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Las primeras horas de Madrid Central: sin atascos ni más problemas en el transporte público

Gran Vía, en las primeras horas de implantación de Madrid Central. / S.P

Sofía Pérez Mendoza / Fátima Caballero

Madrid se ha despertado con la misma boina de contaminación, pero desde este viernes el tráfico intenso y habitual que la provoca está más restringido. Las primeras horas de Madrid Central, el proyecto pionero del Ayuntamiento de Manuela Carmena para limitar los coches de paso en 472 hectáreas de la capital, transcurren con toda normalidad: no se están registrando más atascos ni tampoco problemas en el transporte público que da cobertura a la ciudad. La consecuencia inmediata ha sido la reducción del tráfico de entre un 10% y un 45%, según los primeros datos provisionales facilitados por el Ayuntamiento. El número de vehículos que entran al perímetro marcado con una línea roja ha dismnuido, pese a que la medida estará hasta marzo en fase informativa. Solo a partir de ese momento los accesos no permitidos empezarán a multarse.

Alberto suele coger la moto para llegar hasta su trabajo, en una calle aledaña a Gran Vía, pero hoy ha optado por el coche porque la tenía averiada. “Se ha notado mucho menos tráfico”, dice. No es residente y, por tanto, no tiene permiso para entrar a no ser de que lo estacione en un parking público. En la luna del vehículo ya tiene una pegatina: C. “He salido con un montón de tiempo, sabía que me arriesgaba a que me pusieran problemas para pasar. En Cibeles un agente de la Policía Municipal me ha parado para preguntarme a dónde iba y me ha informado de la normativa”, asegura. Alberto viene de lejos, pero considera que la medida, aunque le incomoda, es “positiva”. “Es lógico que se ponga coto, no podemos entrar todos”. 

La Policía Municipal ha distribuido el dispositivo especial que ya estaba puesto en marcha por Navidad por los puntos más concurridos que abrochan el perímetro de Madrid Central: la plaza de Cibeles, la plaza de España, la glorieta de Atocha y la intersección entre la calle Mayor y la calle Bailén, según informan fuentes municipales. Al ver a los agentes, muchos conductores se paran y preguntan. Consultan las dudas. Algunos consideran que “no se ha informado lo suficiente”. En ningún caso, la policía está poniendo multas y tampoco disuade para que los vehículos no pasen. “Nos limitamos a informar”, asegura un agente a eldiario.es.

La nueva Gran Vía, inaugurada hace justo una semana, se ha despertado menos congestionada que cualquier otro viernes. Solo los tramos inicial y final concentran más vehículos, justo las zonas perimetrales donde, además, se ubican los controles informativos. Un conductor baja la ventanilla y pregunta si puede pasar. Justifica que va a un párking. “Muchos nos consultan y a algunos los estamos parando. Aquí en Cibeles hay la congestión habitual”, responde un policía a las preguntas de eldiario.es. Barrios como La Latina o Malasaña, insertos en el corazón de las restricciones, han amanecido con una circulación aparentemente más fluida y tranquila, a falta de datos oficiales. 

Jesús, sin embargo, no ha percibido mucho cambio. Es taxista y se mueve cada día por la almendra central. “Hoy he visto más o menos los atascos de siempre. Pero habrá que esperar para valorar. A mí me parece bien, pero creo que no tenemos la información suficiente”, explica mientras espera a que un semáforo se ponga en verde para continuar su jornada. Detrás de él se ha formado la cola habitual de vehículos que transitan por el nudo de plaza de España. Entre esos coches están el de Sara, que se queja de las restricciones. “Me parece fatal. Trabajo aquí y mi coche no puede entrar porque es muy contaminante. Hoy he traído otro que me han prestado. Pienso que es una medida para ricos”, sostiene.

Los peatones transitan también con normalidad entre los nuevos paneles que advierten de las restricciones a los no residentes. Todos los consultados por eldiario.es decían conocer la medida, aunque se perdían en los detalles. Raquel vive a unas calles de la Puerta de Toledo, otro de los límites del perímetro. “Esta zona está siempre atascada. A ver qué tal. La contaminación importa mucho, había que tomar medidas”, defiende. Rosa, vecina de La Latina, asegura que “no coge el coche para nada” y está “muy a favor” de que se pongan límites al tráfico de paso. “Hace falta reducir el ruido, los pitidos. Es muy estresante ”. ¿Ve menos coches? “Sí, yo creo que sí”, indica. El aparcamiento de bicicletas de Bicimad de la Puerta de Toledo estaba a primera hora de la mañana completamente vacío. 

Un 0,72% más de viajeros en Metro 

El balance en el transporte público, al menos el provisional, choca con los vaticinios de “caos” del Partido Popular, que ha practicado en los últimos meses una férrea oposición a la medida. Metro de Madrid ha aumentado la demanda en un 0,72% entre la hora punta –entre las 6 y las 9 de la mañana– respecto a la registrada el viernes 16 de noviembre, según datos ofrecidos a eldiario.es. El suburbano ha recibido 1.145 viajeros más que el mismo día hace dos semanas (las cifras no se comparan con la semana pasada porque era Black Friday y había refuerzos). Fuentes de Metro de Madrid confirman que “se está asumiendo ese aumento” mayores problemas. 

Además, en las primeras horas de aplicación de las restricciones al tráfico, el descenso del mismo se ha dejado notar en los tiempos de recorrido de los autobuses. Según los datos provisionales difundidos por la Empresa Municipal de Transportes, entre las 7 y las 9 de la mañana los autobuses urbanos que recorren Madrid Central han tardado un 24,2% menos en hacer los recorridos que hace una semana. Las velocidades de recorrido han aumentado un 21,9%. “Los datos de la EMT ya indican que ha habido una reducción del tráfico porque los autobuses han ido más rápido tanto si se compara con el viernes pasado como si se hace con 2017”, indican a este diario fuentes municipales.

El tiempo de viaje en las líneas de la zona de influencia se ha reducido un 20% y en las líneas de perímetro un 35%.“Los datos de la EMT ya indican que ha habido una reducción del tráfico porque los autobuses han ido más rápido tanto si se compara con el viernes pasado como si se hace con 2017”, indican fuentes municipales.

Madrid Central es el proyecto más ambicioso del Gobierno que dirige Manuela Carmena y la primera medida del Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático y tiene como objetivo reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), un gas altamente nocivo para la salud. El Ayuntamiento de Madrid calcula que la puesta en marcha de Madrid Central reducirá la contaminación en un 40%. Nunca antes en la historia de Madrid un Gobierno municipal había adoptado medidas tan drásticas contra el tráfico privado.

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