda de si finalmente cederán uno o no a Más Madrid. “No hay ningún compromiso”, aseguraban fuentes socialistas a última hora de la tarde. La plataforma de Inigo Errejón tampoco confirma un pacto en este sentido. Si no hay acuerdo entre las derechas, la presidencia recaería en el PSOE, que ya ha presentado a su candidata: la exdelegada para la Violencia de Género, Pilar Llop.
Así que la jornada del martes arroja, de momento, pocas certezas. Dará comienzo a las 12 de la mañana. Primero se formará la mesa de edad, con el diputado más mayor (Juan Miguel Hernández de León, PSOE) y los dos más jóvenes (Eduardo Fernández Rubiño, Más Madrid, y Javier Guardiola, PSOE). Y después se organizarán las cuatro votaciones en urna y en secreto para elegir al presidente de la Cámara, a los tres vicepresidentes y a los tres secretarios. Una vez elegida la Mesa al completo, con sus siete miembros, cada uno de los diputados y diputadas jurará su cargo. La legislatura que se inicia este martes tendrá más diputadas que nunca en la historia de la Asamblea de Madrid: 61 mujeres frente a 71 hombres.