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El ocupa de la Fábrica de Tapices tendrá que pagar una multa de unos 75.000 euros cada 8 días por no abandonar la vivienda

El ocupa de la Real Fábrica de Tapices

Fátima Caballero

Livinio Stuyck, el ocupa de la Real Fábrica de Tapices, se ha negado este martes a desalojar la vivienda -en la que vive “totalmente gratis” desde hace 20 años- en la segunda tentativa de desalojo administrativo por parte del Patronato. Stuyck se ha negado a entregar las llaves de la vivienda y será ahora la Justicia quien tendrá que determinar el desenlace.

El Ministerio de Educación y Cultura pedirá ahora que sea un juez quien se pronuncie, un proceso que se puede alargar durante años. Mientras, tras la negativa de dejar el inmueble propiedad del Estado, el Ministerio impondrá una multa del 5% del valor catastral de la vivienda de la vivienda cada 8 días.

El Ministerio, teniendo en cuenta la superficie de la vivienda y la zona en la que se encuentra -distrito Retiro cerca de la estación de Atocha- estima que el valor de la vivienda ronda el millón y medio de euros, por tanto la multa ascenderá a unos 75.000 euros, una cantidad que Livinio Stuyck tendrá que pagar cada ocho días. “Se trata de un valor aproximado”, ha asegurado el gerente de la Real Fábrica de Tapices, Alejandro Klecker.

Stuyck puede recurrir esta multa. En ese caso puede presentar una nueva tasación que determinase el valor que considere que vale la vivienda. Entonces sería un juez el que tendría que evaluar cuál de las dos aproximaciones es la más ajustada y la cuantía final de la multa.

Al desahucio administrativo han acudido representantes del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad, del Ministerio de Educación y Cultura y el gerente. Stuyck se ha negado de nuevo hoy a entregar las llaves de la parte de la Real Fábrica en la que reside cuando se lo han requerido. Tras la negativa, se le ha notificado el valor de la multa.  

El jueves de la semana pasada, 20 años después de que la Real Fábrica dejase de ser suya, el Ministerio de Cultura pidió a Stuyck por primera vez que entregase las llaves de esta parte del edificio en la que reside sin contrato y sin pagar alquiler alguno. Un error de forma hizo que el desalojo se haya tenido que repetir este martes. 

Aunque la empresa ya no le pertenece y su sede es propiedad del Estado, su antiguo dueño lleva junto a su familia más de dos décadas viviendo gratis en las dos últimas plantas de la Real Fábrica de Tapices. Livinio Stuyck la traspasó a una fundación creada por el Gobierno a finales de 1996, cuando estaba al borde de la quiebra, y fue Esperanza Aguirre quien lideró el rescate de esta antigua manufactura de tapices. El Ministerio de Educación y Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento emplearon trescientos millones de pesetas (1,8 millones de euros) del dinero público para salvarla del cierre.

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