Residentes y organizaciones vecinales del distrito de Arganzuela, en Madrid, han lamentado en redes sociales que el Ayuntamiento de Madrid haya borrado parte de una de las obras callejeras más características del lugar. Se trata del mural dedicado a la historia ferroviaria de la zona, elaborado junto a la plaza de Peñuelas en 2018 por el artista Soen Brava, en colaboración con un grupo de jóvenes.
La pintada reflejaba varios edificios y calles del Pasillo Verde Ferroviario y su entorno basándose en fotografías originales, pero el elemento más característico era un tren morado, en representación de unos barrios que se desarrollaron a la par que este medio de transporte. Esta parte de la pared ha sido completamente intervenida sin dejar rastro, aunque otras áreas del mural sí se conservan parcialmente por el momento.
“¿Podéis explicar este último despropósito?”, se pregunta la Asociación Vecinal Pasillo Verde Imperial en un post publicado en sus redes sociales y en el que cita al alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Menciona asimismo a la concejala presidente del distrito de Arganzuela, Cayetana Hernández de la Riva. “Que los murales se restauran, no se encementan”, ha protestado otra usuaria. Reclama con ello que solo eran necesarios trabajos de mantenimiento o preservación para quitar posibles graffitis dibujados encima, en lugar del borrado completo de la superficie.
Fuentes del Ayuntamiento defienden por contra, en declaraciones a Somos Madrid, que “el mural contenía pintadas alusivas que se tuvieron que borrar”. Es decir, frases que apelan a alguna personalidad pública o privada por su nombre, normalmente con cariz despectivo. “Así se recoge en el protocolo del Selur [Servicio de Limpieza Urgente], que debe actuar en un tiempo inferior a tres horas”. Sobre la posibilidad de eliminar estas referencias sin suprimir el resto del mural, desde el Ejecutivo local afirman que “no era posible porque había varias pintadas y la única manera de eliminarlas es pintar encima, no se borran”.
No es la primera vez que el consistorio dirigido por José Luis Martínez-Almeida lleva a cabo una actuación de este tipo. Efectivos municipales borraron una pintura de recuerdo a la migrante dominicana Lucrecia Pérez del centro del barrio de Aravaca. Pérez fue asesinada a balazos por neonazis una noche de noviembre de 1992 en las ruinas de la discoteca Four Roses. La pared del edificio que lucía ese mural, situado en la plaza de la Corona Boreal, amaneció el pasado 1 de abril sin el homenaje. Ya en 2021 el Gobierno de Cibeles mostró igualmente grandes reticencias para recuperar el mural feminista de Barrio de la Concepción, en Ciudad Lineal. Finalmente, la presión ciudadana consiguió que se restituyera.
Arganzuela, una historia ligada a las vías del tren
El trazado ferroviario en este entorno tiene sus orígenes en la construcción de la línea de circunvalación que se gestó en el siglo XIX para unir las estaciones del Mediodía (actual Atocha) y del Norte (hoy Príncipe Pío). Su construcción comenzó en 1860 y a lo largo de su recorrido se construyeron tres estaciones: Delicias, Peñuelas e Imperial. Durante años, la línea se empleó como punto de paso de trenes de mercancías y con la llegada de Renfe en 1941 fue lugar de trasiego de trenes de viajeros que unían el norte y el sur pasando por Madrid.
La finalización de la estación de Chamartín y su conexión con Atocha redujo su utilidad e incrementó la decadencia industrial de Arganzuela. A partir de los años ochenta, el proyecto Pasillo Verde Ferroviario recuperó muchas de estas instalaciones para Metro y Cercanías, impulsando una recuperación económica y social en el distrito que se vio reforzada con el proyecto de renaturalización en Madrid Río o la conversión de Matadero en un centro cultural.