El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, asegura que no se ha detectado ningún indicio de restos humanos en la parcela destinada a construir el cantón de Montecarmelo, aunque ha indicado que sí se han constatado indicios de movimientos de tierra anómalos en una parcela adyacente.
Así lo ha expresado este jueves en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, celebrada en el distrito de Fuencarral-El Pardo, donde ha dado a conocer que el Ayuntamiento ya ha recibido el informe del georradar sobre los terrenos en los que se asienta esta infraestructura de limpieza.
“No hay ningún tipo de evidencia sobre que haya habido un movimiento anómalo de tierras que indicara que pueda haber algún tipo de resto”, ha afirmado Almeida, a la vez que ha insistido en que lo que localiza e identifica este georradar son movimientos anómalos de tierras.
De esta forma, ha detallado que lo que sí se ha identificado en una parcela adyacente a ese solar un movimiento anómalo de tierras, aunque no se puede identificar en este momento qué tipo de restos pueden constituir. “Nosotros al Ministerio [de Política Territorial y Memoria Democrática] le vamos a dar traslado de ese informe. Si el Ministerio quiere entrar en esa parcela adyacente a comprobar si son restos humanos y, en su caso, de la Guerra Civil, podrá hacer las investigaciones que estime oportunas”, ha señalado el regidor.
La aparición de los restos hace un mes, adelantada por El País, supuso un aliciente para la lucha vecinal que pelea por impedir la instalación del cantón de limpieza en este enclave de Fuencarral-El Pardo. La Plataforma No al Cantón de Montecarmelo considera “una tomadura de pelo” la última propuesta de ubicación emitida por el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad que dirige Borja Carabante, mientras fuentes municipales mantienen que buscaron un consenso en una reunión de hora y media que acabó ante “la falta de acuerdo entre los propios vecinos”.
“El Ayuntamiento se niega a estudiar alternativas lejos de colegios”, resumía sin embargo en declaraciones a este medio Rafael Llanes, portavoz de la Plataforma. La gran preocupación vecinal está en la afectación que una instalación de este tipo pueda causar a la movilidad, la seguridad o la calidad del aire en entornos especialmente sensibles, como la guardería pública Sol Solito, el centro educativo Santa María La Blanca o el Colegio Alemán. En total, más de 3.200 alumnos convivirían con el cantón a unos cientos de metros, algo que inquieta a padres y docentes.