Novedades con cuentagotas sobre la nueva normativa que regulará los pisos turísticos en Madrid. El Ayuntamiento de Madrid quiere ampliar las restricciones que plantee al toda la ciudad y superar el sistema de “anillos” que marca el actual Plan Especial de Hospedaje, aprobado durante el mandato de Manuela Carmena.
Lo hará en dos partes: dentro y fuera de la M-30, con las mayores limitaciones a la expansión de Viviendas de Uso Turístico (VUT) en la Almendra Central, que abarca los distritos de Centro, Chamberí, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Tetuán y Chamartín. “No cabe duda que en los centros de de las ciudades es donde hay una de mayor demanda”, apuntaba el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, a la hora de anunciar esta nueva distinción de zonas.
La normativa en la que trabaja el área de Urbanismo pasa por simplificar los cuatro anillos actuales vigentes desde 2019, cada uno con sus propias normas. “Lo que no tiene sentido es que ahora hay una absoluta flexibilidad”, apuntaba Carabante antes de poner como ejemplo que en el último anillo “se puede colocar una vivienda de uso turístico tenga o no acceso o independiente”.
Fruto de estas actuaciones, el Ayuntamiento cree que conseguirá que el número de VUT “se reduzca de una manera sustancial”. Más Madrid, sin embargo, ha asegurado hoy que el número de anuncios en las plataformas se ha incrementado desde la pasada primavera, cuando el consistorio activó su plan de multas desde 30.000 euros para el primer aviso y hasta 100.000 euros para los reincidentes.
El delegado municipal se ha reunido con el resto de partidos políticos de la oposición para escuchar sus posturas, críticas y sugerencias antes de aprobar definitivamente la normativa. Aunque aclaró que actualmente el 30% el porcentaje de turistas se alojan en viviendas, la mayoría de ellas sin licencia, y asegura que “es una actividad que tiene que mantenerse”, aunque regulando el uso de estas VUT.
En cuanto a los plazos, la nueva fecha es que la normativa se llevará a Junta de Gobierno en las primeras semanas de noviembre. Como se trata de un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM), los plazos son más largos que los de un plan especial y deberá ser aprobado primero por el Ayuntamiento y luego por la Comunidad de Madrid, para volver después a Cibeles, un tránsito que llevará al menos seis meses.